Un injusto vacío contra el maestro Capea

Por segundo año consecutivo, El Niño de la Capea ha estado ausente de la feria de Salamanca. De esa barrera de capotes que compartía al lado de Carmen Lorenzo, su esposa y desde la que seguía el ciclo a modo de trono de quien ha sido un rey del toreo. Una máxima figura, un hombre de bien reconocido en todo el orbe. Allí, en aquella  barrera  la estampa del maestro y su fiel Carmen, era otra estampa de la feria. Y nada más romper el paseíllo, los toreros y las cuadrillas acudían saludarlo, recibiendo además infinidad de brindis, respondidos por el público con largas ovaciones.

Ahora, El Niño de la Capea, señor del toreo y uno de los orgullos de esta tierra, no ha vuelto a la plaza en una de las mayores injusticias. Desconozco exactamente los motivos, pero todo tiene el trasfondo de una mala relación con la empresa, con los actuales Pablo y Óscar Chopera, a quienes han faltado tacto para solucionar este entuerto de tanta sensibilidad, el mismo que en tiempos del padre, del viejo Manolo, no hubiera ocurrido. Y desde luego no hubiera dado lugar a esta situación tan anómala desde que la gran figura charra, harta de desprecios y ninguneos, por quienes mejor deben tratarlo haya dicho adiós a su plaza.

Todo ello no es más que una página injusta, dura y de inmenso vacío a tan grandioso torero y excelente persona. A un hombre que viajó por el mundo entero bajo el estandarte de la bandera de Salamanca y ahora vive este inmenso feo. Porque El Niño de la Capea no es uno más en La Glorieta, es una referencia y un símbolo.

Y es que las tarde de toros, en Salamanca, sin la presencia del maestro Niño de la Capea en esa barrera de capotes, que era un simbólico trono alcanzado con la grandeza de su temple en todos los ruedos del mundo, no tiene justificación alguna. Ni tampoco se lo explican sus compañeros cuando vienen a la feria y al mirar de reojo y comprobar la ausencia del maestro y ver que ese brindis quedará en el aire.

Es una tristísima página y muy falta de sensibilidad esta que se ha vivido en los dos últimos años y que se debe poner freno, porque esas tardes de septiembre quedan cojas sin El Niño de la Capea en su barrera, que es su sitio natural Porque es un símbolo de la Tauromaquia y un charro universal.

Acerca de Paco Cañamero

En tres décadas juntando letras llevo recorrido mucho camino, pero barrunto que lo mejor está por venir. En El Adelanto me enseñaron el oficio; en Tribuna de Salamanca lo puse en práctica y me dejaron opinar y hasta mandar, pero esto último no me gustaba. En ese tiempo aprendí todo lo bueno que sé de esta profesión y todo lo malo. He entrevistado a cientos y cientos de personajes de la más variopinta condición. En ABC escribí obituarios y me asomé a la ventana de El País, además de escribir en otros medios -en Aplausos casi dos décadas- y disertar en conferencias por toda España y Francia. Pendiente siempre de la actualidad, me gustan los toros y el fútbol, enamorado del ferrocarril para un viaje sugerente y sugestivo, y una buena tertulia si puede ser regada con un tinto de Toro. Soy enemigo del ego y de los trepas. Llevo escrito veintisiete libros -dos aún sin publicar- y también he plantado árboles. De momento disfruto lo que puedo y me busco la vida en una profesión inmersa en época de cambios y azotada por los intereses y las nuevas tecnologías. Aunque esa es otra historia.

5 comentarios en “Un injusto vacío contra el maestro Capea

  1. Que artículo más bonito. Paco, está empresa es un desastre, poco cuida lo mejor que ha dado la tierra, toreros, ganaderías… así poco a poco nos irá echando de La Glorieta y a las pruebas me remito; mucho cemento. Se cargan la feria.

  2. Que duda cabe que no sera por su culpa y que tendrá grandes motivos para actuar así
    porque aparte de un gran torero es una gran persona y el que no quiera reconocerlo es
    el el que tiene el problema adelante torero tu sigue actuando según tus principios
    eres grande

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