Gerardo Martín ya conduce los buses de la eternidad

Gerardo, a la izquierda, en una de las numerosas ocasiones que desplazó a la Unión Deportiva Salamanca

Gerardo era el hijo mayor del señor Herminio y la señora Tránsito. Detrás venían sus hermanos Melchor y Minini, con quienes expandió Hermanos Martín, una empresa de autobuses que ha acabado siendo referencia en el ámbito nacional, gracias a su moderna flota de vehículos, el buen servicio, la puntualidad y limpieza. Esa empresa, de la que su padre, el señor Herminio, un personaje que dejó una inmensa huella, puso la primera piedra y, una vez jubilado, con sus hijos al volante, alcanzó los más altos techos de prestigio. De Hermanos Martín, a cuyo frente desde hace años está la nueva generación familiar, siempre bajo los patrones que la hicieron grande.

Esta mañana de martes, recién estrenado el año, Gerardo, el gran Gerardo, se ha marchado a conducir los autobuses de la eternidad, tras haber sumado millones de kilómetros en las carreteras de toda Europa. Desde que tenía pantalón corto y comenzó con aquellos buses que carrozaban ellos mismos, hasta los míticos Setra Seida para alcanzar los más modernos de los últimos años, ya dotados de la más puntera tecnología. Responsable de miles de excusiones, siempre con su profesionalidad de la que hizo gala y en las que conquistaba a todos con su amenidad; también su gracia –era un excepcional humorista-. De hecho quien montaba por primera vez en uno de los buses de Hermanos Martín ya nunca se quería bajar. 

Dueño de una carisma especial y de una enorme personalidad, Gerardo era querido allá donde estaba. En cualquier pueblo de la provincia al que llegaba enseguida le hacían corro y la gente iba a saludarlo. Desde la sierra, hasta las Arribes; desde La Armuña a Fuentes de Oñoro y siempre con una parada en Ciudad Rodrigo, del que se sentía tan cercano, vivió intensamente los Carnavales al lado de su familia y tenía raíces de su existencia. La Fuente de San Esteban, el pueblo en el que ve la luz y se casó, al que le tanto le gusta visitar para darle un abrazo a los numerosos amigos como tenía, porque a su lado no había amigo pobre. O en la Estación de Autobuses de Salamanca, en la que estaba habitualmente y mientras su salud lo dejó, siempre haciendo gala de su amenidad.

Gerardo era un caballero, siempre con su elegancia, con la corbata perfectamente anudada y un pañuelo de seda a juego en el bolsillo de la americana, con una palabra agradable y una sonrisa, mientras que hablaba de cualquier asunto, siempre con conocimiento y tanta vida como llevaba.

Ahora, cuando por cualquier carretera de España nos crucemos con un bus de Hermanos Martín, siempre recordaremos el señorío de Gerardo, que esta mañana se ha ido para seguir conduciendo los autobuses de la eternidad.

Acerca de Paco Cañamero

En tres décadas juntando letras llevo recorrido mucho camino, pero barrunto que lo mejor está por venir. En El Adelanto me enseñaron el oficio; en Tribuna de Salamanca lo puse en práctica y me dejaron opinar y hasta mandar, pero esto último no me gustaba. En ese tiempo aprendí todo lo bueno que sé de esta profesión y todo lo malo. He entrevistado a cientos y cientos de personajes de la más variopinta condición. En ABC escribí obituarios y me asomé a la ventana de El País, además de escribir en otros medios -en Aplausos casi dos décadas- y disertar en conferencias por toda España y Francia. Pendiente siempre de la actualidad, me gustan los toros y el fútbol, enamorado del ferrocarril para un viaje sugerente y sugestivo, y una buena tertulia si puede ser regada con un tinto de Toro. Soy enemigo del ego y de los trepas. Llevo escrito veintisiete libros -dos aún sin publicar- y también he plantado árboles. De momento disfruto lo que puedo y me busco la vida en una profesión inmersa en época de cambios y azotada por los intereses y las nuevas tecnologías. Aunque esa es otra historia.

6 comentarios en “Gerardo Martín ya conduce los buses de la eternidad

  1. Hasta pronto Gerardo, siempre te recordaré con esa galanteria y ese humor te caracterizaba, te conocí muchos años antes que a tu hijo, el cual tiene muchísimo de ti ,quien me iba a decir a mí cuando pasabas todos los días paseando por la taberna de pilatos y siempre me decías cosas bonitas y me animabas que un día conocería a lali ,hoy es un día muy triste para mí, no poder haber estado cerca de vosotros, pero siempre te llevaré en mi corazón, gran hombre y bellísima persona ,hasta siempre señor Gerardo, siempre estarás en mi recuerdo y en mi ❤️

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