Elegía por el Canal Toros

Desde primeras horas de la mañana de ayer, desde el mismo momento que Zabala de la Serna daba la exclusiva en las páginas de El Mundo, de la desaparición del Canal Toros corría por las redacciones y redes, como una mecha encendidaLa noticia, lamentable, de alguna manera y tras los últimos acontecimientos, junto al pasotismo de Telefónica se veía venir, aunque queda una esperanza a la que aferrarse, especialmente por la inmensa labor realizada por el Canal Toros, dueño del mejor archivo taurino –junto al de TVE y el de Gan- que existe, de haber realizado durante tantos años unos reportajes fantásticos y de tener en su nómina a brillantísimos profesionales. Por esas razones, con la que estaba cayendo y las gentes de la Fiesta mirando para otro lado, la noticia es muy triste.

En ocasiones fui crítico con el Canal Toros, especialmente cuando demandaban más trofeos a los palcos, negaban la evidencia de flojas entradas o se justificaban estocadas indecorosas, pero es lo menos. Porque lo bueno superó infinitamente a lo criticable y, en cuanto llegaba a hora de la corrida, todos los aficionados ya estábamos detrás de la pantalla. Ellos nos acercaron los toros con una tecnología sorprendente, tan distinta a la habitual en TVE, innovaron con cámaras súper-lentas, repetición y era todo un acontecimiento, además de la calidad en los reportajes.  

Nos vamos a acodar mucho del Canal Toros, al tiempo. De él no olvidaremos a los magníficos profesionales liderados por Víctor Santamaría, que convirtieron cada corrida televisada en un espectáculo. Y ahí alzo mi brindis por dos personas. Por un periodista integro, un todo-terreno de la comunicación taurina, apasionado de la historia, con exquisita capacidad de análisis y brillante comunicador llamado Alfonso Santiago, aunque estoy seguro que pronto volverá al sitio relevante que se merece y como testimonio, en el particular canto del cisne nos ha dejado esa serie titulada Memoria de los 80, que ha sido todo un lujazo y lo mejor que se ha hecho para conocer a todos los grandes toreros de esa época. El otro es Maxi Pérez, sabio aficionado de Colmenar Viejo, que almacena en los archivos de su memoria todos los datos del toreo –su particular maxipedia– y la sabiduría que le sirvió para hacerse un huevo tan importante. Las puntualizaciones de Maxi han sido una auténtica escuela para los aficionados y también, ojalá, pronto esté en el sitio que merece. A esos dos excelentes profesionales y personas los vamos a echar de menos. 

Dos magníficos profesionales y excelentes personas

También nos quedará el inmenso vació de los debates posteriores al festejo, donde el maestro Fernando Fernández Román sabía poner siempre el punto sobre la í; o Luis Francisco Esplá, con su manera de ver una tarde de toros. Una pena que se ha ya perdido y ya tenga escrito su réquiem, también por la desidia de Teléfónica, que no quiso competir en ningún momento con la nueva plataforma y prefiero morir, algo que nadie puede entender con su capacidad económica y el inmenso legado del Canal Toros, al que va a ser muy difícil igualar. No quiero ser agorero con los que llegan, pero me mosquea que sean alemanes y venidos del mundo del fútbol, que carece de la sensibilidad y cultura del taurino. Ojalá me confunda y no se aburran, pero me temo que enseguida van a buscar un alto rendimiento. Y a ver si no se asustan por los coletazos políticos contra la Fiesta, como sí hicieron tantas cabeceras. 

Mientras tanto mi gratitud al Canal Toros por sus años de fidelidad. 

La brillante serie Memoria de los 80, ha sido el canto del cisne del canal temático

Acerca de Paco Cañamero

En tres décadas juntando letras llevo recorrido mucho camino, pero barrunto que lo mejor está por venir. En El Adelanto me enseñaron el oficio; en Tribuna de Salamanca lo puse en práctica y me dejaron opinar y hasta mandar, pero esto último no me gustaba. En ese tiempo aprendí todo lo bueno que sé de esta profesión y todo lo malo. He entrevistado a cientos y cientos de personajes de la más variopinta condición. En ABC escribí obituarios y me asomé a la ventana de El País, además de escribir en otros medios -en Aplausos casi dos décadas- y disertar en conferencias por toda España y Francia. Pendiente siempre de la actualidad, me gustan los toros y el fútbol, enamorado del ferrocarril para un viaje sugerente y sugestivo, y una buena tertulia si puede ser regada con un tinto de Toro. Soy enemigo del ego y de los trepas. Llevo escrito veintisiete libros -dos aún sin publicar- y también he plantado árboles. De momento disfruto lo que puedo y me busco la vida en una profesión inmersa en época de cambios y azotada por los intereses y las nuevas tecnologías. Aunque esa es otra historia.

4 comentarios en “Elegía por el Canal Toros

  1. Cierto, Paco. El archivo y la labor de Canal toros es impagable. Y ahora Casas, el de Pinilla de Toro, que salió de M. Toros haciendo fú como el gato, viene con la nueva plataforma, mucho me temo, como las eólicas …¡a Barrer!. Pero los toreros y ganaderos tienen la palabra.

  2. Suscribo todas estas palabras.
    Mi gratitud también al Canal Toros por todos estes años que la seguia desde Portugal.
    No sé quien tiene la culpa, pero este ejemplo me parece uno más de que la fiesta de los toros no terminará nunca por acción de los anti taurinos, antes por “guerrillas” entre los taurinos, que lo hacemos tan bién…

  3. Desde Lima, el reconocimiento de la afición Taurina al programa TOROS de Movistar, nuestros saludos para todas las plantillas de técnicos, comentaristas etc, etc que pasaron por esa casa, no perdemos la esperanza que siempre tendremos un guía, como lo fue el programa TOROS, saludos, RADY

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