De inflexiones en tiempo de canales

A falta de algún coletazo final, la temporada ha bajado el telón y ya empiezan los primeros movimientos de mercado. Aunque por delante queda un largo invierno donde deben encajarse un montón de puzles de la partida del toreo, necesarios para su buen funcionamiento y mejor futuro, porque de seguir así, aunque se disfrace de triunfalismo –que es un engañatontos-, va directa al caos. Hay que dar solución al caso Las Ventas donde esa plaza, la principal del planeta taurino, se desintegra en manos de un auténtico caradura –y avalado por la suciedad en sus gestiones taurinas- llamado Simón Casas, protegido por Miguel Abellán, torero con una trayectoria política muy dudosa, poco limpia y nada honesta; mientras que la gran responsable de ese desaguisado es Isabel Díaz Ayuso, por confiar para la gestión taurina en un hombre de tan nula honorabilidad como Abellán, quien tiene encabronada a la afición, además de los toreros, ganaderos, profesionales… Y es que quien permite todo esto es Isabel Díaz Ayuso, por tanto la apuntada de todo lo malo que pasa, taurinamente, en Madrid, que es la batuta que guía el toreo. 

Isabel Díaz Ayuso es la gran responsable del desaguisado taurino que se vive en Madrid.

Ahora, en estas fechas, cuando el sueño de las américas taurinas ya apenas existe, siempre llegan las habituales rupturas y cambios de pareja en el baile del toreo, en la mayoría de los casos después de una vez que los apoderados presentan las cuentas. Unas esperadas y otras con sorpresa para la mayoría, ejemplo de la de Daniel Luque con Carlitos Zúñiga (jr), una vez que el torero de Gerena ha rubricado la temporada de sus sueños dejando un ramillete de faenas para enmarcar, sin dejar a nadie indiferente. Y claro, el éxito y más si es las plazas de postín quiere recompensa monetaria. 

También llaman la atención las rupturas con un trasfondo de ingratitud, ejemplo del feo de Francisco de Manuel a quien parece habérsele subido a la cabeza el legítimo triunfo en la corrida de La Hispanidad, a la que llegó siendo un desconocido para la masa y, tras el éxito que da nuevas alas a su carrera, lo primero que ha hecho ha sido darle un patada a Manuel Campuzano, quien desde junio velaba por su carrera, cuando nadie le hacía caso, para hacerlo salir del bache y ponerlo a funcionar. Entonces, Francisco de Manuel a casi ningún taurino interesaba y menos a Diego Robles, con quien acaba de sellar su nueva relación, quien seguramente en el momento que se fue con Campuzano ni sabía quien era. Ahora, Francisco de Manuel, en su ingratitud ha buscado el paraguas de Matilla, la casa que estos días ha sido noticia. Y donde no es oro todo lo que reluce.

Matilla ha estado en los titulares por no continuar en el que ha sido uno de sus buques insignia de los últimos años, la plaza de Valladolid, que llevaban en renta a la propiedad, representada por el gran torero Emilio Ortuño Jumillano. Casi nadie lo esperaba, a pesar de que la plaza de Valladolid se hundía en el fango con carteles de escaso interés, precios carísimos y la proliferación del toro afeitado.

A Valladolid llegan tiempos de nueva ilusión taurina.

De todas formas no seré quien ahora vaya a juzgar a Matilla –ya lo hice cuando nadie lo hacía-, ni tampoco hacer leña del árbol caído. Pero lo cierto es que Valladolid ha dado un gran paso taurino para recuperar la plaza bajo los mando de Alberto García, cabeza visible de Tauroemoción, un taurino trabajador, con visión de futuro, valiente y con la capacidad de motivar. 

Alberto García, además, se ha hecho un importante sitio a base de talento y enorme esfuerzo, además de sortear tantas zancadillas como le han echado los taurinos de siempre, quienes pensaban que eran los dueños de la Fiesta, en vez de preocuparse de limpiar sus casas de tanta corrupción se dedicaron a ningunearlo. Pero el tiempo ha dado la razón a Alberto García, quien hoy es uno de los activos más importantes el toro y un hombre que se ha ganado la confianza general. Por eso, Valladolid y su afición  está de enhorabuena, porque de la mano de Tauroemoción correrán los vientos a favor para recuperar la solera pérdida de San Pedro Regalado, que siempre fue una corrida de máxima categoría y el ciclo de septiembre, que debe dar una vuelta total en todo, para volver a tener novedad. 

Y ahora por delante, en el largo invierno, nadie se puede dormir, que hay mucho por arreglar y toca mucho trabajo en todos los sectores del espectáculo taurino. 

Acerca de Paco Cañamero

En tres décadas juntando letras llevo recorrido mucho camino, pero barrunto que lo mejor está por venir. En El Adelanto me enseñaron el oficio; en Tribuna de Salamanca lo puse en práctica y me dejaron opinar y hasta mandar, pero esto último no me gustaba. En ese tiempo aprendí todo lo bueno que sé de esta profesión y todo lo malo. He entrevistado a cientos y cientos de personajes de la más variopinta condición. En ABC escribí obituarios y me asomé a la ventana de El País, además de escribir en otros medios -en Aplausos casi dos décadas- y disertar en conferencias por toda España y Francia. Pendiente siempre de la actualidad, me gustan los toros y el fútbol, enamorado del ferrocarril para un viaje sugerente y sugestivo, y una buena tertulia si puede ser regada con un tinto de Toro. Soy enemigo del ego y de los trepas. Llevo escrito veintisiete libros -dos aún sin publicar- y también he plantado árboles. De momento disfruto lo que puedo y me busco la vida en una profesión inmersa en época de cambios y azotada por los intereses y las nuevas tecnologías. Aunque esa es otra historia.

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