El señor Manolo, añorado alcalde de La Fuente

Estas vísperas de Navidad, ya a punto de deshojar el calendario que dejará al 2019 en los anales de la historia, ha fallecido en su casa de Madrid, ya centenario, don Manuel Andrés Sánchez Martín. El señor Manolo el de la fábrica, que aunque nacido en la cercana villa de Tamames fue un fuenteño de pro desde muy joven, al instalarse en La Fuente tras matrimoniar con una hija del emprendedor Ángel Montero, quien en la primera década del siglo XX –exactamente en 1909- puso en marcha una fábrica de harinas, llamada Santa Inés, que se mantuvo en activo hasta finales de esa centuria (cerró en agosto de 1996). La boda llevó al señor Manolo a La Fuente y ahí se ganó a todos por su buen hacer, logrando enseguida la confianza de su familia política y pasando bien pronto a dirigir la fábrica. Bajo su timón se mantuvo al cien por cien hasta el último día y eso que, por entonces, las grandes harineras punteras en tecnología (Carbajo, de Zamora o Villafranquina, en Arévalo), se habían hecho con casi todo el mercado, condenando a las viejas harineras a echar el cierre.

La presencia del señor Manolo a nadie pasó inadvertida. Era un caballero y a todo el mundo trataba por igual, además de demandar tanta mano de obra para su afamada industria agroalimentaria, colocándola en un privilegiado lugar. Por otro lado supo implicarse y estuvo allá donde se le pidió ayuda o colaboración, hasta que en 1979, ya con más de sesenta años, dejó su nombre escrito para la historia de esa localidad. Aquel año se celebraron las primeras elecciones municipales de la Democracia y se alzó victoriosa su lista de UCD. Le tocó sustituir al señor Andrés Martínez, histórico alcalde durante más de dos décadas y un hombre dinámico, entregado a la labor y que también labró una profunda huella. Aún así, el señor Andrés, en las primeras elecciones democráticas para elegir los ayuntamientos, estuvo tocado por varias formaciones políticas, pero prefirió descansar y dejar paso libre sabedor que su labor ya estaba hecha y plenamente reconocida.

En los ilusionantes comicios de 1979, recién estrenada la Democracia, se presentaron varias candidaturas y se alzó victoriosa la de UCD, el partido de Adolfo Suárez, gracias al hacer de Alberto Estella, de Jesús Esperabé de Arteaga, de Manuel Delgado Sánchez-Arjona, de Vidal García Tabernero Orive, quienes confiaron plenamente en el prestigio, talante y capacidad de Manuel Andrés Sánchez Martín. Del señor Manolo, que entonces dejó de ser el de la fabrica y la gente empezó a llamarlo Manolo el alcalde, quien puso toda la entrega y el afán por mejorar la vida de sus paisanos y apostar por La Fuente como una de las cabezas del Campo Charro.

Desde entonces luchó mucho por el pueblo y lo primero fue tender la mano a los candidatos de otras listas, a quienes ofreció áreas y responsabilidades municipales, algunas muy importantes, porque entendía que la prosperidad estaba en navegar todos en la misma dirección, siempre bajo el lema la unión hace la fuerza. Y ahí estuvo el éxito de su único mandato. De un mandato de cuatro años donde fue capaz de frenar la emigración construyendo un barrio de 100 viviendas sociales que se adjudicaron rápidamente, muchas de ellas a jóvenes parejas de localidades vecinas que, por la facilidad ofrecida, se instalaron en La Fuente y aumentó notablemente el censo. Aquella fue su gran labor y la que permitió que esa localidad, a día de hoy, tenga una digna población. De no ser por ese barrio de nueva construcción, actualmente estaría muy reducida. Gracias a su buen hacer, el Instituto Municipal de Bachillerato fue una realidad para que los jóvenes de esa comarca pudieran estudiar el BUP completo, con el gran ahorro que suponía para las familias.

Suya fue también la idea de crear un polígono industrial en la zona del Raso, algo que estaba muy avanzado en 1983 y no continuó una vez que abandonó la alcaldía, al igual que estuvo muy cerca de lograr que La Fuente tuviera un gran mercado de ganados, proyectos que después quedaron abandonados en los cajones del olvido. También fue importantísima la labor desarrollada cuando llegaron las primeras noticias del cierre del Tren del Duero (Vía de Barca), ya con el PSOE en el gobierno central. Desde años supo ver que ese tesoro no podía morir y la defendió antes de oficializarse su cierre, con no pocos viajes Madrid para reunirse con mandatarios de RENFE y buscar alternativas. Años después de su retirada de la política, cuando lo saludaba algún paisano y le recordaba su magnífica gestión, siempre comentaba que la gran rémora de La Fuente fue no llevar adelante el polígono industrial y tampoco defender más la viabilidad de ese histórica ferrocarril que partía en la localidad.

Durante su legislatura se arreglaron la mayoría de las calles, se sustituyeron las viejas bombillas por lámparas de vapor de mercurio y dio solución al gravísimo problema del agua que padecía la localidad, gracias al sondeo realizado en Boadilla. También, algo fundamental, se preocupó mucho de las pedanías, de Boadilla, Muñoz y Santa Olalla para que estuvieran integradas y no abandonadas. En su etapa de alcalde trataba de invitar a la gente para que asistiera a los plenos, que como es lógico se celebraban por las noches, porque tanto él como el resto de los concejales eran trabajadores, a años luz la llegada de los políticos profesionales. Y todo con los medios tan precarios de la época, pero supo buscar fondos y recursos para hacer infinidad de mejoras, contribuyendo también su labor de Diputado Provincial, donde tanto bien hizo para el Campo Charro.

Tras protagonizar cuatro intensos años, el señor Manolo, que ya fue el alcalde para la posteridad, dejó un imperecedero recuerdo entre el vecindario de La Fuente, al igual que entre sus compañeros de UCD, entre las gentes del PSOE y del resto de formaciones. Sencillamente porque fue un gran mandatario que trató a todo el mundo por igual. El mismo que, centenario, acaba de decir adiós en las vísperas de Navidad y ya a punto de deshojar el calendario que dejará al 2019 en los anales de la historia. Como historia viva del Campo Charro y de La Fuente de San Esteban será para siempre el señor Manolo

 

Acerca de Paco Cañamero

En tres décadas juntando letras llevo recorrido mucho camino, pero barrunto que lo mejor está por venir. En El Adelanto me enseñaron el oficio; en Tribuna de Salamanca lo puse en práctica y me dejaron opinar y hasta mandar, pero esto último no me gustaba. En ese tiempo aprendí todo lo bueno que sé de esta profesión y todo lo malo. He entrevistado a cientos y cientos de personajes de la más variopinta condición. En ABC escribí obituarios y me asomé a la ventana de El País, además de escribir en otros medios -en Aplausos casi dos décadas- y disertar en conferencias por toda España y Francia. Pendiente siempre de la actualidad, me gustan los toros y el fútbol, enamorado del ferrocarril para un viaje sugerente y sugestivo, y una buena tertulia si puede ser regada con un tinto de Toro. Soy enemigo del ego y de los trepas. Llevo escrito veintisiete libros -dos aún sin publicar- y también he plantado árboles. De momento disfruto lo que puedo y me busco la vida en una profesión inmersa en época de cambios y azotada por los intereses y las nuevas tecnologías. Aunque esa es otra historia.

6 comentarios en “El señor Manolo, añorado alcalde de La Fuente

  1. Todo un caballero, Este Alcalde si luchaba ya entonces por la España vacia con los puestos de trabajo que mantenia en su fábrica de harinas «SANTA INÉS», y como Alcalde con la construcción de las 100 VPO que atrajo al municipio muchísimas familias de municipios limítrofes. Me consta su proyecto de Polígono Industrial, estoy convencido lo hubiera conseguido si hubiera continuado como Alcalde.
    D.E.P.

  2. Hola! Soy Pedro Sánchez, hermano pequeño de Manolo.
    Te agradezco las alabanzas hacia mi hermano. De parte de sus hijos y nietos también.
    Me gustaría ponerme en contacto contigo. Vivo en Tamames.
    Un saludo

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