Los experimentos con gaseosa

Desconcertado me quedé al leer la información sobre el nuevo ensayo que preparan, en las locuras de su laboratorio, los muchachos de la plataforma televisiva Movistar para continuar en su alegato de seguir retransmitiendo corridas de toros. Resulta que Movistar, ante la ruina que se le avecina, quiere salvar los muebles de su interés -y de esa manera seguir haciendo caja con sus abonados- organizando festejos para septiembre a ¡puerta cerrada! ¡Temple y normalidad! Pisen la tierra y dejen de experimentar con gaseosa, señores. Ahora mismo la Turomaquia no está para sus jueguecitos y si para que, a la vuelta de la normalidad, se hagan las cosas bien y olviden tantas tropelías de los últimos años.

Desde hace años venimos denunciando en esta página que el toreo se sujetaba en una débil estructura y, de venir mal dadas, no soportaría demasiados vaivenes. Aquello que aparentaba ser un gran barco, realmente no era más que un velero que no saldría adelante si en plena navegación lo sorprende un temporal. Y desgraciadamente, una vez más, llevábamos razón.

La Fiesta lleva unos años bajo estructuras impropias para un espectáculo de su categoría. Unos pocos tiburones se quedaron con ese océano y allí no volvió a navegar nadie más que ellos. Lo devoraron todo, las ferias las convirtieron en un intercambio de cromos de su interés y hasta ningunearon a un sector que debía mandar y sin embargo, desde hace años, ha sido incapaz de imponer su ley, el de los ganaderos. Y más que a nadie, en ese egoísmo, no cuidaron al cliente, al aficionado.

Dieron de lado a quien mantiene la Tauromaquia, el aficionado, que jamás contó para nada y hasta fue una especie de apestado para las elites. Del aficionado solamente interesó que pasase por taquilla y no diese guerra. A las élites empresariales y de figuras le molestaba enormemente que, en su derecho protestase. Igual que el periodista crítico contra sus abusos o el toreo ligth, mientras buscaban una Fiesta de miel, de aplausos y lisonjas, matando a la gallina de los huevos de oro. Entonces los poquitos nos mojábamos denunciando esos atropellos nos llamaban destructores y enemigos de la Tauromaquia. ¡Y hasta nos llevaron el juzgado!

Estaba claro que esa estructura creada únicamente para servir a las grandes figuras y carente de cualquier cimentación se vendría abajo ante algún huracán -más si es todo un tsunami, como la pandemia de dolor que padecemos-, que si no ponen remedio ya puede dejar a la Fiesta para la mulillas. Era absolutamente intolerable que el pastel se lo repartieran una figuras, pocas, junto al gran sector empresarial, ya reducidos a muy pocos, pero con tremenda fuerza -apoderaban figuras, manejaban plazas, manipulaban ganaderías…- después de haberse comido al resto, quienes se vieron obligados a irse. Mataron la segunda línea del toreo, donde siempre hubo un grupo de destacados diestros que, desde esa posición buscaban el sitio a le élite y todo aquellos que no era barrer para la acera de su interés.

Ha sido una inmensa pena ver la Fiesta en manos tan poco brillantes como las que ha estado y me refiero al sistema empresarial. Un sistema tan escaso de talento, sin capacidad de plantar las líneas del futuro, de ningunear el débil… y ahora, cuando llegan mal, dadas es incapaz de flotar. Junto al sistema empresarial se suman las figuras que, en la mayoría de los casos, únicamente han actuado pensando en su cartera, abusando del toro chico y exigiendo el billete grande, muchas veces en plazas que apenas superaban la media entrada, pero avalados por una prensa servicial que, esos pobres aforos los justificaban. Una prensa que veía sangrar su histórica dignidad, especialmente con las corridas televisadas de los últimos años a través la plataforma Movistar, para cuyos comentaristas era malos aficionados quienes protestaban o exigían; se debería de echar del palco a presidentes serios, un bajonazo se daba por bueno al grito de “ha matado muy bien”, sin buscar otra cosa más que el triunfalismo. 

Hoy, esa plataforma Movistar, que de unos años para acá no miró por la defensa del toreo, quiere seguir haciendo caja y para que no se den de baja los abonados planea un navajazo traidor a la grandeza de la Fiesta con la programación de corridas a puerta cerrada. Ya está bien de manipular y distorsionar la realidad, de hacer comulgar con ruedas de molino, de manipular la verdad, cuando ahora saltan con la tremenda desfatachez de pretender salvar muebles con una Fiesta descafeinada, sin color y sin sabor. A ¡puerta vacía!, sin la grandeza que trae ese olé espontáneo que surge desde un tendido. Solamente con unos cuantos chupones en el callejón. Dignidad y respeto a la grandeza de la Tauromaquia.

Alegarán que lo hacen en defensa del momento crítico que atraviesan los ganaderos. Bien, se agradece que oculten su verdad intentando salvar otros gremio, pero aquí quien debe salvarse son ellos al exigir medidas y ayudas a la Administración; lo mismo que deben hacer subalternos y toreros. Ellos están en su derecho y son quieren deben negociar. No se puede jugar con el prestigio de la corrida a cualquier precio y menos en estos tiempos convulsos donde una parte del actual Gobierno anda con tantas ganas –y así lo ha dicho y lo demuestra- de sacar la hoz y darle con el martillo para ahogarla por asfixia. 

El festejo taurino, en el momento que se pueda y se haya acabado con esta lacra, debe volver con su pujanza y el colorido que encierra una tarde de toros, con los tendidos rebosantes de un público que es la misma postal de España. Vamos, no veo yo a Joselito y a Belmonte toreando a puerta cerrada cuando la gripe de 1918; porque aquellos, especialmente José, además de ser grandes toreros miraban por la grandeza de la Fiesta. Mientras que ahora solo le interesa llevárselo. O a mangonear su interés, como ocurre con la plataforma Movistar.

Acerca de Paco Cañamero

En tres décadas juntando letras llevo recorrido mucho camino, pero barrunto que lo mejor está por venir. En El Adelanto me enseñaron el oficio; en Tribuna de Salamanca lo puse en práctica y me dejaron opinar y hasta mandar, pero esto último no me gustaba. En ese tiempo aprendí todo lo bueno que sé de esta profesión y todo lo malo. He entrevistado a cientos y cientos de personajes de la más variopinta condición. En ABC escribí obituarios y me asomé a la ventana de El País, además de escribir en otros medios -en Aplausos casi dos décadas- y disertar en conferencias por toda España y Francia. Pendiente siempre de la actualidad, me gustan los toros y el fútbol, enamorado del ferrocarril para un viaje sugerente y sugestivo, y una buena tertulia si puede ser regada con un tinto de Toro. Soy enemigo del ego y de los trepas. Llevo escrito veintisiete libros -dos aún sin publicar- y también he plantado árboles. De momento disfruto lo que puedo y me busco la vida en una profesión inmersa en época de cambios y azotada por los intereses y las nuevas tecnologías. Aunque esa es otra historia.

11 comentarios en “Los experimentos con gaseosa

  1. Me descubro, caballero, yo era de los partidarios de esa idea, porque ésto no parará, que cada uno compraría la corrida según el interés, como el futbol, está claro todo lo que dices, lo más sangrante esos clase de público que ha nacido de los comentarios de éstos analfabetos taurinos, repito, me descubro, espero estéis todos bien, un abrazo fuerte, como dije en la historia de mi Facebook, el día que vuelva a subir al palco y me chillen lo de » Fuera del palco» ese día lloro de emoción, . Grande Paco

  2. Como pocas veces te lo puedo expresar, como siempre te lo puedo decir:
    Amigo!!! Mi más sincera admiración por lo claro y conciso, por lo atinado en el acierto real, por ese verbo que demuestra que estás más allá del humilde junta letras que pones por delante.
    Chapeau! por un artículo con cuerpo y seriedad que firmaría el mejor Joaquín Vidal…por un relato que con fe y pasión feliz hubiera firmado el Navalón de primeros de los setenta…
    Como me alegro de poder presumir que tengo un amigo en Salamanca que escribe como….
    Enhorabuena!

  3. Sí señor, Paco. Ya está bien de tantas bobadas. Y tantas ideas vanas. Razón y fe. Y tú, amigo. En lo que dices más que un santo. Un abrazo

  4. Sin un pero, Paco.
    A puerta cerrada y que Emilio Muñoz y Casas, tan dadivosos ellos, premien todas las faenas con las dos orejas.
    Qué viva la Pepa!!!!!

  5. Totalmente de acuerdo contigo, hace dos días cuando leí lo que estaba tramando Movistar, dije en un breve comentario que me parecía que lo que querían eran aprovechar la situación para recaudar, dado que muchos nos veremos obligados a darnos de baja.
    Gracias por tu excelente explicación.

  6. Excelente explicación, hace dos días en un comentario en las redes dije lo mismo, que es simplemente afán recaudatorio.
    Con tu permiso lo fusilo para el próximo número de nuestra revista que espero salga en el mes de mayo. Claro está, citando a la Gorietadigital y a tí, como no podía ser de otra manera.
    Me agrada recibir noticias tuyas por dos motivos: por nuestra amistad y por nuestra salud. Saludos

  7. Amigo Paco.
    Pintas muy bien la realidad de La Fiesta.
    Hace años que tus denuncias se acumulan y los poderosos con sus marionetas van a lo suyo.
    Yo tengo Movistar en casa y de seguir así ma daré de baja y como yo, miles.
    Un abrazo.
    Nota: Yo tambien estuve enamorado del toreo de Curro Vázquez.
    No olvidaré su despedida en Vistalegre con El Juli.

  8. Muy de acuerdo con lo mencionado, una corrida de toros sin público es algo desnaturalizado y puede que hasta peligrosa la imagen que se exporte.
    Anatur ( partido al cual pertenezco) envío una propuesta de festejos taurinos desde las propias ganaderías a Movistar toros con el objetivo más señalado de evitar que toros con 5 años o a punto de cumplirlos no tengan una muerte tan inmerecida por su simbolismo , como es un oscuro y frío matadero.
    Paco, me gustaría que me enviara su dirección de correo y poder enviarle nuestra propuesta a Movistar toros y conocer su opinión.
    Gracias

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