El mano a mano antitaurino

Avanzaba agosto y, metidos de lleno en el ferragosto, España quedaba convertida en un ruedo taurino. En un ruedo de ilusión, de valientes, de cultura…, cuando desde el corazón de Andalucía llega un terremoto, con epicentro en Baza, a raíz de que Rocío Ruiz, a la sazón consejera de Igualdad, Políticas Sociales y Conciliación de la Junta de Andalucía, haya encendido la alarmas por una medida de calado fascista y propia de quien desconoce la verdad y realidad de una Fiesta al pretender quitar el pan a los ‘enanitos toreros’. Al magnífico cuadro de espectáculos que han sido cantera de un montón de toreros –Antoñete, Ortega Cano, Espartaco, Juan Mora…-, que ha dignificado a tantos hombres que parecen la llamada acondroplasia y también priva del primer acercamiento a la Tauromaquia de miles de niños. Días pasados estaba anunciado uno de estos festejos en Baza y Rocío Ruiz, desde su poltrona, sacó su arma dictatorial para prohibir la celebración del festejos y a la vez denegar, de cara al futuro, todos lo permisos contratados.

Rocío Ruiz, de Ciudadanos –partido que inicialmente sumó miles de votos taurinos desde que su líder Albert Rivera se aprovechase de la Fiesta e incluso permitió ser sacado en hombros de la Monumental de Barcelona para renegar después de la Tauromaquia-, en otra medida propia de las dictaduras bolcheviques, no hace más que mandar a las colas del hambre a estos profesionales que eligieron libremente el arte que quería ejercer, el que ha dado dignidad a su vida y a la de sus familias. El que le hizo ser libres y no depender de nadie, hasta que esta medida –propio de una analfabeta social- los deja ante un futuro lleno de inseguridad e interrogantes. 

A lo largo de mi profesión he conocido a muchos ‘enanitos toreros’, he realizado reportajes a sus espectáculos e incluso tengo buen trato con alguno de ellos, con quienes me solidarizo. Uno de ellos es Pepín Burgos, uno de los más grandes enanos toreros que, ya jubilado, reside es Astorga junto a su familia, a la misma que sacó adelante con grandeza gracias a esa profesión artística que le hizo ser tan feliz, recorrer todo el mundo repartiendo risas e ilusión, a la vez que tantos niños se hacían aficionados. Ahora, a todos aquellos hombres les quieren quitar el pan que legítimamente y con tanta honradez han ganado, por culpa de unos políticos de esos tan habituales en este país, donde tantas veces engañan a la ciudadanía en las elecciones y una vez alcanzado el objetivo, muchos de ellos se dedican a destruir, de los que tantos ejemplos vemos cada día. Como el de Rocío Ruiz, quien utiliza la política para medrar contra el sentimiento de un colectivo, mandar al hambre a tantas familias y cercenar la cultura taurina.

Recuerdo hace unos años una tarde de tentadero en la ganadería de Sayalero, por tierras charras de Sancti Spíritus, al que acudían Juan Mora y Uceda Leal. Poco después de comenzar llega Avelino de la Fuente, el antiguo torero leonés y hoy empresario, que venía acompañado de Pepín Burgos. Ese día, al finalizar la tienta, Juan Mora al descubrir la diminuta silueta de Pepín, la felicidad alumbró su cara para salir a su encuentro y darle uno de los abrazos más sinceros que ha visto en mi larga vida de aficionado. Era un abrazo, ante todo de un maestro del toreo a otro maestro del espectáculo de los ‘enanitos’ -de que muchas veces formó parte Juan Mora-, como símbolo de respeto y por tantas vivencias compartidas. Y es que para cualquiera de los millones de aficionados, de los miles de profesionales, un ‘enanito torero’ ante todo goza del mayor de los respetos y consideración. Esos respetos y consideración que le ha quitado Rocío Ruiz desde la ignorancia para cercenar la cultura de un pueblo que ya está harto de ver a tanta escoria al frente de las poltronas. 

Y si escoria es la andaluza, como si fuera un pique en este particular ‘mano a mano’ para podar el árbol de la Fiesta, llega la alcaldesa de Gijón Ana González y, con la actitud propia de una dictadura para decidir, en un pulso de autoritarismo y falta de moral, cerrar la preciosa plaza del Bibio y no volver a celebrar más ferias, al menos mientras dure su mandato. Y lo hace una persona adscrita al PSOE, el partido que hace cuatro décadas democratizó España y sus líderes destacaron, además, como magníficos aficionados que defendieron la Fiesta con la categoría que merecía como un símbolo de España. Hoy, el PSOE, en manos del siniestro Pedro Sánchez, da palos de ciegos en su juego de seguir en el poder a cualquier precio y vendiendo su alma al diablo, destrozado por ese líder que ha hecho de la mentira su razón de ser. Y encima desde la bandera de un feminismo que no ha hecho más que crear divisiones lejos de la necesaria y justa igualdad. Ese feminismo que humilla a quien no siga sus directrices y ha sido capaz de destrozar hasta la Cultura y el sentimiento de un pueblo -el lenguaje inclusivo es el mayor atentado que ha vivido nuestra Lengua-. Ya mujer hay que respetarla igual que se respeta a un hombre.

Ahora, Ana González, en su amargura y lejos de exhibir la bandera de la libertad priva a un pueblo de su fiesta taurina que tanta recursos deja en la hostelería y comercio gijonés durante su feria por esta negligente acción que debe servir para que el pueblo piense bien en qué manos está. Más pronto que tarde España recuperará los vientos de libertad y ese día volverán a brillar los espectáculos de los ‘enanitos toreros’ y la bellísima ciudad de Gijón recuperará esos días de la Virgen de Begoña y la ciudad volverá a mostrar sus sus mejores galas en esas fiesta que siempre tienen tanto sabor taurino. Pero para ello es imprescindible que los taurinos defiendan esta Fiesta en vez de preocuparse del triunfalismo vigente que no hace más que acabar la tumba de la Fiesta. Porque si vuelve la emoción del toro bravo jamás se deben temer a esos políticos que viven para hacer el mal.  

Y la emoción del toro bravo es la mejor alianza para luchar contra esos ‘mano a mano’ de políticos que atentan contra la grandeza de la Tauromaquia, que un símbolo de España y fuente de inspiración de todas las artes. Este mano a mano que ha convulsionado los cimientos de la Fiesta poco después del ferragosto, cuando España entera es una plaza de toros.

Acerca de Paco Cañamero

En tres décadas juntando letras llevo recorrido mucho camino, pero barrunto que lo mejor está por venir. En El Adelanto me enseñaron el oficio; en Tribuna de Salamanca lo puse en práctica y me dejaron opinar y hasta mandar, pero esto último no me gustaba. En ese tiempo aprendí todo lo bueno que sé de esta profesión y todo lo malo. He entrevistado a cientos y cientos de personajes de la más variopinta condición. En ABC escribí obituarios y me asomé a la ventana de El País, además de escribir en otros medios -en Aplausos casi dos décadas- y disertar en conferencias por toda España y Francia. Pendiente siempre de la actualidad, me gustan los toros y el fútbol, enamorado del ferrocarril para un viaje sugerente y sugestivo, y una buena tertulia si puede ser regada con un tinto de Toro. Soy enemigo del ego y de los trepas. Llevo escrito veintisiete libros -dos aún sin publicar- y también he plantado árboles. De momento disfruto lo que puedo y me busco la vida en una profesión inmersa en época de cambios y azotada por los intereses y las nuevas tecnologías. Aunque esa es otra historia.

9 comentarios en “El mano a mano antitaurino

  1. Brillante, Paco. Emocionalmente brillante. Acabas de dar una media verónica con la franela de la palabra a ese toro burriciego del antitaurinismo que, al no tener otra cosa que hacer en la sociedad, denigra la fiesta, la maltrata y la prohíbe. ¡Talibanes de ayuntamientos, dictadorzuelos en pequeño que solo gobiernan para ellos y sus secuaces.

  2. Excelente comentario, a propósito de las decisiones de dos analfabetas que, más pronto que tarde, pasarán al olvido y al desprecio que bien merecido se lo tienen. Y buen aviso a navegantes que parecen defender la fiesta tímidamente y lo que buscan es convertir un espectáculo que siempre fue esplendoroso en una parodia.

  3. Son auténticas subnormales profudas, desconocedoras de los más elementales principios de convivencia y se acercan mas a un régimen dictatorial que a uno democrático

  4. Comparto todo menos el final. La solución a esto no es la emoción en el toro. Estos mentecatos no hacen reflexiones tan profundas sobre los valores de la tauromaquia. La emoción tendremos que ponerla los taurinos, en los tribunales, en las calles (pacíficamente, eso sí) y, si es preciso, en las urnas para que sean ellos los que vean las orejas al lobo.
    Un saludo.

  5. Querido Paco.
    Gran artículo en defensa de la Tauromaquia.
    Esta España politica cada vez se parece más a aquellos Circos antiguos.
    Cada año traian un «Tonto» nuevo.
    Con todos los respetos a los artista tan metidos en su papel de «Tonto».

  6. El artículo es de una claridad expositiva y de una brillantez a las que ya nos tiene acostumbrados el autor a los asiduos a esta página web.
    Creo que ha llegado el momento en que los taurinos nos unamos, demos un golpe en la mesa y empecemos a enseñar las garras. Urge. Antes de que sea demasiado tarde. Hay que dar la batalla en todos los frentes.

    1. Más claro no se puede explicar, pero no tiene solución mientras estos impresentables y sinvergüenzas estén en los sillones, pues es lo uníco q saben hacer sentarse no moverse llevárselo, y romper todo lo q no les interesa

  7. Escribo desde la raya portuguesa para dejar mi mas profunda preocupacion por lo que esta pasando en España, mi España taurina, si lo permitis. La ignorancia, los prejuicios, un animalismo hipócrita , una izquierda acosadora,… hasta donde y hasta quando?!

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