Sergi, un valor al alza del fútbol salmantino

Nunca fue el corazón del Campo Charro un lugar prolífico en parir futbolistas de élite. Aunque muchos chavales destacasen en las categorías inferiores, ninguno acabó por consolidarse como la gran referencia de esa zona que abarca amplios contorno provinciales. Quien más alto llegó fue el mirobrigense Enrique, quien fue titular indiscutible durante la época dorada de la Unión Deportiva Salamanca en la máxima categoría; sin embargo lo que es propiamente el Campo Charro nadie ha alcanzado los galardones de la Primera División; si lo hizo alguno desde la emigración, pero en este caso ya son considerados del lugar que los vio nacer. Actualmente, quien sigue en activo y dejando impronta de su calidad es el lateral derecho Javier Carpio, veterano de la Segunda División –categoría en la que se ha forjado- y, actualmente, un pilar en ese Cádiz que apunta tan alto.

Lo que nunca han faltado son chavales apuntando maneras en los filiales con la meta puesta en dar el salto. En cada época ha habido varios nombres que despertaron interés, aunque las lluvias del tiempo acabaron por apagar las llamas de la ilusión. Ahora, una clara referencia de futuro es el juvenil Sergio Sánchez, ‘Sergi’ en las alineaciones deportivas, residente en La Fuente de San Esteban, quien destaca en el juvenil de Unionistas de Salamanca y ya entrena con el primer equipo, además de estar su nombre apuntado en las agendas de clubes con más nombre.

 

Sergi surgió de la cantera del Salmantino, “allí pasé cuatro años, desde cadete a juvenil, hasta este año que estoy en Unionistas. La verdad que, al final de la pasada temporada, tuve varias ofertas e incluso estuve haciendo la pretemporada con el Oporto, pero me decanté por venir a Unionistas por varios motivos; entre otros por ser más factible el salto a una categoría superior”, señala el joven jugador que es representado por Javier de la Cruz.

Sergi ya vivió desde siempre el ambiente futbolístico en su hogar; su padre –salmantino emigrado en la niñez a Cataluña- jugó de portero en las categorías juveniles del Barcelona –compartiendo muchas alineaciones con Calderé o Clos, entre otros-. Él fue una referencia para comenzar a jugar al fútbol desde que tiene uso de razón, recordando toda su infancia con un balón entre los pies.

Sergi, que habitualmente juega de central y, cada domingo, suele ser un nombre destacado en su equipo, se define con las siguientes virtudes, “mis fuertes son la contundencia y la velocidad, sin olvidar el juego aéreo; mi ídolos son Maldini y Sergio Ramos. Sobre el campo soy muy inconformista, siempre quiere más y casi nunca quedo satisfecho”.

En su carrera siempre valora a los entrenadores que le ayudaron a crecer, “nunca puedo olvidar a María, que el año pasado en el Salmantino me llamó varias veces para entrenar con el primer equipo, entonces en Preferente. Lo mismo me ocurre con Jorge, el actual, quien siempre busca lo mejor en cada jugador y sabe sacarle el máximo rendimiento; para mí Jorge es una persona fundamental. También es muy enriquecedor ver trabajar a Astu, primer técnico del Unionistas, quien también me ha llamado para entrenar con el primer equipo, de Tercera ”.

En su corta etapa aún, hay varios hitos que lo han marcado, “me encanta el Helmántico y jugar ahí siempre me colma; también el estadio de O’Dragao, de Oporto, donde viví una experiencias única y me dejó una enorme huella. Otro día que nunca olvido fue una invitación de don Luis Uranga, directivo de la Federación Española de Fútbol y dueño de la ganadería de Pedraza de Yeltes, para disfrutar de una jornada en la Ciudad del Fútbol de Las Rozas. Fue una experiencia única y jamás olvidaré. Ahora seguiré creciendo y dándolo todo para ser futbolista, porque mi meta está en jugador en Primera División”, afirma Sergi.

Acerca de Paco Cañamero

En tres décadas juntando letras llevo recorrido mucho camino, pero barrunto que lo mejor está por venir. En El Adelanto me enseñaron el oficio; en Tribuna de Salamanca lo puse en práctica y me dejaron opinar y hasta mandar, pero esto último no me gustaba. En ese tiempo aprendí todo lo bueno que sé de esta profesión y todo lo malo. He entrevistado a cientos y cientos de personajes de la más variopinta condición. En ABC escribí obituarios y me asomé a la ventana de El País, además de escribir en otros medios -en Aplausos casi dos décadas- y disertar en conferencias por toda España y Francia. Pendiente siempre de la actualidad, me gustan los toros y el fútbol, enamorado del ferrocarril para un viaje sugerente y sugestivo, y una buena tertulia si puede ser regada con un tinto de Toro. Soy enemigo del ego y de los trepas. Llevo escrito veintisiete libros -dos aún sin publicar- y también he plantado árboles. De momento disfruto lo que puedo y me busco la vida en una profesión inmersa en época de cambios y azotada por los intereses y las nuevas tecnologías. Aunque esa es otra historia.

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