Humean las redes desde el mediodía del domingo tras el volcán artístico protagonizado por Juan Mora en el tentadero benéfico celebrado en Talavera de la Reina. En esa plaza conocida como ‘la caprichosa’ que desde 1920 vive bajo la influencia de la gloria de Joselito, que fue el rey de los toreros y esa mañana invernal que se disfrazó de primavera se llenó hasta colocar el ‘no hay billetes’. Ese anuncio que es el sueño de todos los empresarios.
Ha sido una tienta pública la que ha dado otro nuevo golpe en la mesa para reivindicar la pureza de quien es un lujo del toreo. De ese Juan Mora, que vuelve a enamorar cada tarde que alguien con sentimiento y afición lo contrata para gloria y grandeza del arte de torear. Lo mismo que ocurre en las ocasiones que descuelga el traje de luces para hacer más grande la Tauromaquia. O ahora ha ocurrido en el un tentadero benéfico que ha sido una exaltación al mejor toreo. Y también la mejor lección para los miles de aficionados que llenaron ‘la caprichosa’.
No es nuevo que las redes sociales se vuelvan locas después de una tarde luminosa de Juan Mora, a la par que los aficionados empiecen a mandar mensajes felicitándose de “Lo que te has perdido. Ha sido grandioso”. Algo habitual en esta nueva época que llegó tras el aldabonazo de 2010 surgido tras varios años de ostracismo y que convierte en un acontecimiento las tardes que torea. Fresco está aún el ‘suceso’ de Las Rozas, el de Mérida… y tantos otros. Pero también numerosas tardes que hizo enamorar en el campo a quienes tuvo el privilegio de disfrutar con el gusto de su toreo. De ese toreo cuya interpretación supo captar gracias a la lecciones que aprendió desde la niñez de mano de su padre, el gran Pepe ‘Mirabeleño’, quien siempre bebió en las fuentes de la pureza.
Eso hace de Juan Mora un torero grandioso, porque en él se refleja lo que quiere ver el aficionado de verdad. O lo que es igual la faena de quince muletazos con la espada de verdad que se corone por una estocada y aromatizada por la pureza y la verdad. Porque su toreo es pura poesía. Si poesía que convierte a Juan Mora en el poeta del toreo –al igual que la imaginación de Pepe Alameda, el genial comunicador madrileño exiliado en México bautizó hace sesenta a años al mexicano Alfonso Ramírez ‘El Calesero’-.
Juan Mora es torero para saborear y paladear la mejor Tauromaquia. Todo un lujo para los más exigentes paladares, aunque lo triste de todo es que los carteles de las primeras ferias ya estén en la calle y en ellos no esté escrito el nombre de Juan Mora. Ni tampoco suena para Sevilla, lo que es una gravísima injusticia. Porque se priva al aficionado de un maestro que es el último lujo del toreo y contra el que se ha cometido el más injusto olvido vivido en el toreo durante las últimas décadas. Sí, ese y al que el ‘sistema’ ha apartado en una de las página más injustas de la Fiesta.
Sería un lujo poder asistir mañana 28 a Alfaro. En ese recinto habrá pasión, entusiasmo y verdad. Paco Cañamero presenta a Juan Mora que hablando sobre la verdad del toreo. Dos maestros en sus respectivos oficios. ¡Enhorabuena!
Si este año tampoco lo vemos anunciado en San Isidro en Las Ventas es que el sistema está herido de muerte. Las faenas de aquella Feria de Otoño han sido, con diferencia, los retazos más artísticos que se han visto en el ruedo capitalino en muchos años. Y lo de Las Rozas…. no hay palabras. Sin tener nada contra Morante, desde aquel 2010 el sevillano no ha hecho nada memorable o cuando menos reseñable en Madrid y viene cuando, con y con quien le sale de los ….. Y a los verdaderos aficionados nos acabarán justificando la ausencia del poeta del toreo con majaderías… y a tragar…. MALDITO SISTEMA.
No es que no quieran contratarle, lo que no quieren es pagarle ni respetarle. Hace bien en no entrar por el aro, manteniendo muy alta su dignidad y su categoría.
GRANDIOSO TORERO Y MAESTRO. OLE JUAN MORA!!!!