En la estación de los sueños

El viento arrecia con fuerza durante la infernal tarde de San Federico en la estación de ferrocarril de La Fuente de San Esteban, espacio elegido para el reportaje. Desde hace tiempo es un lugar solitario y alejado de su esplendor, con los trenes que van y vienen de Portugal pasando de largo. Allí, a la hora fijada se presenta Alejandro Marcos, quien viste de forma informal, con andares toreros y el capote al hombro, para dirigirse al encuentro del reportero. Son vísperas de su alternativa y disfruta de estas fechas con la ilusión propia de tan importante acontecimiento, ultimando los preparativos, saboreando el premio que tantas veces soñó. Hoy, con los deberes hechos, espera al martes para abrir la nueva puerta de su futuro con el cartel deseado y cumplir aquel sueño engendrado una tarde otoñal en la plaza de Las Ventas tras despertar su vocación mientras el maestro Juan Mora enamoraba con su toreo.

– Alejandro. Parafraseando la canción de Mikel Erentxun ‘todo llega’…

– Sí, es un momento deseado y a la vez muy esperado que me hace tan feliz. Seguro que si me hubieran dado a elegir el cartel habría sido este. Es un orgullo hacerme matador de toros con dos maestros tan grandes, que además han sido espejos para mirarme.

– ¿Se le ha pasado rápida la etapa de novillero?

– Desde la perspectiva de echar ahora la vista atrás sí, parece que fue ayer mi debut. Sin embargo ha habido momentos para todo durante estos tres años y medio donde he toreado casi cincuenta novilladas.

– ¿A bote pronto cuáles son los mejores instantes?

– En Zamora un novillo de Zacarías Moreno me hizo sentir el toreo que quiero expresar. Otro día bonito fue mi presentación en Madrid, abriéndome muchas puertas, entre ellas las de poder torear novilladas en numerosas localidades de la sierra y provincia de Madrid, junto a repetir varias veces en Las Ventas, más que ningún otro novillero en esta época. También fue muy importante el Zapato de Oro.

– ¿Y en el reverso?

– La novillada del pasado año en San Isidro. Aquel día abandoné la plaza con la sensación de haber olvidado cuanto sabía.

– ¿Pensó entonces en tirar la toalla?

– No, jamás. Lo que hice fue buscar el motivo de aquella adversidad. Cuando no hago las cosas como las siento o incluso si sufro una voltereta en el campo siempre busco los razones.

– ¿El mejor consejo que le dieron al iniciar el camino del toreo?

– Ha habido varios. Uno fue en mis principios en un tentadero que coincidí con Leandro Marcos y me dijo: “Disfruta de cada momento como si fuera el último”. Desde entonces he intentado ser fiel a esas palabras.

– ¿Se siente un privilegiado?

– Sí y sobre todo muy agradecido. Agradecido a los ganaderos de Salamanca que tanto me han ayudado, desde El Puerto de San Lorenzo, los de Casasola, Diego Tabernero, Julio García, Valdefresno, Montalvo… todos en general. Al igual que la gente de mi pueblo, siempre volcada conmigo. Esos detalles te hacen crecer y esforzarte para estar a la altura de la responsabilidad.

– Usted llegó al escalafón de novilleros y existía una hornada de novilleros que hoy son matadores de postín. Son los casos de Roca Rey, José Garrido o Ginés Marín. ¿Qué le dicen esos nombres?

– Muchas cosas: Compañeros, amigos, ejemplos, motivación… Mantenemos una excelente amistad desde entonces y se han alegrado de mi alternativa. Después, en la plaza, cada cual busca su triunfo. Verlos ahora en las ferias es una motivación para mí y un aliciente volver a compartir carteles con ellos.

– Ahora, que ha vivido una evolución importante durante esta etapa de novillero con picadores, ¿cuáles son sus gustos? ¿En quién se fija más?

– Más o menos en los de siempre; Juan Mora, Morante de la Puebla, Talavante, Diego Urdiales, Tomás Campos…

– Desde el primer día su paisano y maestro Juan José ha estado al frente de su carrera. ¿Qué valoración hace de él?

– Tener a una persona de su talla no tiene precio y seguramente cuanto más tiempo transcurra más lo valoraré. Juan José ha sido fundamental en todo y poder beber de las fuentes de su pureza es un enorme privilegio. Es un hombre que goza de un inmenso respeto y consideración. Es un maestro.

– ¿Qué frase de Juan José le ha calado más?

– Muchas, estoy todos los días a su lado, entrenando, de tentaderos en el campo… y no deja de aconsejarme. Aunque tengo siempre presente esa de que al toro se le dan los mejores años, pero te devolverá tanto esfuerzo y sacrificio.

– Lejos del toro, ¿cómo es su vida?

– De un chico normal. Tengo mis amigos de La Fuente de San Esteban, los de siempre y estoy con ellos, disfruto y hago todo aquello que hace la gente de mi edad. Me gusta el fútbol, soy del Atlético del Madrid por esa identidad que tiene del esfuerzo y fui seguidor de la Unión Deportiva Salamanca. También soy  apasionado del frontón y el squash.

– Siempre sale su pueblo a relucir. ¡Está muy identificado a él!

– ¡No lo sabes bien! Me encanta y soy muy feliz en él. Procuro estar al tanto de lo ocurre y asistir a las actividades que se programan, siempre que mi profesión me lo permita. Ahora me emociona mucho ver el desplazamiento masivo que habrá el martes a Santander para asistir a mi alternativa.

– Es el nuevo torero de ese pueblo. ¿Siente el peso de tanta historia taurina como atesora La Fuente de San Esteban?

– Claro. Con el tiempo vas aprendiendo y descubriendo muchas cosas que te enorgullecen y hacen sentir más responsabilidad.

– ¿Qué le dice el nombre de Paco Pallarés?

– No lo llegué a conocer. Si observo que al comprobar mi procedencia gente, sobre todo veteranos aficionados y toreros, me hablan de él con añoranza al haber sido algo grandioso. Protagonizó una etapa muy breve y de intensa calidad dejando un eco artístico inmenso. Me encanta que alguien se acerque para recordármelo.

– ¿Y de Julio Robles?

Desde hace tiempo leo cuanto cae en mis manos sobre él y visualizo sus videos. Solo puedo decir que de los toreros de su época es el que más me llena y más me fijo. Era un súper clase con tanto arte, empaque, torería…¡Hubiera sido feliz de conocerlo! Y, ¿sabes una cosa?

– No, ¿cuál?

– En alguna ocasión han dicho que tengo cosas de él y eso me ha emocionado. Creo que ha sido el mejor piropo recibido y un acicate de responsabilidad para seguir creciendo.

– En La Fuente también está David Salvador, otro novillero y además amigo suyo. ¿Qué consejo la daría ahora?

– David es mi amigo, entrenamos mucho juntos y es una gran persona. Es un torero de mucha clase y mi deseo que es tenga suerte, no pierda la fe, aproveche las oportunidades y en el futuro podamos volver a coincidir en los carteles como matadores de toros. David ha tenido la mala suerte de esta época sin apenas novilladas, menos aún que hace tres años al comenzar yo.

– Para concluir, ¿qué le dice su familia?

– Ellos siempre respetaron mi camino. El de mi libertad. Para mí lo son todo y mis triunfos son suyos.

Acabamos la entrevista y Alejandro, ya casi en capilla, se despide. Antes nos sacamos un ‘selfie’ de recuerdo y después monta a su coche para ir al encuentro de su apoderado y dirigirse hasta la finca Peña de Cabra donde esa tarde va a matar un toro de María Loreto Charro como cierre a la preparación. Santander, con la alegría de sus fiestas de Santiago envueltas en la suave brisa del cantábrico, espera al nuevo torero charro en una tarde que tendrá visos de acontecimiento. ¡Suerte!

Acerca de Paco Cañamero

En tres décadas juntando letras llevo recorrido mucho camino, pero barrunto que lo mejor está por venir. En El Adelanto me enseñaron el oficio; en Tribuna de Salamanca lo puse en práctica y me dejaron opinar y hasta mandar, pero esto último no me gustaba. En ese tiempo aprendí todo lo bueno que sé de esta profesión y todo lo malo. He entrevistado a cientos y cientos de personajes de la más variopinta condición. En ABC escribí obituarios y me asomé a la ventana de El País, además de escribir en otros medios -en Aplausos casi dos décadas- y disertar en conferencias por toda España y Francia. Pendiente siempre de la actualidad, me gustan los toros y el fútbol, enamorado del ferrocarril para un viaje sugerente y sugestivo, y una buena tertulia si puede ser regada con un tinto de Toro. Soy enemigo del ego y de los trepas. Llevo escrito veintisiete libros -dos aún sin publicar- y también he plantado árboles. De momento disfruto lo que puedo y me busco la vida en una profesión inmersa en época de cambios y azotada por los intereses y las nuevas tecnologías. Aunque esa es otra historia.

23 comentarios en “En la estación de los sueños

  1. Me satisface que Alejandro se acuerde que un día le dijera, que me recordaba en algunos aspectos al prestigioso cuando fui a verle torear en Lumbrales sin picadores, y me caló tanto que dije, este chaval será un gran torero. Aquél chaval resultó después ser el gran Julio Robles. Espero que Alejandro se acuerde también que le dije que no se le subiera a la cabeza ese piropo, porque el mundo del toro es muy complicado. Arte tiene y espero que en Santander lo pueda llevar a cabo.
    Te deseo la mejor suerte del mundo y salgas por la puerta grande.
    Recuerdos a Juan José, que también me supongo habrá puesto también mucho de su maestría.
    Paco, bonita entrevista. Un abrazo

  2. Llega un día importante para Alejandro. En primer lugar por ver cumplido el sueño de doctorarse, pero más aún, por que es el inicio de un nuevo camino, muy bonito pero no por ello menos duro. Lo inicia paradójicamente en Cuatro Caminos y de corazón espero que tome el más recto. Tengo una fé enorme en las posibilidades de este muchacho pues tiene esa cosa tan importante para un torero que es la torería. Y eso es algo como la clase en las personas, que, o se tiene o no se tiene. Deseo de todo corazón que tenga mucha suerte. Para él en su carrera y… para mí como aficionado poder disfrutar de ese encaje de caderas y hombros relajados.
    Es día de hacer una raya en el suelo y cruzarla. Todo lo demás… vendrá por añadidura.
    SUERTE!!!!

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