Los tentáculos envenenados de Matilla

El caso de Matilla no tiene nombre. Nadie ha desgajado el toreo con la facilidad y rapidez de esta familia salmantina que extiende sus tentáculos hasta desangrar la Fiesta. Aporrean una y otra vez contra la grandeza de un arte que se tambalea por tan malas gestiones, por incompetencia de quien solo busca el dinero y jamás sembrar para el mañana. Ahí está su historial con las plazas que han dejado en jaque; desde grandes ferias, caso de Linares, hoy reducida a la mínima existencia; la de Jerez, muy menguada; sin olvidar que ellos fueron empresarios de Barcelona o de Palma, a la que llevaron a la ruina con las impresentables corridas lidiadas allí en los últimos años para ponerle en bandeja a los políticos mallorquines ese ridículo reglamento. Porque si Palma hubiera sido lo que era, sin perder su esplendor, desde luego que nadie hubiera osado darle ese zarpazo mortal al toreo.

Lo hacen porque no creen en el futuro, en otro caso no se entenderían sus formas de obrar, su falta de fomento en festejos menores, sin programar novilladas en la mayoría de sus ciclos. O tampoco facilitar oportunidades a los nuevos toreros y cerrando carteles siempre con los mismos nombres de espadas y ganaderías. Sin variedad, ni tampoco para abrir las ferias dejando sentados a diestros con posibilidades de volar más alto. Ahora la última, una auténtica tomadura de pelo, ha sido regalar el puesto que ha dejado el retirado Morante de la Puebla en San Sebastián de los Reyes a Ortega Cano. Si a Ortega Cano en lo que es otra golpe mortal a la grandeza del toreo. A un hombre que sufrió un calvario durante la última etapa profesional, a quien daba pena ver por los ruedos en sus idas y venidas atentado contra su inmaculada página artística. A un glorioso torero que iluminó tantas tardes de los ochenta y noventa (¡aquellos quites con Julio Robles en Madrid!), pero a quien faltó medir su definitivo adiós a los ruedos. Ahora, a sus sesenta y tres, la casa Matilla decide que sea él quien sustituya a Morante de la Puebla, ¡estamos locos! Lo sustituye en una enorme falta de respeto a un montón de toreros jóvenes que están con la hierba en la boca y eran merecedores de ese puesto, además de no respetar a los aficionados -bueno, a estos nunca los han respetado-.

¿Se imaginan que el Real Madrid convoca a Santillana para jugar si se lesiona Cristiano Ronaldo? Con Santillana, una vez retirado, se puede disfrutar en los partidos de viejas glorias para hurgar en la nostalgia con sus impresionantes remates de cabeza. En el toreo lo mismo, para quien acabó su etapa de luces quedan los festivales, que siempre fueron una escuela para los nuevos aficionados, pero jamás volver al circuito, aunque sea por un día, cuando ya no se está preparado. Cuando ya no se hace más que darle otro puñetazo al prestigio de la Fiesta y más si viene de quien ha sido tan gran torero.

Y  esta decisión además de no aprobarla nadie deja en la evidencia que a Matilla no le interesa el futuro. Solamente hacer caja en el día a día, mientras lastra al toreo, al que desangran sus tentáculos envenenados.

Acerca de Paco Cañamero

En tres décadas juntando letras llevo recorrido mucho camino, pero barrunto que lo mejor está por venir. En El Adelanto me enseñaron el oficio; en Tribuna de Salamanca lo puse en práctica y me dejaron opinar y hasta mandar, pero esto último no me gustaba. En ese tiempo aprendí todo lo bueno que sé de esta profesión y todo lo malo. He entrevistado a cientos y cientos de personajes de la más variopinta condición. En ABC escribí obituarios y me asomé a la ventana de El País, además de escribir en otros medios -en Aplausos casi dos décadas- y disertar en conferencias por toda España y Francia. Pendiente siempre de la actualidad, me gustan los toros y el fútbol, enamorado del ferrocarril para un viaje sugerente y sugestivo, y una buena tertulia si puede ser regada con un tinto de Toro. Soy enemigo del ego y de los trepas. Llevo escrito veintisiete libros -dos aún sin publicar- y también he plantado árboles. De momento disfruto lo que puedo y me busco la vida en una profesión inmersa en época de cambios y azotada por los intereses y las nuevas tecnologías. Aunque esa es otra historia.

9 comentarios en “Los tentáculos envenenados de Matilla

  1. No hay nada mas patetico que ver a un señor mayor vestido de torero y encima habiendo sido una gran figura como el caso de Ortega Cano y lo mismo paso con Antoñete en sus ultimas tardes.

  2. Y culpa de ortega por aceptar,señores yo tengo un cargo y siempre lo he dicho el dia q yo no pueda no me echan me voy con dignidad veo aqui q por ningun lado se ve dignidad de ambas partes

  3. Morante se va porque se ha aburrido. Por qué no nos vamos nosotros de las plazas por el mosmo motivo? Al menos un tiempo. A ver si se asustan.

  4. Pues ya me imagino el trapio tan insignificante del ganado, para animar a un sexagenario a aventarse al ruedo…
    Obvio si es Domecq serán novillotes con cuernitos y mansos-mensos, de esos que imponen los figurines en todos lados y de los que imaginariamente Morante, ha dicho que eran muy grandes… pobre, como sufrió con esos Uros que le obligaban a lidiar…

  5. Paco paco paco … pierdes todo insultando así a la gente , matilla ha hecho cosas bien y mal . porque el año pasado cuando abono todas sus plazas no digiste nada ….

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