Adiós a Juan Antonio ‘el del Sierro’, un maestro de mayorales

Las vísperas del ferragosto, con España convertida en un inmenso ruedo y los coches de cuadrillas devorando kilómetros, se llevaron a Juan Antonio Marcos García, quien durante tantos años fuera mayoral de la ganadería del Sierro y hombre de máxima confianza de don Luis Sánchez-Urbina. Ayer lo despedían sus familiares y amigos en Martín de Yeltes, ese pueblo del corazón del Campo Charro, al que muchos aún siguen llamando Martín del Río y ha sido una verdadera universidad de mayorales y hombres de campo. De gente que escribía historia al timón de emblemáticas ganaderías y donde Juan Antonio ‘el del Sierro’ ha sido el penúltimo eslabón de un legado. Porque después de aquellas gloriosas hornadas de mayorales los chavales empezaron a buscar una vida más cómoda en la Guardia Civil y la Policía dejando huérfano al campo de estos profesionales.

Ahora, con la marcha de Juan Antonio ‘el del Sierro’ –así era conocido- se va un señor. Un caballero castellano que se distinguió como mayoral callado y prudente, que sabía escuchar y siempre con talante y mano izquierda, con el don del señorío que ganó a todos para ser tan querido como respetado. Con la discreción de bandera. El mismo que durante tantos años por estas fechas agosteñas se montaba en el asiento del copiloto del camión de Mosquete, del de Quesero, de Marce… para llevar a los toros del Sierro –los de su casa- por esas plazas del mundo. Y allí en los corrales estar pendiente de ellos, de defenderlos en los reconocimientos previos si andaba por allí una mano negra. Después, durante la lidia, con su naturalidad y formas prudentes disfrutaba del juego de los toros en el burladero de mayorales, se emocionaba con las arrancadas al caballo o si llegaba el premio de la ovación en el arrastre o la vuelta al ruedo. Y disfrutó plenamente de grandes éxitos en Barcelona, en Madrid, en Francia… en numerosas plazas de la geografía nacional y en otras del norte de los Pirineos envuelto en su forma cabal y discreta.

Junto a don Luis Sánchez-Urbina formó un inseparable tándem de amor al toro.

Qué pena da escribir de hombres de leyenda que se van y de páginas que se van cerrando. Páginas grandiosas y que contribuyeron a escribir a escribir muchos de los mejores capítulos de nuestro Campo Charro ganadero. Como los protagonizados por Juan Antonio ‘el del Sierro’, quien un buen día al finalizar el servicio militar, en 1964, llegó a Sepúlveda para trabajar en El Sierro con don Luis Sánchez-Urbina -otro personaje que ha escrito una inmensa página de señorío, además de eminente médico- y convertirse en un extraordinario conocedor del toro a medida que don Luis le iba enseñando los misterios que rodean a este bello animal. Y empezó a viajar con las primeras corridas, a estar pendientes en los tentaderos de la reacciones de los animales, de los herraderos, desahijados, saneamientos… de ir cada mañana a ver los toros para ver si había novedad. De familiarizarse con los calores del verano o los fríos del inviernos, cuando se candaban las charcas con el carámbano y había que romper el hielo cada mañana para que los animales pudiera beber. Y jubilado cada mañana acudía desde su casa de Martín del Río para dar una vuelta y estar al tanto, plenamente en contacto cotidiano con don Luis. O acompañar a algún grupo si quería ver los toros o conocer la finca, sin faltar a ningún tentadero, donde los toreros lo saludaban con ese respeto y educación que se supo ganar en vida este Juan Antonio, quien fue un maestro de los mayorales y un hombre de bien que tanto amó al toro bravo y al campo en su casa del Sierro.

Que la tierra te sea leve, admirado y querido Juan Antonio, que fuiste un maestro de mayorales y sobre todo un hombre de bien.

Fue conocedor de todos los misterios de la cría del toro bravo.

 

Acerca de Paco Cañamero

En tres décadas juntando letras llevo recorrido mucho camino, pero barrunto que lo mejor está por venir. En El Adelanto me enseñaron el oficio; en Tribuna de Salamanca lo puse en práctica y me dejaron opinar y hasta mandar, pero esto último no me gustaba. En ese tiempo aprendí todo lo bueno que sé de esta profesión y todo lo malo. He entrevistado a cientos y cientos de personajes de la más variopinta condición. En ABC escribí obituarios y me asomé a la ventana de El País, además de escribir en otros medios -en Aplausos casi dos décadas- y disertar en conferencias por toda España y Francia. Pendiente siempre de la actualidad, me gustan los toros y el fútbol, enamorado del ferrocarril para un viaje sugerente y sugestivo, y una buena tertulia si puede ser regada con un tinto de Toro. Soy enemigo del ego y de los trepas. Llevo escrito veintisiete libros -dos aún sin publicar- y también he plantado árboles. De momento disfruto lo que puedo y me busco la vida en una profesión inmersa en época de cambios y azotada por los intereses y las nuevas tecnologías. Aunque esa es otra historia.

9 comentarios en “Adiós a Juan Antonio ‘el del Sierro’, un maestro de mayorales

  1. Mi más sentido pésame a familiares y amigos. Le conocía bien y en alguna ocasión coindicimos con los toros en las plazas. Gran persona. DEP

  2. D.E.P Juan Antonio.
    Un hombre de mi pueblo, Martín de Yeltes, una persona buena y muy querida por todos.
    Mi más sentido pésame a la familia, y un gran abrazo.

  3. Juan Antonio no merecia menos que esta excelente necrológica de Paco Cañamero. Lo echaremos de menos por Martín de Yeltes, por sus calles, por el bar a la hora del café. Quedamos huérfanos de un caballero. QEPD y enhorabuena a Paco por saber plasmar como nadie los valores de nuestra tierra.

  4. D. E. P. Juan Antonio «El del Sierro». No he tenido suerte de conocerlo pero tengo varios amigos Mayorales y son «Magnificos Hombres del Campo» y Excelentes Personas. Mi más sentido pésame a la Familia y Amigos. Un fuerte abrazo desde Córdoba de un Salmantino. A.M.S.

  5. Nuestro agradecimiento por las condolencias recibidas, y en especial por las muestras de afecto expresadas hacia nuestro padre.
    Gracias a Paco Cañamero por dedicarle este bonito artículo.

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