Tod@via es posible

Me emociona ver que un grupo de gente con sentido y espíritu carrilano se haya lanzado a la aventura de salvar nuestro querido y entrañable Tren del Duero. De un montón de hombres y mujeres, jóvenes y menos jóvenes, llegados de distintos lugares de España e incluso de Portugal, que desde hace dos fines de semana se dedican a recuperar una joya oxidada. A desbrozar de malas hierbas el viejo ferrocarril de La Fregeneda. Aunque la realidad es que las malas hierbas que se deberían desbrozar son las que tienen de malas ideas los nefastos políticos que hemos padecido en Salamanca, responsables totales de cargarse esa joya primero y, después, de no saber recuperarla.

Sí, en Salamanca, cuando desde las tres administraciones con competencias en el entrañable Tren del Duero han sido incapaces de dar un paso adelante. Pero sin embargo se han hartado de engañar al pueblo para lograr un voto que los sustentaran en sus poltronas con falsedades y promesas que nunca se hicieron realidad. Luego dentro de lo malo, al menos, se dejó el tramo férreo como está, que no es poco con la que está cayendo y se evitó, por ejemplo, el atropello que quiso hacer la Diputación de Salamanca con el paseo que pretendía construir al lado mismo de la vía, lo que la hubiera condenado definitivamente a muerte. Cuando en su día se obcecó la presidenta con poner en marcha ese carril y que no suponía más que firmar la defunción.

Es digno del mayor elogio ver a esta gente que ha puesto en marcha ‘Tod@vía Asociación de Frontera’ con la idea de seguir desde la trinchera de la lucha para salvar la vía. Esa asociación nacida hace varios años al amparo de varios profesores del instituto de Lumbrales sensibilizados con el ferrocarril y a la que tanto le deben de agradecer quienes aún confían en ese milagro para volver a escuchar el pitido del tren en los campos del Yeltes, del Camaces, del Abadengo y Los Arribes. Hay que descubrirse ante ellos cuando han sido capaces de poner en marcha las fiestas del tren, junto a numerosas actividades dedicadas a la promoción de la línea férrea. Pero sobre todo de no cesar jamás en su lucha para que el regreso del tren sea efectiva algún día.

Y tienen mérito de verdad, porque mientras los políticos han dado unas lecciones de demagogia y cargadas de mentiras (tanto los del PP como los del PSOE), los voluntarios de ‘Tod@vía Asociación de Frontera’ actúan para que vuelvan a resplandecer esos raíles a los que se cargó la desidia de los políticos tan escasos de sentimiento y de conocer la realidad más allá de su propio sueldo, dietas, visaoro y coche oficial. Y ‘Tod@vía’ trabaja con sus gentes, todos ellos voluntarios, hartos de esos representantes del pueblo que no han sabido valorar qué joya tienen entre sus manos. Haciendo las cosas de verdad y lanzándose al ruedo ante la incompetencia de quién debería dar la cara. Es el pueblo llano, a través de un colectivo de voluntarios el que está dando una lección memorable e histórica que tanto se necesitaba en esta Salamanca provinciana, abandonada y a la buena de Dios.

Y lo hacen durante los fines de semana, cuando dedican el tiempo libre a recuperar un trayecto férreo que, desde que fue sentenciado a muerte, ha sido una de las atrocidades más grandes que se han cometido sobre el solar charro. Y encima van a trabajar por su cuenta y de verdad dando una lección de civismo y urbanidad, mientras que el último domingo, a pocos kilómetros, esos políticos que medran con la voluntad del pueblo estaban comiendo en la XVI Marcha Senderista de Vilvestre a la que llegaron, en algunos casos, en coche oficial, en un claro despilfarro para las necesitadas arcas del pueblo.

Pocas veces puedo sentir tanta felicidad al escribir una columna cuando se hace para airear a los vientos de la cordura la bandera de la solidaridad de un pueblo. Como la iniciativa de ‘Tod@vía’, que es la única vez que de verdad el pueblo llano se ha plantado en la provincia para decir “señores políticos son ustedes unos mentirosos y nosotros por nuestra cuenta vamos a lograr lo que ustedes con incapaces”.

Por eso, gracias a ‘Tod@vía’ la esperanza del Tren del Duero vuelve a estar presente en su lucha para recuperar una joya de los ferrocarriles que nunca debió morir.

Acerca de Paco Cañamero

En tres décadas juntando letras llevo recorrido mucho camino, pero barrunto que lo mejor está por venir. En El Adelanto me enseñaron el oficio; en Tribuna de Salamanca lo puse en práctica y me dejaron opinar y hasta mandar, pero esto último no me gustaba. En ese tiempo aprendí todo lo bueno que sé de esta profesión y todo lo malo. He entrevistado a cientos y cientos de personajes de la más variopinta condición. En ABC escribí obituarios y me asomé a la ventana de El País, además de escribir en otros medios -en Aplausos casi dos décadas- y disertar en conferencias por toda España y Francia. Pendiente siempre de la actualidad, me gustan los toros y el fútbol, enamorado del ferrocarril para un viaje sugerente y sugestivo, y una buena tertulia si puede ser regada con un tinto de Toro. Soy enemigo del ego y de los trepas. Llevo escrito veintisiete libros -dos aún sin publicar- y también he plantado árboles. De momento disfruto lo que puedo y me busco la vida en una profesión inmersa en época de cambios y azotada por los intereses y las nuevas tecnologías. Aunque esa es otra historia.

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