Adiós a Marcial Villasante, un luchador del toro

En el cielo han abierto, de par en par la puerta grande y hasta San Pedro se ha despojado de su capotillo para arrojárselo a los pies de Marcial Villasante y darle la bienvenida más torera. Porque ya vive la paz de la eternidad en un sitio de honor guardado para este personaje, menudo e inquieto, de ojo vivarachos, que fue un luchador en todos los caminos del toro y deja el buen recuerdo de quien supo ganarse el respeto general. Porque supo escuchar y a la vez convencer para lograr el éxito en sus metas. Y dueño de algo tan grande como es la humildad supo estar a las duras y las maduras, sin venirse abajo cuando venían mal dadas y hasta si la amenaza de la ruina llamaba a su puerta sabía sobreponerse con la dedicación de su trabajo y ese olfato innato que le hacia ver dónde se podía programar un festejo. Ya fuera un festival, novillada o corrida de toros, él sabía bien cómo podía sacarlo adelante y con quién.

                                                               En sus años de novillero

Desde la modestia, alejado de los grandes centros del poder y de la tarta que se reparten los empresarios de postín, luchó por el mundo del toro, defendiéndolo en la base, ayudando a muchos clavales que se iniciaban y con el tiempo lograron nombre y fama –Julio Robles, entre otros-. También fue apoderado en solitario y dirigió la carrera de Julio Norte, a quien llevó a la alternativa, a Pepe Luis Gallego, a Domingo Siro ‘El Mingo’… además de orientar a bastantes más.

Lejos queda el momento que prende la llama de su afición, siendo aún niño en su Villalpando natal, coincidiendo com la época que era pregonero y echaba los bandos municipales por las calles de su pueblo. Entonces, abriendo los ojos al abanico de una vida con tantas privaciones, se maravillaba con El Velas, un paisano que destacaba en las capeas; también de otro villalpandino apodado Perules, novillero de finas maneras. Pero más que nadie de la cuadrilla de viejos toreros, desheredados de la gloria, que llegaban a las fiestas de San Roque para torear en las capeas y pasar el guante al finalizar. Esa pintoresca cuadrilla integrada por El Poto, El Maño, Regaera, Arturo, El Muertes o incluso el zamorano Conrado, quien el paso del tiempo y la veteranía lo acabó por convertir en el superviviente de una época.

Y ya dominado por la afición se marcha a las capeas, muchas veces junto a paisano Andrés Vázquez, a quien apodan El Nono y llegará a ser figura del toreo, etapa de la que Marcial disfruta plenamente. O también con Teodoro Hernández ‘El Zamorano’, quien más tarde logra sus máximos honores como banderillero de ferias formando parte de la cuadrilla de El Viti y del propio Andrés Vázquez. Son sueños toreros que se prolongan varios años, hasta que un día, después de haber debutado con picadores y ver tanta dificultad, junto al ramillete de toreros postineros con los que es tan difícil competir, comienza a hacer sus pinitos de empresario. Lo hace bajo la bandera de la lucha, con visión y entusiasmo, también con romanticismo y no exento de la picaresca entonces habitual, aunque siempre de manera sana y sin maldad. Llegan sus primeros festejos y en uno de ellos celebrado el día de Santiago, en la villa serrana de Candelario, organiza un festival y él mismo se anuncia para matar un novillo. Sin embargo no pudo culminar la labor, porque al rematar una serie con el de pecho, observa aun montón de chavales que acceden a la portátil tras gatear por unos árboles; entonces, sobresaltado, grita: “¡Se está colando gente!» Y en ese instante, al descubrirse, el novillo lo voltea fracturándole una clavícula e impidiéndolo finalizar la lidia.

Programó espectáculos taurinos por lo largo y ancho de las provincias de Salamanca, Zamora, Valladolid, Segovia… se asomó a Extremadura y La Alcarria –aunque siempre respetando a Pepe ‘Mirabeleño’ y a Felipe ‘El Botas’, los principales organizadores de festejos en esas zonas-, e incluso en la sierra de Madrid. Fue alma de una curiosa empresa que se trató de promover los toros en El Puerto de la Cruz, por Tenerife, isla donde únicamente funcionaba la plaza capitalina gestionada por Victoriano Valencia. Y, como un conquistador, se embarcó junto a una tropa torera a las tierras chicharreras. Sin embargo la aventura fracasó llevándose sus ahorros para regresar a Salamanca con el duro revés del fracaso. Sin embargo, como era constante y con visión, no tardaría en volver a levantar cabeza y triunfar.

                               Organizó numerosas corridas postineras en diferentes lugares del país

Hombre atento, servicial y buena persona, desde hacía unos años había ido dejando sus actividades, pero no su afición, porque estaba al tanto de lo que ocurría en el mundo del toro, acudiendo a infinidad de festejos, al igual que a coloquios, eventos… relacionados con la Tauromaquia, siempre al lado de su esposa Nati, o de su hija, la periodista Patricia Villasante, que era su debilidad. Y en ellos siempre saludaba -con su característico «¿cómo estás jefe»- a tantos aficionados y amigos como sembró en la particular cosecha de su vida y ahora lloran su muerte; justo cuando en el cielo han abierto, de par en par la puerta grande y hasta San Pedro se ha despojado de su capotillo para arrojárselo a los pies de Marcial Villasante y darle la bienvenida más torera.

                        Junto a su paisano Andrés Vázquez, compañero de inicios en las capeas

Acerca de Paco Cañamero

En tres décadas juntando letras llevo recorrido mucho camino, pero barrunto que lo mejor está por venir. En El Adelanto me enseñaron el oficio; en Tribuna de Salamanca lo puse en práctica y me dejaron opinar y hasta mandar, pero esto último no me gustaba. En ese tiempo aprendí todo lo bueno que sé de esta profesión y todo lo malo. He entrevistado a cientos y cientos de personajes de la más variopinta condición. En ABC escribí obituarios y me asomé a la ventana de El País, además de escribir en otros medios -en Aplausos casi dos décadas- y disertar en conferencias por toda España y Francia. Pendiente siempre de la actualidad, me gustan los toros y el fútbol, enamorado del ferrocarril para un viaje sugerente y sugestivo, y una buena tertulia si puede ser regada con un tinto de Toro. Soy enemigo del ego y de los trepas. Llevo escrito veintisiete libros -dos aún sin publicar- y también he plantado árboles. De momento disfruto lo que puedo y me busco la vida en una profesión inmersa en época de cambios y azotada por los intereses y las nuevas tecnologías. Aunque esa es otra historia.

24 comentarios en “Adiós a Marcial Villasante, un luchador del toro

  1. Una gran pena para los que nos miramos en su brillante mirada. Para su hija, que tardía en el nacer,le hinchó-aún más- su corazón grande. Para su mujer, ejemplo de educada cultura natural. Una pena.

  2. Una gran pena. Fue vecino mío en Fuentelapeña, donde tenía sus toros hace años y yo tenía una fnca alambrada de por medio. Un tío estupendo, educadísimo.

  3. Acarició ( lo digo en sentido de respeto y educación) todos los palos del toreo ( novillero. Apoderado, ganadero y empresario ) pero sobre todo hizo mella en el corazón del los que le conocímos. Yo le tenia un cariño muy especial por algo que siempre me decía. Un abrazo Marcial.

  4. D.E.P. El paisano Marcial Villasante. Querido personaje villalpandinos, a quien le vi torear en Villanueva del Campo en sus comienzos de novillero. Afable, buen conversador y siempre con la mira en los toros. Hace unos días dedicando unas fotos a los toreros de Villalpando, le colocamos entre Andrés Vázquez y Luis Miguel Villalpando, junto a Perules, junto a otros más. Mis condolencias a su familia.

  5. Una gran persona. Humilde y trabajador. Honrado con letras mayúsculas. Simpático y afable. Una gran pérdida. Un Villalpandino a recordar con orgullo

  6. Una gran persona. Humilde y trabajador. Honrado con letras mayúsculas. Simpático y afable. Una gran pérdida. Un Villalpandino a recordar con orgullo

  7. Marcial…siempre recordaré lo que hiciste x mi…has sido bueno,noble ,gran persona …y apasionado por la fiesta .de mirada azul y cristalina…de gran pureza..allí donde vayas «haz el paseíllo bien tieso» como tu decias…
    Adiós Marcial,adiós torero,vuela alto hacía la gloria..

  8. Tengo pena en el alma puesto que se nos acaba de adelantar el amigo que nos acompañó durante esta travesía que llamamos vida. Sinceramente lo siento como Villalpandino y amigo. Recordándole que fue una persona tan noble y buena gente que estoy seguro que Dios le tiene reservado un lugar junto a El.

  9. Marcial, que gran persona, siento su pérdida, yo le veía poco, la última vez que lo saludé, a la puerta Miguel Ángel( el rebista)
    Siempre con esa amabilidad y educación q le caracterizaba. Hoy con setenta y dos, recuerdo a muchos de ellos, y guardo un bello recuerdo de épocas pasadas.
    D.E.P.
    Gracias Paco Cañavero por esta crónica que le haces a Marcial, y tantas otras a tantos personajes taurinos de esta nuestra Salamanca.
    Mi pésame a su familia, y a todos sus amigos, en el que yo, también me encuentro.

  10. Gran persona, villalpandino pero pregonero de la tierra que le acogió. Personaje donde los haya. Taurino como el que mas, aficionado de los que entendían de verdad. Con un corazón inmenso y de los que te encontraba paseando a cualquier hora por el centro de salamanca y te echabas un parlao.
    Marcial seguro que el de ahí arriba te tiene preparado un gran festejo. DEP

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