¡Qué maravilla de torero!

La belleza del toreo es una excelencia que permanece inmarchitable a la erosión de las garras del tiempo. Esa excelencia que tiene a Juan Mora en un legítimo protagonista y envejece con grandeza en la barrica de la historia. Ese Juan Mora que es el último lujo del toreo, genuino artista de la Fiesta actual y quien es capaz de hacer correr las fuentes del toreo con las aguas más limpias y cristalinas en las escasas veces que le dejan ejercer dignamente su vocación.

La última clase de su cátedra la dictó ayer en el pequeño pueblo madrileño del Boalo, allá entre las vecinas montañas de la sierra de Guadarrama fue luz para el alma el regalo de su torería, la que refrescó los depósitos de la afición gracias a ese torrente de belleza protagonizado por el maestro de Plasencia a un magnífico ‘colorao’ de Zalduendo, perfecto contrapunto de una obra de arte única. Breve e intensísima para saborear todos los momentos con la magia de su capote y muleta surgiendo la mejor sinfonía torera. Porque cuando rodó el toro a Juan Mora se le iluminaron los ojos a la vez que dibujó una sonrisa, como flor de primavera, mientras dejaba posado su sombrero de ala corta sobre los costillares del ‘zalduendo’ en el arrastre.

Fue la magia del arte y la grandeza de la torería a cargo de un glorioso veterano elevado desde hace años a los altares del culto. A ese lugar reservado para los muy poquitos que atesoran la divinidad de la torería. La misma que ayer nos regaló en la placita serrana del Boalo a quienes tuvimos el privilegio de deleitarnos con otra página histórica de este grandioso maestro que es el último lujo del toreo. Lo de menos fueron las orejas, porque se las lleva el viento de la memoria, mientras el arte de sus naturales siempre tendrá eco en la eternidad.

Junto a mis apuntes, escritos con la tinta de la emoción, os dejo también el enlace de la magnífica crónica realizada por Jaime López en ‘banderillas negras’ y que merece la pena leer: http://patrimoniotaurino.com/juan-mora-genio-sigue-creando-magia-cronica-boalo-9-julio/

COLETILLA: Sirvan también estas líneas como respeto al gran torero de plata Pablo Saugar ‘Pirri’ herido de máxima gravedad ayer en Pamplona. Vaya mi mejor deseo de recuperación y que pronto vuelva a la actividad quien ha honrado siempre la profesión torera y ahora se encuentra en el lecho del dolor

Acerca de Paco Cañamero

En tres décadas juntando letras llevo recorrido mucho camino, pero barrunto que lo mejor está por venir. En El Adelanto me enseñaron el oficio; en Tribuna de Salamanca lo puse en práctica y me dejaron opinar y hasta mandar, pero esto último no me gustaba. En ese tiempo aprendí todo lo bueno que sé de esta profesión y todo lo malo. He entrevistado a cientos y cientos de personajes de la más variopinta condición. En ABC escribí obituarios y me asomé a la ventana de El País, además de escribir en otros medios -en Aplausos casi dos décadas- y disertar en conferencias por toda España y Francia. Pendiente siempre de la actualidad, me gustan los toros y el fútbol, enamorado del ferrocarril para un viaje sugerente y sugestivo, y una buena tertulia si puede ser regada con un tinto de Toro. Soy enemigo del ego y de los trepas. Llevo escrito veintisiete libros -dos aún sin publicar- y también he plantado árboles. De momento disfruto lo que puedo y me busco la vida en una profesión inmersa en época de cambios y azotada por los intereses y las nuevas tecnologías. Aunque esa es otra historia.

18 comentarios en “¡Qué maravilla de torero!

  1. Me gustó mucho lo de Pepe Luis en Granada. Y lo de ayer en El Boalo. Nada que ver con lo del día a día y feria a feria.

  2. Juan Mora cortó 2 orejas al toro que habría plaza en Madrid con solo 15 naturales. Nadie más lo ha logrado. No es un torero, ni un toreo, que pueda prestarse al mercantilismo de las empresas. No lo entienden, no es fácil de entender. Hay que sentirlo, y las empresass no sienten. Ni muchos públicos, tampoco.

  3. El domingo pasado, en El Boalo, cristalizaba la palabra proclamada en la celebración de ese día : « Gracias Padre por q has escondido estas cosas a sabios y entendidos y se las has revelado a gente sencilla»

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