No ha sido fácil para David Salvador volver a la actividad para hacerse banderillero, porque detrás de la reciente decisión lleva una larga meditación. De estudiar todos los pros y contras de una profesión que conoce y a la que ha dedicado tantos años. De darle infinidad de vueltas y de noches sin dormir antes de tomar la definitiva decisión, sabedor de la dificultad que encierra el mundo del toro.
David, que de novillero entusiasmó tantas veces con su clase, aunque su carrera sufrió un frenazo al faltarle un triunfo rotundo en una plaza de campanillas que lo lanzara, sabe lo que le espera ahora que ha decidido volver a vestido de torero, aunque de plata, en la siempre torera labor de peón de brega.
Ahora acaba de dar el paso delante para reaparecer en las filas de plata después de probarse en el campo y comenzar a entrenar con toreros amigos para iniciar esta nueva etapa con toda la ilusión. Una nueva etapa que tiene el libro en blanco y David irá rellenando cada tarde que se vista de torero. Porque con su juventud, afición, ganas de superarse, este joven que un día soñó con ser figura debe alcanzar nombre y prestigio como banderillero.
Deseo a David Salvador, toda la suerte del mundo.
Suerte David.
No ceses en tu lucha.
Que Dios te acompañe siempre.