El Campo Charro reserva la celebración de su romería más tradicional para el Lunes de Aguas. Junto a las de Cabrera, El Cueto y Valdejimena es la más enraizada entre sus gentes. La que honra a la Virgen de los Remedios en la ermita del mismo nombre, situada en el término de Buenamadre, muy cerca del río Huebra y en medio de un privilegiado teso sobre el que se domina parte de la llanada charra. La que cuenta con un entrañable festival taurino, recuperado el pasado año por la Federación de Peñas Helmántica y que este año continua gracias a la concesión ayuda promovida por la Consejería de Cultura de la Junta de Castilla y León, siempre con el buen hacer de Gonzalo Santonja para recuperar las tradiciones de la tierra.
La romería tiene su día grande, el de los tiros largos, en la jornada del Lunes de Aguas, aunque los nativos de la comarca, le supieron dar un toque de distinción y, desde épocas añejas, en esos pueblos se conoce como el día del toro, gracias a un festejo taurino que acoge su preciosa plaza de toros berroqueña. Un festejo que en la edición del pasado año se recuperó gracias al buen hacer de de la Federación de Peñas Taurinas Helmántica y que esta continúa por la sensibilidad de la Consejería de Cultura de la Junta de Castilla y León, quien gracias a la brillante labor de Gonzalo Santonja, el consejero se pudo salvar in extremis.
En la ermita comienzan los actos religiosos en la tarde del domingo con la llegada de cientos de romeros, alguno de los cuales cumple el ritual de velar durante toda la noche para agradecer promesas o hacer algún voto, al gozar la Virgen de los Remedios de tanto fervor en el Campo Charro. Después, tras los actos religiosos, se disfruta de la parte profana con una hermosa fiesta, arraigada y que convoca a miles de personas llegadas de toda la provincia.
A la misa y procesión mañanera sigue la comida; después, al finalizar, con la panza llena de hornazo y vino, era la hora del típico festival taurino en el escenario una de las plazas más bonitas y asoleradas de la charrería. La misma que, el pasado años volvió a brillar con el cocido de una tarde de toros gracias a la Federación de Peñas Taurinas Helmántica.
Ojalá alguien siga el relevo de Helmantica, que hizo una magistral labor de recuperación en esa plaza, un coso de piedra berroqueña que ha visto actuar a lo más granado del toreo, desde Jumillano, El Viti, Camino, Antonio Bienvenida, Pallarés, El Niño de la Capea, Robles, El Yiyo, Luis Miguel Moro -un año cuajó una faena memorable y casi le dan hasta el toro-…, hasta muchos más que allí escribieron páginas de oro en su biografía, ejemplo de los venezolanos hermanos César y Curro Girón, quienes actuaron por primera vez en España en ese coso. César, pocas después más tarde rompería a figura de novillero en Barcelona y ya sería uno de los ídolos de la Tauromaquia.
Por eso, este año, desde la añoranza de esta romería tan charra de Buenamadre, la más tradicional de nuestra tierra -junto al Cueto y Cabrera- cargaremos fuerza para recuperar definitivamente ese festival que, ahora, han querido enterrarlo los caciques políticos tan habituales en esta tierra.
Si Dios quiere lo volveremos a retomar el año que viene.
Se organizará en el 22, pero se organizará.