Un repaso a la actual taurina te devuelve a un mundo de dudas, de misterios, de oscuras situaciones, de claroscuros… De tinto gas. La última se produjo ayer, al darse a conocer las cuatro empresas que pujan por la gestión de la plaza de Zaragoza y, entonces, uno no pudo menos que alarmarse al comprobar que solamente una es de tradición y fundamento taurino; el resto… solo de pensarlo da pena por la Fiesta. Basta decir que de una está al frente un promotor inmobiliario; de otras dos sendos abogados, presentándose directamente una de ellas con el nombre del bufete -Castejón Abogados-. Otra vez quieren llegar a la Fiesta gentes ajenas a ella en busca de las migajas, cada vez menos, que se reparten en el gran banquete del toreo.
De nuevo se puede volver a tropezar en los mismos errores que tanto han lastrado a la Tauromaquia con el desembarco de gente ajena que llega sin ninguna piedad; ahí están los casos del gestor José Félix González Salas y su empresa Sarot, de tan triste recuerdo; el del hostelero Serolo, de pésimo hacer; el de aquel constructor llamado Romero Leal, que dejó atascados los juzgados con tantos impagos; del inmobiliario Fidel San Román, a quien le concedieron la explotación de Las Ventas en sucias jugadas de la Administración madrileña y acabó en la cárcel condenado por el caso Malaya. Junto a los citados no podemos olvidar a otras sociedades –tapadera siempre de gentes sospechosas- que tanto han mellado la Tauromaquia en la época que merece cuidados y atenciones.
Ahora, Zaragoza, le abre la puerta a espontáneos, a gente que llega en busca de rédito, sin tener presente que el final no será otro que ver esa histórica plaza convertida en un solar. ¡Ya está bien! Los abogados que defiendan pleitos, que es lo suyo y los promotores inmobiliarios a vender o comprar propiedad. Y que dejen al toreo en paz y tranquilo. Aunque en este punto también hay que recordar que, desde hace varios años, en la Fiesta existe una grave crisis de empresarios, echándose menos a aquellos hombres que aportaron ideas, prestigio y seriedad. Sin embargo, la realidad de estos nombres ficticios es otro y es que en ellos se esconden personajes del toro que no son capaces de dar la cara por sí solos.
La culpa, en este caso, es de los propios políticos zaragozanos, quienes más han lastrado al coso de La Misericordia, al depositar su legado en manos sucias que han derrotado el enorme prestigio que gozó esa plaza durante los muchos años que fue un pilar –nunca mejor dicho- de la temporada. La prueba es que tras pasar por el timón de Serolo, que la dejó literalmente en ruinas, de los restos se hizo cargo Simón Casas y logró recuperarla para devolverle el prestigio. Sí, Simón Casas, que en tantos lugares deja que desear, al menos en Zaragoza llevó a cabo una buena gestión. Sin embargo, la diputación maña le quitó la plaza y convocó un nuevo concurso, cuyo plazo de presentación de las candidaturas expiró ayer. Y el resultado no puede ser más desalentador, con algo que falla cuando tanto espontáneo quiere venir a chupar de la teta de la Fiesta.
y consecuencia de estas cosas y alguna otra, las verdades y los hechos, Del Alamo, triunfador de San Isidro el año pasado y uno de los que fue hacia arriba durante la temporada pasada, fuera de las feriaas de Castellón,Valencia y Sevilla.
Oscar Mota es hermano de la figura del toreo a caballo Noelia Mota, la cual es un reflejo para su tauromaquia y de la que a bebido. Su historia es la de un héroe que esta apunto de poner una nueva era del toreo a caballo, donde si miramos sus inicios podemos ver que el diestro arrancaba con los caballos de la cuadra que su hermana descartaba ante la ilusión y la entrega de un rejoneador que soñaba con estar en la cúspide del toreo.