Llegan tiempos inciertos para la Fiesta en la inmediata post-covid. Por delante vendrá una época que no va a ser nada fácil desde que el Gobierno está en manos de gente que, públicamente, se ha manifestado contraria a la Tauromaquia. Ahí está el ejemplo de Pablo Iglesias y sus recientes manifestación donde dijo que le incomoda la Tauromaquia. O hace varios años el mismo Pedro Sánchez, quien un día no tuvo mejor ocurrencia que entrar en directo en el espacio televisivo Sálvame para decir que era anti. Y entre unos y otros gobiernan un país con un ideario de acabar con el arte del toreo. Ellos van a gobernar el país durante los próximos años y a nada escapa, al que van a tratar de tumbar para que le ocurra lo mismo que al boxeo. Que pasó de ser un espectáculo multitudinario a quedar casi desaparecido.
Hasta ahora nada sabe qué pasará realmente, pero si es triste ver a la actual izquierda alardear de antitaurina y olvidar la historia que, históricamente, tuvo con el toreo; desde aquel PSOE nacido en el congreso de Suresnes, ya en el final del franquismo y modelo en la defensa de la Cultura y las tradiciones, en las antípodas del actual. Lo mismo ocurre a los comunistas, ignorantes de su historia e incluso al legalizarle el partido, aquel Sábado Santo de 1977, se celebraron varias corridas a su beneficio para que dispusiera de fondos, además de la gran vinculación de muchos de sus líderes al toreo. Un ejemplo es el cineasta Bardem; también el de Rafael Alberti, que hasta una tarde fue banderillero de Sánchez Mejías en Barcelona, junto a la gran dedicación de su legado poético a la Tauromaquia vuelvo a los toros por ti, yo, Rafael/ Por ti, al ruedo/ -¡Ay con más años que miedo!-, /Luis Miguel. Y estos ingratos comunistas/podemitas de ahora, con tanta afán por prohibir, han olvidado que el PCE durante los años del franquismo se mantuvo en varias etapas por el dinero que le inyectaba la familia Dominguin.
Me gustaría saber la opinión de grandes socialistas ligados a la Tauromaquia. De antes y de ahora. ¿Qué pensaría hoy Indalecio Prieto? Aquel bilbaíno que en el exilio mexicano siguió apasionado con los toros y no perdía corrida en la que alternasen diestros españoles, sobre todo Manolete, del que llegó a ser amigo. ¿Y Ramón Rubial? El entrañable presidente del PSOE que tenía en el Cossío en la cabeza y pocos años de su muerte disfrutó de un tentadero en El Berrocal invitado por Alfonso Navalón que protagonizó Antoñete, otro torero afín al PSOE. ¿O Felipe, Guerra, Bono, Arévalo, Cid Cebrián…? ¿O Corcuera, que soñaba ser crítico taurino? Y no digamos de toreros, como Domingo Ortega, Antoñete, Gregorio Sánchez, Manolo González… junto a otros muchos de los más modernos, ejemplos de José Tomás o de Talavante y que han acabado hartos de un partido que los ha traicionado. Porque le quiere quitar su pan.
Pero si el panorama político es de color zaino hay algo que no debemos olvidar. Y es lo mal que ha estado gestionada la Tauromaquia por quienes deben cuidarla y mimarla más que nadie y sin embargo tanto daño le han hecho. Aquí las cosas se han hecho las cosas muy mal, peor y todos desunidos, cada cual remando en diferentes dirección.
Con el futuro de color oscuro, ahora no queda otra que capear el temporal, pero antes que nada el toreo debe organizar su casa. Ahí realmente está el problema más grave.
Esta izquierda se ceba con nuestras debilidades.. Estando desunidos se lo ponemos muy fácil.
No olvidemos que históricamente la izquierda española´nunca, desde el punto de vista político, quiso saber nada del toreo. Pero da la casualidad que todos los grandes pasos que se han dado para bien o para mal, han sido con ministros del psoe. Sin embargo la derecha española que siempre con bandera en mano han gritado por la fiesta, si bien. no recuerdo que hayan hecho poco o nada por la tauromaquia y sino, recordar los gobiernos Rajoy.
Pero habrá que convenir que esa desidia política, viene determinada por la nula acción de los taurinos mas preocupados en sus guerras internas por tener mejor cuota de poder y dinero que de frenar los bombardeos constantes que sufrimos. Por nombrar también a los participantes, incapaces de poner su granito de arena. Los ganaderos ya ponen mucho, ahora falta que subalternos y figuras pongan el suyo para poder reducir costes y que se puedan dar mas espectáculos, sobre todo en los pueblos. Pero ya estamos viendo como varios figuras y sobre todos subalternos se niegan a reducir las cuadrillas, a utilizar una puya menos dañina.
Bueno sin comentario, sólo espero que se unan todas las facciones de la fiesta y busquen ese equilibrio necesario para poder bajar los costes asfixiantes que supone montar un espectáculo como este y que viene a ser un virus dificil de combatir.