De ENRIQUE PONCE a Kike

Enrique Ponce sigue acaparando titulares de la prensa rosa tras la vuelta que ha dado a la rosca de su vida. Desde que anunció su separación, el gran torero valenciano, que siempre alzó la bandera de la discreción y fue un modelo en su vida familiar, se ha echado la manta a la cabeza en un intento de desenrollar tres décadas de su vida. E intentar volver a ser un veinteañero mientras navega contra la corriente de la vida al lado de Ana Soria, la jovencita almeriense de la que se ha enamorado.

Nadie pudo imaginar que un hombre como Ponce acabaría perdiendo los papeles de esta manera. Más aún cuando antes ha habido ejemplos de otros diestros que echaron a perder parte de su grandeza por entregarse a las oscuras nieblas del amarilisimo, con sus puñaladas por la espalda y las habituales traiciones. Ahí está el ejemplo de Ortega Cano, grandioso torero, a quien apenas respeta nadie ajeno al toreo por su parafernalia habitual en las televisiones y la comedia que ha transformado su vida privada. O el de Jesulín de Ubrique, quien en su cresta de la ola se salió del surco del toreo con sus alocados gestos. Después, Jesulín reapareció toreando mejor que nunca y siendo un prodigio del temple, pero ya apenas le hicieron caso, porque la gente estaba más pendiente del ‘otro’ Jesulín.

Ahora, Ponce sigue esos pasos, convertido en la diana del marujeo, porque todos los días entra en los hogares a través de la prensa cotilla, ya lejos de sus éxitos en el ruedo (el Ponce torero de hoy está muy lejos de la exigencia que  tuvo en el ruedo). Y hoy la noticia es la última salida del torero, de una foto acaramelado con su jovencita novia, navegando por las aguas mediterráneas, chiquilleando en un cocodrilo de feria o cantando ante una pandilla de yogurines (que luego lo traicionan para decir entre ellos que estar con Ponce es como sacar de fiesta a su padre).

Y mientras, el torero de Chiva echa por tierra tantos años de prestigio, al otro lado, su mujer Paloma Cuevas y su familia, con el gran Victoriano Valencia al frente, dan otra lección de señorío y saber estar, seguramente aún con la sorpresa en sus adentros al ver la transformación sufrida por quien fue un hombre ejemplar. Y ojo, que cualquier matrimonio se puede romper, pero siempre sabiendo sujetar las riendas con la clase y elegancia que se le presume. Porque lo que es normal es bajarse de la seriedad ante un amor joven que lo ha sacado de sus casillas. Y ahí Ponce, que presumió de listo debía haberse mirado en el ejemplo de otros compañeros que han sido un ejemplo en su vida privada y también tiene muchos más años que sus parejas, sin ir más lejos el maestro vallisoletano Roberto Domínguez, todo un señor.

El tiempo pasa y lo peor de esta patética página es que Ponce, a quien nadie le va a quitar sus méritos logrados en el ruedo, cada tiene más papeletas en la vida para acabar siendo otro juguete roto. Es muy triste que haya pasado de ser ENRIQUE PONCE (con mayúsculas) a un simple Kike.

Acerca de Paco Cañamero

En tres décadas juntando letras llevo recorrido mucho camino, pero barrunto que lo mejor está por venir. En El Adelanto me enseñaron el oficio; en Tribuna de Salamanca lo puse en práctica y me dejaron opinar y hasta mandar, pero esto último no me gustaba. En ese tiempo aprendí todo lo bueno que sé de esta profesión y todo lo malo. He entrevistado a cientos y cientos de personajes de la más variopinta condición. En ABC escribí obituarios y me asomé a la ventana de El País, además de escribir en otros medios -en Aplausos casi dos décadas- y disertar en conferencias por toda España y Francia. Pendiente siempre de la actualidad, me gustan los toros y el fútbol, enamorado del ferrocarril para un viaje sugerente y sugestivo, y una buena tertulia si puede ser regada con un tinto de Toro. Soy enemigo del ego y de los trepas. Llevo escrito veintisiete libros -dos aún sin publicar- y también he plantado árboles. De momento disfruto lo que puedo y me busco la vida en una profesión inmersa en época de cambios y azotada por los intereses y las nuevas tecnologías. Aunque esa es otra historia.

15 comentarios en “De ENRIQUE PONCE a Kike

  1. Completamente de acuerdo, Paco. Ya sabes de mí pasión «poncista», pero la exposición mediática que ha tomado la nueva situación amorosa me produce mucha pena.
    Cada cual, faltaría más , puede hacer con su vida privada lo que quiera, sin olvidar que hay otra parte que merece un respeto, sólo sea por tantos años de convivencia juntos.
    Mi reconocimiento y afecto a la familia Valencia, y mis deseos de que el torero-Ponce no siga menoscabando, con su actitud, al hombre-Ponce.
    Un abrazo fuerte, Paco.

  2. Lamentable que alguien se atreva a juzgar a este figuron del época .
    En nuestra vida privada cada cual podemos hacer lo que nos venga en gana ! Profesiónalmente Ponce es punto y aparte 25 años en número uno ! Y hay están los datos que lo corroboran ! Cuando se quita el vestido de torear puede hacer lo que le venga en gana !

  3. Enrique Ponce para el público es un torero al que hemos admirado y admiramos.
    Si eres aficionado a los toros sigues su carrera. Su vida personal es suya que haga lo que quiera, como tú y como yo.

  4. Javier Tejedor, Paco Cañamero no juzga al figurón de época, juzga la situación que vive con una chica de 20 años que hará que su profesión se convierta en morbosa para la afición menos seria.

  5. Lo que es indudable es que Paloma Cuevas es una mujer con una clase y un saber estar que está muy por encima de todo esto, y lo que me entristece es que la hija de Don Victoriano Valencia, a quien tuve el honor de conocer en mi estudio, tenga que pasar por este circo aunque sea de lejos.
    Espero que rehaga su vida y sea feliz con alguien a su altura.

  6. Pues me encanta el articulo, y creo que tiene toda la razón. Desgraciadamente puede mas el cotilleo que otra cosa, y en los toros la gente va a estar más pendiente de el cotilleo que de su toreo. Una plaza de toros, creeis de verdad que la gente no va a estar mas pendiente de si esta su novia, de si la mira, que si ella nose que no se cuantos…. y pasará pues eso lo que dice Paco, como otros tantos toreros, que por su vida publica, dejan de importar a la gente y si no… Tiempo al tiempo!

  7. Eso pasa en las mejores familias, por definirlas de alguna manera. Cuantas mujeres hay peores que Ponce y las idolatráis como mujeres 10. Cada uno sabe con los bueyes que va arando.

  8. ¿Y que importa con quien esté? ¿pudiendo conseguir jamón quien quiere chope? Nos reimos porque podría ser su padre pero dudo que la chica sea una tontita. Cada uno tiene lo que quiere. Y el señorío una vez que te vayas al hoyo pa qué lo quieres. Como dice el dicho «que me quiten lo bailao». Que para estar donde no se quiere estar siempre hay tiempo.

  9. La vida privada es privada. Júzgalo como torero y no por su vida privada. El que esté libre de pescado que tire la primera piedra, dice la parábola … Tú estás libre ? Tú no has cometido aciertos y errores en tu vida? Te han juzgado por ese motivo en el plano de tu trabajo? Vivir y dejad vivir, sobre todo a los que se les llena la boca de éticas libertarias …

Responder a Salvador Amaya Cancelar la respuesta

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *