Cuando hablan las miradas

Hay miradas que hablan y despiertan sentimientos. Miradas que son el espejo del alma y el corazón, expresivas y sencillas, con esa infinita definición que alberga la humildad, el tesoro más grande de una persona. El mismo que se refleja a la perfección en esta foto de Damaso (sin acento) y Juan. De dos maestros y sobre todo dos hombres de una dimensión colosal. ¡Qué traerían entre manos o qué recuerdos afloraría de las muchas tardes que compartieron cartel! Es lo menos, lo importante y lo verdadero es la fuerza de la sinceridad, la grandeza de la humildad y el orgullo de dos hombres tan grandes que nacieron para dignificar el toreo. Gloria eterna al gran Damaso; larga vida a Juan Mora para seguir iluminándonos con su torería.

Acerca de Paco Cañamero

En tres décadas juntando letras llevo recorrido mucho camino, pero barrunto que lo mejor está por venir. En El Adelanto me enseñaron el oficio; en Tribuna de Salamanca lo puse en práctica y me dejaron opinar y hasta mandar, pero esto último no me gustaba. En ese tiempo aprendí todo lo bueno que sé de esta profesión y todo lo malo. He entrevistado a cientos y cientos de personajes de la más variopinta condición. En ABC escribí obituarios y me asomé a la ventana de El País, además de escribir en otros medios -en Aplausos casi dos décadas- y disertar en conferencias por toda España y Francia. Pendiente siempre de la actualidad, me gustan los toros y el fútbol, enamorado del ferrocarril para un viaje sugerente y sugestivo, y una buena tertulia si puede ser regada con un tinto de Toro. Soy enemigo del ego y de los trepas. Llevo escrito veintisiete libros -dos aún sin publicar- y también he plantado árboles. De momento disfruto lo que puedo y me busco la vida en una profesión inmersa en época de cambios y azotada por los intereses y las nuevas tecnologías. Aunque esa es otra historia.

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