‘Tauromaquias…’, viento en popa

De buen nacidos es ser agradecidos. Hace ya varias semanas que salió a la calle la segunda edición de Tauromaquias de Castilla (ochocientos nuevos ejemplares) y ya está a punto de agotarse. Una edición mejorada, con respecto a la primera y ampliada –entre ambas llegó la muerte de Marcos de Celis y en la obra se recoge, más datos de Santiago Castro ‘Luguillano’ y otras aportaciones-.

En breve la presentaremos en diferentes lugares de la geografía nacional, tales como Barcelona –Casa de Madrid en la Ciudad Condal-, ciclo cultural de la peña El Espontáneo, de Segovia; Alba de Tormes -asociación cultural ’15 de octubre’, Palencia -Peña Taurina Palencia-, Valladolid -gracias ese apoderado de lujo llamado Santos García Catalán-, Aranda de Duero, Cáceres, Logroño, Pontevedra, Almería, Medina del Campo, Íscar, Ciudad Rodrigo, Valencia, las francesas Nîmes y Bayona… en un otoño viento en popa y a toda vela.

Un honor poder rescatar tantos parajes de nuestra Tauromaquia castellana en un trabajo de investigación que fue una maravilla escribir, junto a la gratitud a cuantos han valorado el libro, entre ellos los personajes que forman parte y son los verdaderos protagonistas de la obra. También a colectivos taurinos, peñas, clubes y entidades que nos han invitado a presentarlo en sus sedes; al igual que a los aficionados que cada jornada llaman y mandan correos solictando un ejemplar. Gracias a ellos ha sido posible que este trabajo brille y pronto calienten máquinas para la tercera edición.

A todos gracias.

Acerca de Paco Cañamero

En tres décadas juntando letras llevo recorrido mucho camino, pero barrunto que lo mejor está por venir. En El Adelanto me enseñaron el oficio; en Tribuna de Salamanca lo puse en práctica y me dejaron opinar y hasta mandar, pero esto último no me gustaba. En ese tiempo aprendí todo lo bueno que sé de esta profesión y todo lo malo. He entrevistado a cientos y cientos de personajes de la más variopinta condición. En ABC escribí obituarios y me asomé a la ventana de El País, además de escribir en otros medios -en Aplausos casi dos décadas- y disertar en conferencias por toda España y Francia. Pendiente siempre de la actualidad, me gustan los toros y el fútbol, enamorado del ferrocarril para un viaje sugerente y sugestivo, y una buena tertulia si puede ser regada con un tinto de Toro. Soy enemigo del ego y de los trepas. Llevo escrito veintisiete libros -dos aún sin publicar- y también he plantado árboles. De momento disfruto lo que puedo y me busco la vida en una profesión inmersa en época de cambios y azotada por los intereses y las nuevas tecnologías. Aunque esa es otra historia.

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