De pregonero por Ciudad Rodrigo

El pasado martes tuve el inmenso honor de pregonar el Carnaval del Toro de Ciudad para la peña Puerta del Desencierro,entidad local que vela por la cultura y grandeza de Ciudad Rodrigo. Esta peña, junto al pregón -siempre ofrecido por algún ilustre mirobrigense o vinculado a esa ciudad- tiene también la bonita tradición de distinguir a dos personas que velan por el bien de la histórica localidad, haciéndolo en esta ocasión con dos ex alcaldes, Miguel Cid Cebrián y Dionisio Holgado, ambos de enorme tradición taurina. 

El pregón, como no podía ser menos ante unas fiestas que se llaman del toro, estuvo plagado de referencias taurinas citadas a continuación:

Esa pasión la supo impregnar Miguel Cid en su querida ciudad gracias a aquellos festivales que organizó con señeras figuras, hasta el punto de poner el ‘no hay billetes’ en la plaza de San Cruz y toda la atención taurina nacional estaba pendiente de lo que acontecía aquí. Al hilo de ello hace unas semanas me contaba que en una de esas ocasiones se cayó del cartel Palomo Linares, al anunciar esa misma jornada su adiós al toreo activo, situación que lo deja en un inmenso dilema al no tener casi margen de maniobra. Entonces, dada la premura y al echarse encima la hora habla con Manolo Ferino para buscar una solución acordándose de Juan José, por lo que sin tiempo que perder, ambos, marchan hasta La Fuente de San Esteban para convencerlo. Llegan a su casa y lo encuentran comiendo. Como no podía ser menos, fiel a la grandeza humana y torera de Juan José, este aparta el plato de la mesa y saca un vestido corto del armario para venirse a torear el festival. Vaya también esta mención para el maestro Juan José, que fue tan querido aquí en Miróbriga y que nos está escuchando desde un palco celestial.

Accediendo al atril del brazo de la reina del Carnaval

… otra puntualización común a los dos porteros mayores es que están unidos entre si por muchas cosas, por ser amantes y defensores de Miróbriga, por la amistad que los vincula y también por su pasión taurina. De hecho se da el caso que ambos son muy cercanos a la figura de El Viti. El padre de Dionisio, don Manuel Holgado, amigo del señor Baltasar –padre de Santiago- fue su primer admirador. Todo comienza cuando le brinda, en sus inicios, un novillo una tarde en Aldeadávila de la Ribera y al volver a buscar la montera tras dar muerte al eral observa que en su interior hay una propina. Además, en gratitud, al finalizar el festejo, Manuel Holgado convence al alcalde para que le pague al muchacho mil quinientas pesetas por su actuación, que fueron las primeras que gana El Viti en su vida, algo que tantas veces ha manifestado el maestro.

También Miguel en alguna ocasión ha recordado la primera vez que fue a dar un mitin a Vitigudino y se le acerca un señor mayor para obsequiar con un donativo de 5.000 pesetas al partido. Al sorprenderle a Miguel ese detalle espontáneo y preguntar de quien se trataba, enseguida le dicen que era don Baltasar, el padre del Viti. Después la vinculación fue muy cercana e hizo posible que Santiago dictase una de sus últimas lecciones toreras aquí, en los festivales que toreó en Ciudad Rodrigo gracias a Miguel Cid Cebrián.

… en aquellos días de la infancia también íbamos al bar ‘Sanatorio’, mi preferido y en que me pasaba horas mirando las fotos del Carnaval; hasta que ya me tenían que decir; “venga, que nos vamos”. Era feliz con aquellas instantáneas, de Pazos, de Prieto, de Corrales…, algunas muy llamativas y que forman parte de la mejor historia del Carnaval. Y desde entonces siempre que estaba aquí me encantaba ir a ver aquel museo de fotos.

… también, cada mañana, iba a Fresno el señor Manuel, el panadero del Bodón, que llevaba en su furgoneta 4L un pan y dulces exquisitos, además de contar los pormenores taurinos que había escuchado la noche antes en ‘Clarín’, especialmente si eran vinculados a El Cordobés, del que era muy seguidor. 

… entonces, cuando éramos tan tiernos y parecía que el tiempo no avanzaba, en pleno invierno y sin darnos cuenta siempre volvían los Carnavales. Especialmente desde que finalizaba la Navidad y se empezaba a verse tanto movimiento de maletillas procedentes de Albacete, de Valencia, de Andalucía… que se instalaban aquí a la llamada del Bolsín Taurino Mirobrigense y para ellos una auténtica oportunidad. El Bolsín era el primer gran anuncio de que la gran fiesta grande se acercaba y también de que la temporada taurina salía del largo túnel del invierno. 

Aquel Bolsín que celebraba las eliminatorias en las propias fincas y la final en la plaza de Santa Cruz, aunque mantenga su idiosincrasia, era muy distinto al actual, aunque sigan vivas expresiones que forman parte de su identidad, como esa de “chico, remata y vete”.

… estamos ante una fiesta tan bonita, especial, diferente y alegre, que no tiene parangón con alguna otra. Quizás podría tener cierta similitud, por el culto al toro y el ambiente en la calle, con Pamplona, aunque la verdad es que son muy diferentes. Por cierto, en una ocasión peguntaron a un grandioso torero al que tanto admiramos y queremos, como Santiago Martín ‘El Viti’, por San Fermín y su público. Se lo decían en la época que era ídolo de Pamplona y la pregunta trataba de buscar unas palabras despectivas hacía un público que, tantas veces cantaba y bebía, dando la espalda a un torero que se jugaba la vida delante de un toro, a lo que él contestó:

– El público de Pamplona tiene toda la consideración. No olvidemos que ellos se juegan la vida cada mañana entre una multitud y únicamente se defienden con un periódico entre sus manos.

Esta frase pronunciada por el maestro la hago suya para los mozos mirobrigenses que desde chavales han corrido del toro, jugándose la vida y a la vez contribuyendo a la grandeza de estas fiestas, del Carnaval. Porque el mirobrigense se juega la vida por la mañana y también por la tarde, sin olvidar las capeas, siendo muchos los que tienen en su piel una cicatriz por asta de toro que lucen con el mismo orgullo que si fuera una condecoración. Por eso son exigentes y buenos aficionados, porque deben sortear la muerte varias veces al día. Ese misma muerte que yo vi en directo en una ocasión.  

Fue en Martes de Carnaval de 1986 durante la celebración del toro del Aguardiente. Un poco antes había llegado con unos amigos de La Fuente para coger un buen sitio en El Registro y ver el Toro del Aguardiente e ir después al baile del vermú del Casino. Muchos aún os acordaréis que esa mañana un toro de Benito Ramajo acaba con la vida de Miguel Ángel Garzón, un joven de Lumbrales emigrado a Éibar, tras un dramático zarandeo. Aquel fue el primer muerto que vi y una lección para conocer la realidad y ser consciente de la enorme seriedad y respeto que se debe tener al toro de lidia, en cuya defensa mata de verdad. 

Aquel joven, Miguel Ángel Garzón, falleció sin tener la suerte de poder llegar vivo a las manos del entonces cirujano responsable de los festejos de Carnaval, el doctor zamorano don Antonio Crespo Neches, quien estaba casado con una hija de Julián Rubio, teniente general de aviación nacido en Ciudad Rodrigo. Aquel don Antonio Crespo Neches que tantas vidas salvó durante los años que estuvo al frente de la enfermería de la plaza, como sucedió después con su hijo, Enrique Crespo, quien continúa en la actualidad, ya convertido en una figura esencial y carismática del Carnaval. Y en esta gratitud a los cirujanos no podemos olvidar al doctor salmantino Luis Ortega, quien también estuvo varios años al frente de la enfermería y protagonizó intervenciones memorables, salvando la vida a tanta gente, entre ellas la de José Manuel Nunes Pimentel, un joven portugués que, con el pecho abierto, que llegó a sus manos casi sin vida.

… en el ámbito local no podemos pasar de largo sin hablar de Manolito Santos, el primer torero nacido aquí que despertó tanta expectación, quien tuvo un malogrado final en Casillas de Flores, pero fue un personaje novelesco y con unos inicios que entusiasmó como nadie lo ha llegado a hacer. La historia no se puede olvidar y Manolito Santos, aunque no llegase siquiera a tomar la alternativa, tiene un sitio de honor por ser quien abrió las puertas de otros que llegaron después y fueron dejando huella, además de un espacio en nuestro corazón. 

Uno de ellos es José Luis Ramos socio de esta peña y uno de los toreros que más nos ha conmovido gracias a la pureza de la que hizo gala en tantas ocasiones, además pocas veces hemos visto la plaza de La Glorieta tan entregada a alguien como lo estuvo con él. Con José Luis me unen infinidad de vivencias y disfruté muchas veces de su torería, además de no olvidar que la primera vez que salí de la provincia para cubrir un festejo, en eso que en la jerga periodística se llama enviado especial, fue a Ávila una tarde que toreó junto a Gabriel de la Casa y Espartaco.

Con la reina del Carnaval, el alcalde de la ciudad y el portero mayor Dionisio Holgado, junto a su señora.

Y si varios mirobrigenses han escrito muy bien e incluso destacado en el mundo de las letras, hay que decir que un buen artículo o crónica necesita ir ilustrada con una fotografía adecuada. Para ello, en este arte, aquí ha habido un fotógrafo de excepción. Se trata de Ángel Prieto, uno de los mejores del siglo XX y autor de un legado impresionante; visible en publicaciones existentes en la segunda mitad del pasado siglo, especialmente en ‘El Ruedo’, que era el semanario de mayor prestigio en su época. 

A Prieto no lo llegué a conocer personalmente, aunque sí su legado y su historia es fascinante. Incluso algunos años en ferias de Salamanca revelaba las fotos nada más finalizar el festejo y esa misma noche exponía las más llamativas en el escaparate del café ‘Novelty’ formándose largas colas de aficionados que acudían cautivados a disfrutar de aquellas obras de arte. Porque un fotógrafo, ante todo, es un artista.

A grandes rasgos estos fueron los apuntes taurinos del pregón de la peña Puerta del Desencierro, en el que se hizo un recorrido por estas maravillas fiestas; además de recordar a otros muchos mirobrigenses que hicieron grandes su localidad de origen, entre ellos el grandioso futbolista Enrique, quien fue un símbolo de la mejor Unión Deportiva Salamanca, o el también futbolista Ángel González Castaños, junto a muchos hijos de esta localidad que desde mañana mismo vive las mejores fiestas del mundo: EL CARNAVAL DEL TORO.

Grupo de Gobierno de La Fuente de San Esteban, junto al sacerdote y más amigos, arroparon al pregonero
En el Árbol Gordo, donde parte la comitiva, junto a un grupo de amigos

Acerca de Paco Cañamero

En tres décadas juntando letras llevo recorrido mucho camino, pero barrunto que lo mejor está por venir. En El Adelanto me enseñaron el oficio; en Tribuna de Salamanca lo puse en práctica y me dejaron opinar y hasta mandar, pero esto último no me gustaba. En ese tiempo aprendí todo lo bueno que sé de esta profesión y todo lo malo. He entrevistado a cientos y cientos de personajes de la más variopinta condición. En ABC escribí obituarios y me asomé a la ventana de El País, además de escribir en otros medios -en Aplausos casi dos décadas- y disertar en conferencias por toda España y Francia. Pendiente siempre de la actualidad, me gustan los toros y el fútbol, enamorado del ferrocarril para un viaje sugerente y sugestivo, y una buena tertulia si puede ser regada con un tinto de Toro. Soy enemigo del ego y de los trepas. Llevo escrito veintisiete libros -dos aún sin publicar- y también he plantado árboles. De momento disfruto lo que puedo y me busco la vida en una profesión inmersa en época de cambios y azotada por los intereses y las nuevas tecnologías. Aunque esa es otra historia.

4 comentarios en “De pregonero por Ciudad Rodrigo

  1. Enhorabuena porque tu también eres parte del partido judicial de «Ciudad Rodrigo osea de los farinatos un saludo para ti y para todos los paisanos.

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