Paco Ureña tardó en alcanzar la gloria casi en el límite, porque cuando parecía que ya quedaba lejos el tren del toreo se detuvo en su andén para deleitar con la pureza y verdad. Ya son varios los golpes de atención los protagonizados por este murciano apoderado por la Casa Chopera que ha sido capaz de enamorar a Madrid para hacerlo su torero. Porque Ureña ya está herrado, a golpes de arte y pasión, con el sello de ‘torero de Madrid’, que es un signo de distinción.
Hoy nos queda el recuerdo de un ramillete de faenas purísimas marcadas por su particular sello. Faenas para deleitar, con gusto, con esencia y todas con tanta pureza como la que atesora. Me encanta este Paco Ureña que forma parte del exclusivo club de grandiosos toreros a los que nos gustaría ver más, porque están alejados del circuito de las grandes ferias. Ese club de elegidos formado por nombres como Juan Mora, Curro Díaz, Diego Urdiales, Morenito de Aranda, El Payo… y que son un verdadero deleite.
Ayer puso el sello de la esencia en este San Isidro marcado por la lluvia en el que su nombre cotiza más al alza en la bolsa del toreo y sobre todo que ya tiene el hierro de ‘torero de Madrid’, que esos son palabras mayores.
En 2014, después de una más que interesante corrida de Montalvo en la Glorieta, comentaba el cronista del programa de mano (no recuerdo su nombre ahora, maldita sea) que «Ureña no ofrecía el medio pecho, sino el pecho entero». Con todo, en ese festejo la puerta fue para un acuario Joselito Adame, a base de pico, trapazo, pico (menos mal que ahí estaba la parroquia del cuatro para reprimir tales ventajas). A ver que nos ofrece Ureña, dentro de un par de domingos, con lo de Las Ramblas. Saludos
(sobre el comentario anterior) corrijo: feria de 2013 lo de Montalvo y un «tal» Joselito Adame sin hermano novillero de doble comparecencia en el ciclo isidril, a los tiempos que corren