¡Que llega El Mene!

Hacía tiempos que no aparecía un novillero con la verdad, la personalidad y la torería de Iker Fernández El Mene, del maño hecho en la escuela de Salamanca, convertido en toda una eclosión de la novillería. Ya, en la pasada temporada, dio un serio toque de atención en la novillada televisada de Villaseca de la Sagra y desde entonces, cada tarde que volvía a vestirse de torero, dejaba siempre la tarjeta de su pureza y torería. Llegó casi por sorpresa y en los últimos meses de la temporada 2024 su nombre estaba ya de boca en boca. Aunque esa sorpresa no fue tal para los aficionados de Salamanca que lo vieron torear en los festejos de la Escuela de Tauromaquia, porque ahí El Mene ya sembró la semilla de lo que vendría después, todo ello con su arrolladora personalidad. Que la personalidad es lo que marca en un torero. Y en todo.

Acaba de ser en la primera novillada de Fallas, en tarde fría y lluviosa, cuando El Mene ha puesto a todos de acuerdo, encendiendo una traca en honor a su pureza y torería, porque además atesora la enorme virtud de tener un cañón en su espada, de marcar los tiempos y tirarse a lo alto del morrillo con toda la verdad, con la perfección conjunción de la izquierda (la que de verdad mata).

Ayer abrió la puerta de lo que puede y debe ser este año. Porque con una ilusión como El Mene,que atesora la pureza y la torería, la Fiesta está de enhorabuena. 

Acerca de Paco Cañamero

En tres décadas juntando letras llevo recorrido mucho camino, pero barrunto que lo mejor está por venir. En El Adelanto me enseñaron el oficio; en Tribuna de Salamanca lo puse en práctica y me dejaron opinar y hasta mandar, pero esto último no me gustaba. En ese tiempo aprendí todo lo bueno que sé de esta profesión y todo lo malo. He entrevistado a cientos y cientos de personajes de la más variopinta condición. En ABC escribí obituarios y me asomé a la ventana de El País, además de escribir en otros medios -en Aplausos casi dos décadas- y disertar en conferencias por toda España y Francia. Pendiente siempre de la actualidad, me gustan los toros y el fútbol, enamorado del ferrocarril para un viaje sugerente y sugestivo, y una buena tertulia si puede ser regada con un tinto de Toro. Soy enemigo del ego y de los trepas. Llevo escrito veintisiete libros -dos aún sin publicar- y también he plantado árboles. De momento disfruto lo que puedo y me busco la vida en una profesión inmersa en época de cambios y azotada por los intereses y las nuevas tecnologías. Aunque esa es otra historia.

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