… Linares nos lo devuelve

Un grandiosos torero, un diestro que fue espejo de varios generaciones.

Llevaba ya un tiempo enfermo y las noticias sobre su estado de salud cada vez eran más alarmantes. A medida que transcurrían los meses la preocupación aumentaba y todos temíamos que la estrella de José Fuentes, del maestro de Linares, se apagaba. Desgraciadamente, la noticia se confirmó esta mañana de lunes, inmersos en la resaca electoral.

Desde hace años guardaba buena amistad con José, aunque hacía ya unos meses que no descolgaba el teléfono cuando lo llamaba para hablar y escuchar con atención aventuras de su época, de los compañeros con los que toreó o de los años que pasó en La Fuente de San Esteban. O explicar su maravilloso concepto del toreo, o los numerosos avatares que protagonizó y fue testigo en medio de una carrera prodigiosa. La del novillero que irrumpió con tanta fuerza al grito de Linares se lo llevó, Linares nos lo devuelve, el eslogan sacado por aquel estrafalario mago del lanzamiento de toreros llamando Rafael Sánchez El Pipo, Ese Pipo que acabó siendo su suegro –el matrimonio más tarde fracasaría- y con tantas dotes de marketing para lanzar toreros como nefasta organización monetaria. Y ya se sabe que el dinero es la mejor y más necesaria recompensa. 

Aquellos años novilleriles de manos del Pipo lo acercaron a Salamanca, más exactamente La Fuente de San Esteban, formando pareja con Paco Pallares poco después de su arranque novilleril, ya asentados en los carteles de novilladas picadas. Pallarés, que hasta entonces, curiosamente, se había anunciado como Paquito Fuentes, ya pasó a estar acartelado con su apellido paterno para compartir ambos numerosas tardes. Y en algunas plazas ser hasta toreros de culto, ejemplo de Barcelona. 

Entonces, Fuentes no dejaba a nadie indiferente y todos auguraban en él ese torero grandioso que acabó siendo, además de un magnífico estoqueador. Aquel muchacho espigado y de tez morena que le encantaba escuchar a Joaquinillo, su mozo de espadas, quien antes había sido un banderillero de tronío en cuadrillas de lujo, entre ellas las de Pepe Luis Vázquez y Pepín Martín Vázquez.  

Después, prácticamente desde la alternativa de Pallarés –en gloriosa tarde-, las carreras de ambos se distanciaron – Pallarés se instala en México durante varios años y al volver sufre un accidente de tráfico que lo retira del toreo-, pero no la afectividad e íntima amistad que mantuvieron toda la vida. Fuentes pronto se hizo figura, dio varias vueltas a España, gozó del afecto y respeto entre la magnífica nómina de toreros de la época. Y siempre dejó el selló de elegancia, de su pureza, de su empaque y capacidad, además de una exquisita técnica y una contundente espada. 

Salamanca, feria de 1965. Apoteosis el día de la alternativa de Pallarés, con El Viti y Fuentes.

El eslogan Linares se lo llevó, Linares nos lo devuelve hacía referencia a su nacencia en Linares, el pueblo minero de Jaén y el de aquella Santana que era el motor económico de la comarca, en el que siendo aún muy niño quedó marcado por la muerte de Manolete, por lo que Fuentes se crió impregnado por esa tragedia ocurrida en el coso de Santa Margarita, de la que escuchaba hablar a todos los aficionados. Y él ya no quiso ser más que torero. ¡Y qué torero! Fue quien más alto llegó de la hornada integrada por Víctor Quesada, Paco Moreno; la que después tuvo su continuidad en nombres de la talla de Palomo Linares y Curro Vázquez, al que sigue Lázaro Carmona y –aún en activo- Curro Díaz, discípulo de Fuentes, aunque fueron muchos los toreros que se acercaron a él para beber de sus fuentes, entre ellos Enrique Ponce, de quien era íntimo amigo.

Fuentes, torero de toreros, sufrió un parón tras un cornalón de espejo sufrido en 1975, en Huesca, por un toro de Louro Fernández de Castro, con daños en el nervio facial. Desde entonces, aunque dejó grandes faenas e incluso vivió las mieles del triunfo con una puerta grande en Madrid, el 12 de octubre de 1982, ya no volvió a tener la continuidad en las ferias de renombre. Aunque su nombre de vez en cuando regresaba a la pomada después de una gran faena. Porque Fuentes nunca perdió la esencia, la misma que tanta pasión despertaba en Madrid, donde años antes, en San Isidro, vivió un encontronazo entre quienes jaleaban la finura de su torero y quienes gritaban ¡pico, pico…! Aquel grito el que un día se hartó tanto que cortó la faena y se dirigió a Joaquinillo para pedirle unas tijeras y arrancar delante de todo el público el pico de la muleta. Con la media muleta volvió al toro y le seguían increpando tanto ¡pico pico! que esa misma noche en unas declaraciones recordó la mítica frase del Guerra: En Madrid que atoree San Isidro. Porque Madrid, en una etapa, fue extremadamente dura con él. 

Hoy se ha ido en un hospital de Sevilla, provincia en la que se estableció hacer unos años al irse a vivir a Las Pajanosas. En ese rincón donde tantos toreros y aficionados convirtieron en centro de peregrinación, sencillamente por José Fuentes fue un torero de culto. Mucho más que aquel Linares se lo llevó, Linares nos lo devuelve.

Septiembre de 2015, en Salamanca con El Viti. 50 aniversario de la alternativa de Pallares, A la izquierda, el autor de este artículo.

Acerca de Paco Cañamero

En tres décadas juntando letras llevo recorrido mucho camino, pero barrunto que lo mejor está por venir. En El Adelanto me enseñaron el oficio; en Tribuna de Salamanca lo puse en práctica y me dejaron opinar y hasta mandar, pero esto último no me gustaba. En ese tiempo aprendí todo lo bueno que sé de esta profesión y todo lo malo. He entrevistado a cientos y cientos de personajes de la más variopinta condición. En ABC escribí obituarios y me asomé a la ventana de El País, además de escribir en otros medios -en Aplausos casi dos décadas- y disertar en conferencias por toda España y Francia. Pendiente siempre de la actualidad, me gustan los toros y el fútbol, enamorado del ferrocarril para un viaje sugerente y sugestivo, y una buena tertulia si puede ser regada con un tinto de Toro. Soy enemigo del ego y de los trepas. Llevo escrito veintisiete libros -dos aún sin publicar- y también he plantado árboles. De momento disfruto lo que puedo y me busco la vida en una profesión inmersa en época de cambios y azotada por los intereses y las nuevas tecnologías. Aunque esa es otra historia.

2 comentarios en “… Linares nos lo devuelve

  1. No saldrá otro torero con más elegancia y finura…
    Por cierto un entierro donde hubo muchas ausencias…. Ponce… Curro Vázquez…… D. E. P Maestro desde tu tierra Linares…. Un saludo

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