Rubén Blázquez, el brillo de un torero de plata

             

Rubén Blázquez sigue subiendo peldaños en su particular escalera. Joven y con mucho recorrido por delante, este chaval de Peñaranda de Bracamonte, se está haciendo un importante hueco entre los banderilleros de la tierra, donde fue el último en llegar a su escalafón. Desde que decidió dar el paso y colgar la espada, sus luces de plata no ha dejado de brillar en el firmamento taurino, viéndole cada día más capaz con su capote poderoso; entregado y elegante con las banderillas y lo más importante sabiendo los terrenos que debe pisar en la plaza, siempre en su sitio, sin perder detalle alguno de la lidia.

Rubén Blázquez se ha convertido en una de las más gratas sorpresas de esta temporada, donde a nadie ha dejado indiferente con su hacer en el certamen de novilladas de Castilla y León. Ahí cada tarde ha mostrado su poder y capacidad, su saber hacer impregnado en su naturalidad torera y que lo pueden llevar en poco tiempo a estar fijo en una cuadrilla

Porque si este mozo, que atesora tanta juventud y afición, lo cuidan, va a lo suyo y no se deja llevar por chismes o cantos de sirena, podemos estar ante uno de los grandes subalternos de las dos próximas décadas.

Acerca de Paco Cañamero

En tres décadas juntando letras llevo recorrido mucho camino, pero barrunto que lo mejor está por venir. En El Adelanto me enseñaron el oficio; en Tribuna de Salamanca lo puse en práctica y me dejaron opinar y hasta mandar, pero esto último no me gustaba. En ese tiempo aprendí todo lo bueno que sé de esta profesión y todo lo malo. He entrevistado a cientos y cientos de personajes de la más variopinta condición. En ABC escribí obituarios y me asomé a la ventana de El País, además de escribir en otros medios -en Aplausos casi dos décadas- y disertar en conferencias por toda España y Francia. Pendiente siempre de la actualidad, me gustan los toros y el fútbol, enamorado del ferrocarril para un viaje sugerente y sugestivo, y una buena tertulia si puede ser regada con un tinto de Toro. Soy enemigo del ego y de los trepas. Llevo escrito veintisiete libros -dos aún sin publicar- y también he plantado árboles. De momento disfruto lo que puedo y me busco la vida en una profesión inmersa en época de cambios y azotada por los intereses y las nuevas tecnologías. Aunque esa es otra historia.

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