Y Chaves se cortó la coleta

Tras matar su último toro sus hijos le cortaron la coleta en medio de la emoción

Hacía años, muchos años, que no sentía tanta emoción como la vivida ayer en La Glorieta. Hacía falta un acontecimiento de este calibre para dimensión en Salamanca para que hasta en el más remoto punto de la provincia solamente se vuelva a hablar de toros. Como en los mejores tiempos de esta feria, cuando era una de las postineras de España. Y gracias a ti, López Chaves, que te cortabas la coleta dictando la última lección en esta cátedra de La Glorieta y a tu compañero, el colosal Juli, que con la fuerza de los olés que os han tributado han temblado hasta las históricas piedras de la Salamanca monumental. ¡Qué bonito es el toreo!

Ahora que te has cortado la coleta ya eres un ciudadano civil, un ganadero de Ledesma; aunque siempre quedará una identificación que te acompañará todos los días de tu vida y, a tu paso, la gente dirá; “ahí va el torero”. Pasarán muchos años y, alguna mañana, cuando aparezcas en la Unidad Veterinaria de tu pueblo, o estés con tus amigos en los jueves de feria, cualquier padre le dirá a su hijo: “Mira es Mingo y fue un gran torero que llevó el nombre de nuestro pueblo por todas las plazas del mundo”. Y ese pequeño, embargado por la felicidad, se dirigirá a ti y orgulloso te dará la mano antes de sacarte un selfie del que presumirá antes sus compañeros. 

Te has cortado la coleta hace unas horas y aún se me eriza el vello ante tanta emoción vivida, porque junto a la del rabo de Morante en la Feria de Abril, has protagonizado la otra gran tarde de la temporada.. A bote y después de ver tantas retiradas –y en más de 35 años de actividad se llevan vistas unas pocas- creo tras la de tu querido maestro y amigo, El Niño de la Capea, en aquella feria charra de 1988, ha sido la tarde que se ha vivido con más pasión en esta plaza. Desde muchas horas antes de la corrida, tu nombre, el de López Chaves, era pronunciado con orgullo por la afición, por todos los medios de comunicación y por cualquiera que es algo en este mundo del toro. Se sentía el cariño unánime y el inmenso respeto que te has sabido ganar como torero, dejando en los honores de tu palmarés rubricado con corridas durísimas y marcado tu cuerpo con inmensas cicatrices que trepan por tu piel, que también son otras medallas de esta época que has protagonizado.

En cierta medida tu adiós, por momentos, me recordó el del Niño de la Capea con todo el mundo entregado e incluso por el intenso viento que azotó unas horas antes, que también fue gemelo en ambas ocasiones. Y siempre con la entrega, la torería, la pasión y hasta esas ganas de comerte el mundo más propias de un principiante que busca abrirse camino que de quien ya ha escrito su libro torero y esa tarde va a cortarse la coleta.

Te has ido por la puerta grande del toreo, con un inmenso cariño y con Salamanca entera sintiendo orgullo de ti. Formando ya parte de la historia taurina de esta tierra, de esa Glorieta en la que has escrito tu nombre con letras de oro. A la que volverás, ya de ciudadano civil, pero no dejarás de recibir saludos, abrazos y hasta los que ayer fueron tus compañeros te brindarán sus toros con la admiración, el respeto y el inmenso cariño que te has hecho ganar. Te lo has ganado con una férrea afición, un corazón de oro y unas ganas de ser torero como pocos lo han tenido. Por eso, cuando uno sienta un momento de debilidad no tendrá más que fijarte en tí, en todo lo que has sido y cómo has sabido sobreponerte a las adversidades para superar las más altas barreras.

Y ahora, Mingo, que ya eres un ciudadano civil, arrojo mi sombrero a tus pies en señal de máximo respeto y cualquier jueves que te vea en Ledesma, un pueblo al que has elevado a los altares hasta convertirlo en la actual capital de la Salamanca taurina, iré a tu encuentro para darte un abrazo con toda mi admiración.

¡Larga vida torero!

Acerca de Paco Cañamero

En tres décadas juntando letras llevo recorrido mucho camino, pero barrunto que lo mejor está por venir. En El Adelanto me enseñaron el oficio; en Tribuna de Salamanca lo puse en práctica y me dejaron opinar y hasta mandar, pero esto último no me gustaba. En ese tiempo aprendí todo lo bueno que sé de esta profesión y todo lo malo. He entrevistado a cientos y cientos de personajes de la más variopinta condición. En ABC escribí obituarios y me asomé a la ventana de El País, además de escribir en otros medios -en Aplausos casi dos décadas- y disertar en conferencias por toda España y Francia. Pendiente siempre de la actualidad, me gustan los toros y el fútbol, enamorado del ferrocarril para un viaje sugerente y sugestivo, y una buena tertulia si puede ser regada con un tinto de Toro. Soy enemigo del ego y de los trepas. Llevo escrito veintisiete libros -dos aún sin publicar- y también he plantado árboles. De momento disfruto lo que puedo y me busco la vida en una profesión inmersa en época de cambios y azotada por los intereses y las nuevas tecnologías. Aunque esa es otra historia.

6 comentarios en “Y Chaves se cortó la coleta

  1. Muy bien, Cañamero,perfecta descripción.
    Me quedé con muchas ganas de ir,una pena no verlo.
    Me desanimo la climatología de la mañana.
    Enhorabuena al torero,buen torero y honrado…

  2. Toro Madrileño bravo encastado fiero un toro de lidia auténtico todos los premios para el muy merecidos pero quién le cortó las orejas a este torrente de bravura Miguel Ángel Perera ni un solo premio para el todos para el rey del Julipie por lo hecho a una babosa de Matilla ay afición de Salamanca decadente y verbenera si Navalon resucitará se suicidaba al instante

  3. Una crónica impecable hecha por un gran periodista y mejor escritor dirigida a una figura de toreó, una gran persona querida por todo el mundo que deja una huella imborrable en el toreo de Salamanca.

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