Salamanca recibió a Castaño con la emoción de quien ha sido capaz de volver a sentir la primavera de su vida y además después correspondió para deleitar con bellos parajes en su lidia; disfrutó con Ponce, un maestro en un momento de lujo y empezó el flirteo con la torería de Garrido. Fue una tarde de interés y con una corrida que tenía mucho que torear, aunque cierto es que otra vez más don Ramón, el presidente, se volvió loco con las figuras y premió generosamente a Enrique Ponce.
Aquí os dejó mi crónica de Salamanca Al Día:
http://salamancartvaldia.es/not/127199/don-ramon/