¿Dónde estaban las figuras?

Saltaba la magnífica noticia del impulso dado a través de la Fundación del Toro de Lidia para recuperar la Fiesta en Cataluña, amparado por el Tribunal Constitucional. Olot, histórica villa gerundense, era el punto de partida gracias a su magnífico y buen cuidado coso taurino de propiedad municipal. Era el elegido para llevar a cabo la primera apuesta interesante de celebrar una corrida de toros.

La Fundación ha hecho una buena labor, en coordinación con Paco March, a la sazón Presidente de Entidades Taurinas en Cataluña, propiciando que el primer paso esté dado y a todos los rincones haya llegado esta apuesta de ver cómo Cataluña puede recuperar una normalidad taurina que perdió por los pésimos políticos que han destrozado esa tierra. Hasta aquí todos de acuerdo en una idea tan aplaudida y que de verdad ha sido una enorme apuesta de futuro para demostrar que la Fiesta con el rescoldo muy vivo a poco que se escarbe.

Sin embargo aquí algo falla. Mejor dicho a partir de aquí, porque lo de atrás ha sido una labor estupenda. Pero lo cierto es que ayer mismo las principales figuras del toreo tenían que haber dado un paso al frente y ofrecerse para recuperar esa tierra. Y también los grupos ganaderos, ejemplo la Unión de Criadores de Toros, la Asociación… Y Anoet, como asociación para organizar una corrida… Era necesario el impulso y el ofrecimiento de quienes más deben darlo en los momentos delicados y más puntuales. De luchar para organizar un gran evento taurino que sea el del regreso, con todas las partes implicadas arrimando su hombro.

Pero otra vez han fallado cuando se esperaba que las principales figuras salieran a escena ofreciéndose para torear y, posibilitando, que de esa manera la Fiesta hubiera crecido. Y se haría más viable la posibilidad de recuperar Cataluña y como espectáculo sería un ejemplo para todo el país, más aún en un aspecto tan sensible.

Hubiera sido una postura muy buen acogida, sin olvidar que las figuras siempre se comprometieron cuando fue necesario echar una mano. Ellos ahí siempre fueron los primeros. Aún están a tiempo de rectificar, porque es un momento de unión y ahora entre todos hay que apoyar el rescate taurino de Cataluña. Y en este momento, al igual que cuando en la Legión piden un voluntarios y todo el escuadrón da el paso al frente, ellos deben ser los primeros. Porque ese el camino.

 

Acerca de Paco Cañamero

En tres décadas juntando letras llevo recorrido mucho camino, pero barrunto que lo mejor está por venir. En El Adelanto me enseñaron el oficio; en Tribuna de Salamanca lo puse en práctica y me dejaron opinar y hasta mandar, pero esto último no me gustaba. En ese tiempo aprendí todo lo bueno que sé de esta profesión y todo lo malo. He entrevistado a cientos y cientos de personajes de la más variopinta condición. En ABC escribí obituarios y me asomé a la ventana de El País, además de escribir en otros medios -en Aplausos casi dos décadas- y disertar en conferencias por toda España y Francia. Pendiente siempre de la actualidad, me gustan los toros y el fútbol, enamorado del ferrocarril para un viaje sugerente y sugestivo, y una buena tertulia si puede ser regada con un tinto de Toro. Soy enemigo del ego y de los trepas. Llevo escrito veintisiete libros -dos aún sin publicar- y también he plantado árboles. De momento disfruto lo que puedo y me busco la vida en una profesión inmersa en época de cambios y azotada por los intereses y las nuevas tecnologías. Aunque esa es otra historia.

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