Cynara, un canto a la calidad

Cynara ha vuelto estos días a la pomada de la popularidad gracias a la exquisitez de sus productos. De nuevo, esta industria familiar de Hinojosa de Duero que ha unido su nombre al más exigente paladar abre nuevas puertas gracias a una calidad que le ha hecho ser un nombre de distinción. Ahora ha sido Valladolid quien se he rendido a un producto que es sinónimo de distinción y que canaliza la antigua tradición del queso de Hinojosa de Duero. Sí, la villa de Hinojosa de Duero que desde tiempos remotos adquirió reconocida  fama con sus quesos artesanales que elaborada cada familia y hoy, ese legado, lo ha sabido sacar al mercado la familia Bartol con su sello de Cynara. Esa Cynara que ya es marca distinguida y no deja de crecer, de abrir mercados y de prestigiar el nombre de Hinojosa de Duero con su afamada tradición elaborando quesos.

Cynara es un ejemplo para dar luz ver a los mejor de los productos de la tierra. Un ejemplo de buena hacer y constancia que acaba de ver reconocida, una vez más, su calidad. Y ahora no es un premio, es un reconocimiento más de la larga cadena que se avecina.

Acerca de Paco Cañamero

En tres décadas juntando letras llevo recorrido mucho camino, pero barrunto que lo mejor está por venir. En El Adelanto me enseñaron el oficio; en Tribuna de Salamanca lo puse en práctica y me dejaron opinar y hasta mandar, pero esto último no me gustaba. En ese tiempo aprendí todo lo bueno que sé de esta profesión y todo lo malo. He entrevistado a cientos y cientos de personajes de la más variopinta condición. En ABC escribí obituarios y me asomé a la ventana de El País, además de escribir en otros medios -en Aplausos casi dos décadas- y disertar en conferencias por toda España y Francia. Pendiente siempre de la actualidad, me gustan los toros y el fútbol, enamorado del ferrocarril para un viaje sugerente y sugestivo, y una buena tertulia si puede ser regada con un tinto de Toro. Soy enemigo del ego y de los trepas. Llevo escrito veintisiete libros -dos aún sin publicar- y también he plantado árboles. De momento disfruto lo que puedo y me busco la vida en una profesión inmersa en época de cambios y azotada por los intereses y las nuevas tecnologías. Aunque esa es otra historia.

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