¡Lo llamaban el salvaferias!

Hoy hurga en mi recuerdo aquel cartel de los banderilleros que hace tres décadas era imprescindible en todas las ferias. El integrado por Esplá, Mendes, El Soro y, en muchas ocasiones, el simpático Morenito de Maracay –que fue mucho más que su par al quiebro-. Aquellas tardes de ferias con el ‘no hay billetes’ y la enorme expectación que despertaban, aunque los puristas, en una mayoría, desertaban y cedían sus entradas bajo la excusa de ‘bajan mucho con la muleta’, algo que el tiempo acabó de borrar para darle el verdadero sitio que gozaron estos grandes toreros.

Aquel cartel que nació, ocasionalmente, unos años antes con Paquirri, Ángel Teruel y Paco Alcalde -aunque en épcas también se acartelaron matadores banderilleros: Pepote Bienvenida. Pepe Dominguín, Arruza…, más tarde los Corpas…-, cuando de verdad tuvo pujanza fue en la década de los 80, al engrandecerlo los Esplá, Mendes, El Soro y Morenito de Maracay, que entraba en muchas ocasiones por alguno de los citados, viendo los empresarios un filón del que carecían las corridas del postín. Los protagonistas llenaron las plazas durante una década, ganaron mucho dinero y mantuvieron máxima expectación –a pesar de los puristas-. Incluso, de vez en cuando, en las ocasiones que salían del clásico cartel para torear con las llamadas figuras, daban el do de pecho y también triunfaban en los carteles de lujo. Ahí están los grandes éxitos de Mendes. Los de Esplá en tantas plazas o incluso El Soro, a quien en su Valencia natal nadie le hacía sombra. Recuerdo que una de esas tardes brindó un toro al maestro Antonio Ordóñez, que presenciaba la corrida desde un burladero del callejón. Ese día al finalizar el festejo y, mientras El Soro era llevado en volandas, alguien quiso ‘comerle la oreja’ al maestro tratando de ningunear al protagonista del brindis, a lo que el rondeño respondió, “a ver quién es capaz de dar esa docena de naturales que ha dado el de la huerta”. Desde entonces El Soro y Ordóñez fueron muy amigos.

Hoy, recién iniciado el 2023, cuando a la Tauromaquia la conduce el sistema a ser únicamente la Fiesta de las figuras, qué bueno sería aportar ideas. Una de ellos es volver a buscar una terna de banderilleros para regresar a la ferias y regalar pasión y emoción bajo el tercio e banderillas.  Son ideas y podían funcionar perfectamente como aquel inolvidable ‘salvaferias’ de Esplá, Mendes, El Soro o Morenito de Maracay. Porque aquello si que tuvo glamour y grandeza.

Acerca de Paco Cañamero

En tres décadas juntando letras llevo recorrido mucho camino, pero barrunto que lo mejor está por venir. En El Adelanto me enseñaron el oficio; en Tribuna de Salamanca lo puse en práctica y me dejaron opinar y hasta mandar, pero esto último no me gustaba. En ese tiempo aprendí todo lo bueno que sé de esta profesión y todo lo malo. He entrevistado a cientos y cientos de personajes de la más variopinta condición. En ABC escribí obituarios y me asomé a la ventana de El País, además de escribir en otros medios -en Aplausos casi dos décadas- y disertar en conferencias por toda España y Francia. Pendiente siempre de la actualidad, me gustan los toros y el fútbol, enamorado del ferrocarril para un viaje sugerente y sugestivo, y una buena tertulia si puede ser regada con un tinto de Toro. Soy enemigo del ego y de los trepas. Llevo escrito veintisiete libros -dos aún sin publicar- y también he plantado árboles. De momento disfruto lo que puedo y me busco la vida en una profesión inmersa en época de cambios y azotada por los intereses y las nuevas tecnologías. Aunque esa es otra historia.

3 comentarios en “¡Lo llamaban el salvaferias!

  1. ¨ay mamaine
    ay mamaine
    todos los negros tomamos cafe¨
    recuerdo esos cánticos al bueno de morenito en los sanfermines, hoy en dia nos acusarian de racistas, xenofobos y muchisimas cosas mas.

    1. Llegó a mi una expresión muy graciosa que escuchó su mozo de espadas al recibir la visita de un conocido mientras el Moreno se vestía en la habitación del hotel para afrontar un compromiso en alguna plaza. José Melo debía estar bien dotado de atributos y saltó con la expresión: «mami que será lo que tiene el negro»!

  2. Salvaban muchas ferias, ganaban menos que las figuras y encima solían echarle lo que nadie quería matar. No sólo me refiero a hierros toristas sino a otros de segunda fila con menos caché que las ganaderías que mataban las figuras. Y a pesar de eso todos los años triunfaba alguno en Madrid Pamplona o Bilbao

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