Un respeto a ser matador de toros

La distinción de ser matador de toros más allá de un máximo reconocimiento profesional, ha sido también sinónimo de una categoría social. ‘Matador de toros’, que rezaba en las tarjetas de visitas de quienes alcanzaban tan alto estatus. El que conseguían después de permanecer varios años en el escalafón novilleril, de superar una serie de festejos en plazas de primera categoría y después buscar un momento óptimo para dar el paso adelante, con el puchero de la pasión hirviendo. Por eso quien lograba ser matador alcanzaba máximo prestigio, aunque después no funcionase, como ha ocurrido con tantos. Porque llegaba a la alternativa un selecto grupo que se lo había ganado en el ruedo, no cualquiera –cosa que no ocurre ahora- y quien lo alcanzaba lo hacía con todas las bendiciones. De hecho hubo muchos novilleros con nombre –caso de Rafael Corbelle- que no fueron matadores de toros tras las enormes expectativas despertadas, e incluso alguno de ellos ganó dinero.

Alternativa de Flores Blázquez, de manos de su paisano El Viti y testificado por El Cordobés

Hubo también el caso de otro montón de novilleros que llegaron con honores a la alternativa y luego no funcionaron. Un claro ejemplo fue el salmantino Flores Blázquez, que acabó de banderillero. Otro muy llamativo, el de Luis Alfonso Garcés –quien varias veces puso Las Ventas boca a abajo- y se retiró enseguida para dedicarse a los negocios. O Paco Herrera. Más recientemente gente como Niño de la Taurina o Pedrito de Portugal. Pero fueron matadores de toros con todo respeto y merecimiento. Porque entonces se alcanzaba la alternativa con la categoría acorde para tal acontecimiento.

Sin embargo en los últimos veinticinco años se han concedido las alternativas con tanta alegría que, en muchos casos, han tirado por el desagüe la grandeza que encierra ese acto. Porque muchas se han tomado como quien compra una póliza, sin que sirvan para nada, ni tampoco le den prestigio al nuevo torero, pero si se lo quiten a la propia Fiesta, que siempre atesoró la grandeza en sus blasones. Esa grandeza que han mellado quienes están dentro.

Hasta ahí todo claro. Porque quien tome la alternativa debe hacerlo con todo lo que significa ser matador de toro y si no alcanza ese estatus tampoco se acaba el mundo. Y ahora no se debería perder tiempo y se debería poner en marcha una inspección para comprobar cuántos ‘matadores de toros’ accedieron sin estar capacitados para ello. Es un asunto espinoso que merece una investigación, porque ser matador de toros es algo muy importante y en el último cuarto de siglo se había prostituido con decenas de alternativas sin ton ni son.

Acerca de Paco Cañamero

En tres décadas juntando letras llevo recorrido mucho camino, pero barrunto que lo mejor está por venir. En El Adelanto me enseñaron el oficio; en Tribuna de Salamanca lo puse en práctica y me dejaron opinar y hasta mandar, pero esto último no me gustaba. En ese tiempo aprendí todo lo bueno que sé de esta profesión y todo lo malo. He entrevistado a cientos y cientos de personajes de la más variopinta condición. En ABC escribí obituarios y me asomé a la ventana de El País, además de escribir en otros medios -en Aplausos casi dos décadas- y disertar en conferencias por toda España y Francia. Pendiente siempre de la actualidad, me gustan los toros y el fútbol, enamorado del ferrocarril para un viaje sugerente y sugestivo, y una buena tertulia si puede ser regada con un tinto de Toro. Soy enemigo del ego y de los trepas. Llevo escrito veintisiete libros -dos aún sin publicar- y también he plantado árboles. De momento disfruto lo que puedo y me busco la vida en una profesión inmersa en época de cambios y azotada por los intereses y las nuevas tecnologías. Aunque esa es otra historia.

4 comentarios en “Un respeto a ser matador de toros

  1. Paco, hubo un novillero súper puntero en los 60. Gabriel de la haba. Zurito. Que fue cabeza novilleril en los 60 por 2 o 3. Años y que de Matador no triunfó
    Desde Guatemala un abrazo

    1. Algún año creo que toreó la feria de Salamanca o me suena. Todo eso que planteas, Paco ahora se va a poner más complicado y en ese aspecto va a poner las cosas en su sitio, porque es verdad que tomar la alternativa se ha hecho a la ligera por el hecho de ser matador de toros.

  2. Buenas tardes Paco,

    En mi casa, siempre he sentido ese respeto y admiración por los novilleros de alternativa, y por ese mismo respeto, en mi caso no decidí dar el paso de doctorarme ya que veía que no era merecedor de tal distinción sabiendo que mi carrera no apuntaba a cotas más altas de las ya alcanzadas.
    Coincido plenamente en tu manera de entender ese paso pero, si nos quedásemos únicamente en esa actitud, nunca hubiéramos disfrutado de Fandiño, Ureña, Urdiales, Escribano, Aguado u Ortega…dejándome a muchos otros en el tintero, que de novillero no tuvieron nunca la pretensión de llegar al nivel al que los hemos podido ver tras esos años de aplomo y maestría que antiguamente se podían aprender en las infinitas novilladas que se celebraban y hoy, sencillamente no.

    Un fuerte abrazo de la saga chocolate

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