El toreo lleva tiempo bailando al compás de Extremadura. En esa tierra. donde hace años se asentaron numerosas ganaderías gracias a un clima más templado que el de Salamanca y la sierra de Madrid, no había sido generosa en dar toreros de postín. Hubo muchos que apuntaron, pero no acabaron de consagrarse en figuras, casos de Angelete, Luis Álviz, más tarde Morenito de Cáceres o Sánchez Cáceres, también Luis Reina que varios años disparó alto, hasta que el maestro de Plasencia Juan Mora alcanzó un puesto de relumbrón a finales de la pasada década de los 80 para convertirse en la primera figura de Extremadura. Juan Mora, aunque inspirado para el torero en los aires de Sevilla, fue el gran orgullo de aquella Extremadura que se convertía en la región con mayor censo de ganaderías bravas. Hoy, el grandioso Juan Mora, aún sigue en activo regalándonos de vez en cuando obras de arte que permanecen para siempre en la retina del aficionado.
Después, en medio de aquel ambiente tan taurino, rodeado de divisas de postín, como no podía ser de otra manera dieron en dio en surgir toreros de relumbrón que el siglo XXI ha escrito su nombre con letras de oro en varios capítulos tras alcanzar varios extremeños el estatus de figura –Ferrera, Perera, Talavante…-, sin olvidar otros que allí se han instalado su vida, ejemplo de Julián López ‘El Juli’, sin olvidar a maestros que han invertido allí, casos del Niño de la Capea, Paco Ojeda, Roberto Domínguez…. Y de esa Extremadura del fenomenal ambiente taurino, con un torero en cada pueblo, desde hace varios años tiene otro tesoro que tanta luz artística está llevando a las plazas. Un tesoro llamado Emilio de Justo que es la exquisitez vestida de luces, la pureza en la mejor interpretación del arte de torear y con el perfecto complemente de un perfecto volapié que lo convierte en el mejor y más puro intérprete de la suerte suprema de la actualidad.
¡Qué orgullo tiene la Fiesta con Emilio de Justo!, porque este muchacho del pueblo de Torrejoncillo es un banderín de enganche para disfrutar del mejor toreo, el del olé profundo, el de la inspiración, el de la rotundidad, el del empaque y las formas más ortodoxas. De Justo forma parte de una magnífico plantel torero que comparte con Ureña, Urdiales, Curro Díaz, Aguado… a quien tanto le cuesta al ‘sistema’ darle un sitio y convertirlos en un necesario relevo para la Fiesta. Y con el añadido que Emilio de Justo guarda la grandeza de no esconderse de muchas ganaderías de las que huyen las llamadas figuras. Ahí está su leyenda con Victorino Martín, donde en la finca Las Tiesas se hizo torero y ha cuajado numerosos ‘grises’ en su trayectoria, los últimos en la encerrona francesa de Dax en una lección que deberían proyectar en las escuelas para que las nuevas hornadas de coletudos sepan la verdad y rotundidad del más puro toreo. Y con esas llamadas ‘duras’ muestra tanta solvencia y capacidad, también brilla su luz cuando comparte cartel con las figuras, como ocurrió hace unos días en Albacete donde salvó la tarde tras una precisa, preciosa y emocionante faena que llevó su sello. El sello de este torerazo de Torrenjocillo que está logrando el trato de maestro con todas las bendiciones. Porque Emilio de Justo provoca esos olés que salen del alma y han hecho posible que el toreo siga bailando al compás de Extremadura.
Este año nos quedamos sin disfrutar de su presencia en la feria del Pilar de Zaragoza.. Pedazo de Torero!!
Todo debido a los rifirrafes entre su apoderado y empresario de Huesca A. G. y la empresa adjudicataria del coso maño.
Esta última salió mal parada en el último concurso del coso oscense.
Un saludo.
se puede ser figura toreando todos los encastes como hace Emilio de Justo y fiel a su forma de interpretar el toreo ahora mismo puede que sea el mas legal en el ruedo, a mi me apasiona pero desde hace años