Casas y Garrido siguen lastrando el toreo

Anuncian con enorme fuego pirotécnico y largas parrafadas del gabacho Simón Casas, junto a un esperado combinado de luces de colores y mucho humo para vender, la presentación de la Feria de San Isidro-2025. Los medios apesebrados ya se han hecho eco de ello y, estos días, en las oficinas de la plaza trabajan a destajo para encajar las últimas fichas de este particular puzzle. Una feria de sota, caballo y rey, sin apenas novedades y con los siempre; cerradas para quienes no forman parte de este cambalache de las grandes empresas con sus políticas de cambios. Cerradas también para nombres acartelados en Valencia y Castellón, donde la posible sorpresa de un modesto no tendrá un hueco en el serial madrileño. Porque ahora como lo presentan con tanta celeridad es imposible. Encima no son ni listos. De serlos dejarían abiertas un par de corridas y otra novillada para crear motivación entre toreros e incluso entre la afición.

En la Fiesta actual, la de los nuevos tiempos, cada día es más difícil que dos y dos sean cuatro. Y la actual gestión de la plaza de Madrid es otro ejemplo donde tapan la problemática que envuelva a la estructura taurina con el triunfalismo. Con una gestión que cada día vive más de espaldas al pueblo, a la verdad, a su grandeza. Una Fiesta en la que ya no valen los méritos, que siempre fue su principal acicate. Hoy es necesario vivir bajo el amparo de una casa grande para torear en las ferias, aunque se lleve años dormido, ejemplo de Manzanares o El Fandi.

Simón Casas y Rafael Garrido han hecho un inmenso daño a la plaza madrileña de Las Ventas más allá de San Isidro. Principalmente al acabar con las corridas de la canícula. Es vergonzoso que los domingos de julio la plaza esté cerrada y privados de oportunidad un montón de toreros que, de siempre, tuvieron en esos festejos la oportunidad de cambiar el sino de su destino. Y a ellos, a los empresarios, que únicamente le interesa el dinero (rápido y en la mano) la han eliminado y engañado a la gente por otras cosas como Cénate Las Ventas, que por cierto vaya nombre para un certamen. Porque en julio, en Las Ventas, convivieron festejos de oportunidad con las tradicionales corridas de los domingos, que tuvieron mucho parangón. Y no digamos en la época de Chopera, que obligaba a las figuras a torear en Madrid los domingos de julio y muchas tardes, ¡con 40º! ponía en no hay billetes

Y si grave fue eliminar las corridas domingueras de julio más aún es limar a grandeza y exigencias que siempre fue la bandera de Madrid al convertir San Isidro en una especie de discoteca  vocinglera, en un tren sin frenos. Pero estos dos elementos de Casas y Garrido ya no engañan a nadie, más que a quien mira a otro lado para acercarse a sus morriles. Todo ello es para criticarlo, pero más aún que presenten San Isidro antes que el resto de las grandes ferias y haciendo perder la ilusión a las sorpresas de Valencia o Castellón (de Valdemorillo no hablamos, porque hace ya unos años el sistema ha destrozado su identidad).

De Casas ya he dicho muchas veces que es un cáncer de la Fiesta y con las cunetas de sus gestiones llenas de polémicas, de golferías, de palabras incumplidas… Vamos que es un Pedro Sánchez en versión taurina. Y todo ese recorrido ahora lo utiliza en lastrar Madrid, la que siempre fue la cátedra del toreo. La que daba y quitaba. De la que decía Antoñete que el premio de una vuelta al ruedo era el pasaporte para torear una veintena de corridas y una puerta grande era el pasaporte de la gloria. Y lo triste es que la Comunidad sigue aguantando sin atender tanta crispación tras los abusos cometidos en una gestión mugrienta. 

Y si Casas es malo y vendehúmos, que lo es y lo cultiva, no digamos nada de Garrido, quien labora con él, siempre con esa cara de franciscano. Garrido es un desconocido que llega a la Fiesta con la fuerza económica de Nautalia y empezó la casa por el tejado, es decir la palabrería barata y olvidándose de los méritos a aquellos que lo merecen. El tal Garrido es otro siniestro personaje que araña en la grandeza de la Fiesta y culpable de un montón de desaguisados.

Ahora, el San Isidro de 2025, con un par de excepciones, estará conformado casi en su totalidad con carteles de figuras y la gente irá, se beberán más gin tonic que nunca por ese nuevo público amaestrado que va a la plaza en son de discoteca y ellos tan a gusto para haberlos educado para estar al servicio del triunfalismo y el fraude. Pronto nos acordaremos de ese 7 empeñados en matar, en ningunear, en desprestigiar y que hizo posible la seriedad y grandeza de Las Ventas. Y lo peor es que las sorpresas de Valencia y Castellón ya no tendrán ya sitio en Madrid por esa extraña moda de presentar la feria a primeros de año. Y es que si tuvieran un poco de razón y ética dejarían abiertos los carteles de un par de corridas y de una novillada, con lo que crearían motivación entre toreros e incluso entre la afición. Pero estos que viven en sus mundos no miran más que para su bolsillo y la Fiesta les da igual.

Acerca de Paco Cañamero

En tres décadas juntando letras llevo recorrido mucho camino, pero barrunto que lo mejor está por venir. En El Adelanto me enseñaron el oficio; en Tribuna de Salamanca lo puse en práctica y me dejaron opinar y hasta mandar, pero esto último no me gustaba. En ese tiempo aprendí todo lo bueno que sé de esta profesión y todo lo malo. He entrevistado a cientos y cientos de personajes de la más variopinta condición. En ABC escribí obituarios y me asomé a la ventana de El País, además de escribir en otros medios -en Aplausos casi dos décadas- y disertar en conferencias por toda España y Francia. Pendiente siempre de la actualidad, me gustan los toros y el fútbol, enamorado del ferrocarril para un viaje sugerente y sugestivo, y una buena tertulia si puede ser regada con un tinto de Toro. Soy enemigo del ego y de los trepas. Llevo escrito veintisiete libros -dos aún sin publicar- y también he plantado árboles. De momento disfruto lo que puedo y me busco la vida en una profesión inmersa en época de cambios y azotada por los intereses y las nuevas tecnologías. Aunque esa es otra historia.

6 comentarios en “Casas y Garrido siguen lastrando el toreo

  1. Como siempre, Paco Cañamero da en la diana , donde deberíamos colocar -de manera figurada, claro está- los rostros de los citados en el artículo, que han tomado al asalto la plaza de Las Ventas, con la complicidad de los políticos y gestores lamentables de la Comunidad de.Madrid.

  2. Que bien describes como gran periodista que eres la situación actual para los toreros en San Isidro.Me ha gustado lo de la cara de seminarista de Garrido,llevas mucha razón .Y que triste y grave lo de Fernando Adrián.pero que no aparezcan acartelados Curro Díaz y Morenito de Aranda que son dos grandísimos toreros al menos yo no lo entiendo.y la comunidad con el mono de Abella. Que pinta en todo esto.En fine causa pena la situación actual taurina.

  3. Si señor!!! Mejor no se le puede definir a este individuo «vende humos». No es admisible lo que ha hecho con Fdo. Adrián y Curro Díaz. El enemigo lo tenemos dentro y es el virus del «despacho» y lo peor es que por el momento no hay antídoto que le fulmine

  4. Enhorabuena, eres de los pocos periodistas que saben de que va esto y además tienes dos pelotas para contar la verdad que otros también saben y callan por miedo, te admiro Paco

  5. menos mal que leo esto , pensaba que ya no tenia gusto taurino despues de leer en algun conocido portal taurino que el san isidro proximo era un ferion. coincido en todo con usted . cada dia aburre mas ver estas ferias

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