En cierta ocasión intentaron sacarle los colores a Cela indicándole que había autoplagiado un texto suyo y entonces el escritor gallego, rezongón él, indicó: “No es copiar, es volver a repetir la lección para que se entere la gente de una vez”. Hoy, recurriendo al ingenio de don Camilo, el que siempre quiso ser torero y solamente llegó a premio Nobel, se podría utilizar su sentencia en el mundo de los toros. Sobre todo aplicarla al ‘sistema’ que rige la Fiesta y vive de espaldas a la realidad. Sin reaccionar ante tantos ataques y sin dar la cara desde sus madrigueras del poder.
A pesar de notarse algún cambio favorable lo cierto es que en la mayoría de los casos el 2016 en el ámbito taurino es una sucesión de los mismos errores que en los años anteriores tanto mellaron a la Fiesta. Falta, por ejemplo, más competencia entre las clásicas figuras, más preocupadas de cerrar el paso a los jóvenes que de emocionar a los públicos. Es decir no sirven los méritos en el ruedo y sí las dictaduras que surgen en el hermetismo de unos despachos que nunca se alimentan de la ilusión del público. Ahí está la polémica de Paco Ureña, desposeído de los galones logrados para matar la de Adolfo Martín en San Isidro gracias a su sabor en la pasada Feria de Otoño y ahora lo descabalgan, de feas formas, para que toreé Sebastián Castella en otra injusticia escrita con la tinta de la traición.
Por tierras de Castilla han bajado la trapa en Valladolid, que pierde injustamente su feria chica, la de San Pedro Regalado, patrón de los toreros y de la propia ciudad. Suspenden esa feria de mayo por la negativa del actual Ayuntamiento a subvencionarla y se lía la de San Quintín. Pero la cosa no acaba aquí, bien es cierto que durante los días de San Pedro Regalado en Valladolid se vivía con pasión el toro, pero era gracias al dinero público en el que además la empresa aprovechaba para acartelar a sus toreros en la corrida grande y, de paso, sumar nuevas comisiones. Sin embargo ahora, que toca mirar de frente la realidad y ponerse el mono de trabajo, la empresa ha demostrado su vacío de ideas para ilusionar e imantar a la afición para que acuda al coso del Paseo de Zorrilla. Porque este año, el dúo Matilla y Uranga, tenía ante sí la posibilidad de demostrar su profesionalidad y poner en practica las nuevas bases que deben regir la Fiesta. Sin embargo han tirado por el camino fácil de no organizar festejos. Y lo más triste es que la prensa los aplaude, cuando en cualquier época ese deberían ser criticado en grandes titulares y exigirle la profesionalidad que deben tener. Porque resulta tristísima esa deserción al no contar con el dinero público. Y por favor que no me comparen con Seminci, ni con otras actividades subvencionadas. Que las comparaciones son odiosas. El arreglo del futuro taurino de Valladolid llega con ideas y trabajo para levantar esa feria y que subsista por sus propios medios, que es el camino que ya va a necesitar la Fiesta. Porque de lo contrario, como siga alumbrada por estas mentes, en poco tiempo quedará reducida a unas cuantas, muy pocas, plazas. Vamos, algo parecido a la ópera.
Por último, para el ‘sistema’, parece que el futuro pasa por la manifestación del día 13 en Valencia. Y ni mucho menos. Resulta que se busca una oportunidad de verdad para demostrar lo que somos y la fuerza que tenemos, pero se falla gravemente en la programación al aparecer de nuevo intereses personales. De momento se ha convocado para la intempestiva hora de las 15 –la siesta y partida-, cuando realmente debería ser a las 12. De esa manera va a ser una manifestación autobusera de bocadillo y lata de cerveza. Porque de celebrarse a las 12 reportaría enormes beneficios a la ciudad, sobre todo en la gastronomía en medio de un excelente ambiente taurino. Pero aquí, Simón Casas, tan listo como informal, ha sacado la tajada para organizar al mediodía un concurso de recortes y que se le llene la plaza, pero realmente es un atraso por varias razones en esa apuesta. Primero, la manifestación de Valencia para atraer gente utiliza a los aficionados a festejos populares y del bous al carrer, lo que es un gravísimo error. No olvidemos que el espectáculo popular –los recortes- es el mayor enemigo de la corrida a pié y el que más la está lastrando, pero nadie pone el punto sobre la í en este espinoso asunto. Solamente los políticos enemigos de las tradiciones para cargarse la Tauromaquia y no aprenden. Por otro lado, en Valencia en la cabecera de la manifestación debería estar José Tomás, Ponce y El Juli, de toreros; autoridades de las letras –Vargas Llosa, Dragó…–; del arte -Barceló…–, pero me temo que estarán los de siempre, es decir los Santiago López, Simón, Cutiño, Justo Benítez… quienes tienen tantos cadáveres en las cunetas de su gestión. Y así nos va…
Y es que los taurinos no aprenden. Van a lo suyo abrazados a políticas taurinas de mediados del siglo pasado y la innovación está apeada de ellos. Por eso el gran problema de la Fiesta es el sistema tan casposo que la rige. Y por eso hay que repetir siempre la lección, teoría con la que se defendió el genial Cela al indicarle que se había autoplagiado.
Leo sus artículos desde hace años, en cosas estoy de acuerdo y en otras no, que de eso se trata la vida. No escribo comentarios por diversas razones, pero lo de hoy no lo puedo dejar pasar.
Poco voy a comentar de la plaza de Valladolid, de donde era abonado y me echaron y desde entonces solo acudía a novilladas.
Ahora bien, que diga que es un error contar con la gente de lo popular en Valencia es una soberana tontería para dividir a los aficionados cuando debemos estar unidos y sobre todo, cuando es la federación de bous al carrer, plataforma 28F,…. la que esta organizando todo son de pertenecientes al festejo popular.
Basta ya de denostar al festejo popular, cuando es la que lleva soportando el mayor peso de la tauromaquia, sobre todo en los últimos años. Cuando una peña, asociación, pueblo,… se lleva un toro de una finca lo primero que tiee que hacer es pagar y la mayoría de las veces mas que lo que se pagaría si el mismo toro fuese a una corrida. Basta ya cuando la manifestación de Valladolid reunió a 9000 personas y 8950 eran de lo popular, basta ya porque los aficionados a lo popular no diferenciamos, vamos a las plazas y pagamos entrada. Basta ya porque llevamos años haciendo de contención bastante mas que la plaza y donde primero se ha denunciado y se están haciendo las cosas es en los bous al carrer, en Coria, en Mediancei o en el denostado Tordesillas, donde llevan aguantando solos 10 años. Me gustaría ver aguantar a los profesionales y el acoso, persecución, insulto, vejación,…. que aguanta TODOS LOS DÍAS DEL AÑO Tordesillas y ahi sigue, defendiendo TODA LA TAUROMAQUIA.
No busque el error en el pueblo y lo popular, por que la tauromaquia, los toros son del pueblo y los taurinos (periodistas incluidos) solo son de su casa.