Morante, luz verde a una nueva época

Un genio llamado Morante de la Puebla

Más allá de la apoteosis vivida ayer en La Glorieta, lo cierto es que Morante de la Puebla ha roto los moldes del toreo. Ha rubricado un día que quedará señalado con un antes y un después en la Tauromaquia, al igual que ocurrió en el mundo católico con el nacimiento de Jesucristo. A partir de ahora, en el toreo se hablará de un antes del 14 de junio de 2025. Y un después, que será lo que venga a partir de ahora, quedará todo condicionado a esa obra de arte, frente a un excelente Garcigrande, que está ya en el altar de lo sagrado. La que, sin duda, va a ser la faena del siglo XXI, al igual que en la pasada centuria fue la de Manuel Jiménez Chicuelo a Corchaíto, de Graciliano Pérez-Tabernero, el 28 de mayo de 1928, en la vieja plaza de Madrid. La que abrió de par en par las puertas del toreo moderno.

Desde hoy, la Tauromaquia vive una nueva era que lleva el nombre de José Antonio Morante Camacho, de Morante de la Puebla. Al igual que a principios del siglo XX nació la Edad de Oro que protagonizaron José y Juan, hoy ve la luz la nueva era cuando ya se lleva vivida un cuarto de centuria y el toreo está en un resurgir con plazas que se llenan de jóvenes entusiasmados de este genio, del que intercambian videos, fotos… y detalles que han aupado al de La Puebla del Río a ser el mejor torero de siempre.

Escribo esta crónica desde la emoción vivida ayer en La Glorieta, cuando Salamanca, la tierra del arte, sabor y toros, otorgó a este genio la mayor de sus distinciones, la del Cum Laude plasmado con letras de oro. Soñando con tanta torería que es imposible poder plasmar en un negro sobre blanco. Es tan difícil escribirlo como torear con la inmensa grandeza de Morante y de ello da fe una foto del mismísimo Santiago Martín El Viti, catedrático del arte taurino, pidiendo el rabo en una foto para la historia.

Con Morante, los aficionados siempre tendremos una deuda de gratitud eterna por haber logrado el renacimiento de la Tauromaquia cuando parecía todo contra corriente; por hacer posible que todos los chavales se hayan convertido en taurinos y hoy vibren con este genio. De un revolucionario en época de tanto conformismo; de poner boca abajo al toreo cuando todos se dejaban llevar por la corriente de la desidia, sin que nadie diese se atreviera a dar un golpe en la mesa. Lo ha hecho él, quien ha ordeñado la historia, relanzado plazas y ferias, recuperado compañeros en el olvido (como en su día hizo con la gloria de Pepe Luis) y siempre toda una sorpresa cada ocasión que se viste de luces al abrir el cofre de la improvisación, porque parecía imposible que fuera a más y cada tarde sorprender con algo nuevo.

Ahora, después de tantos capítulos llenos de torería en su glorioso historial, de ser el más grande de todos los grandes y de no necesitar ya más, al de La Puebla del Río le queda otro servicio a la Fiesta y que jamás tendremos cómo pagárselo. Se trata del naciente proyecto que empieza a tener forma para torear el día de La Merced en La Monumental de Barcelona, después de tantos años cerrada. Morante es el único que va a ser posible que la situación revierta, con el añadido que la actual situación política, después de tanta corrupción del gobierno antitaurino de Madrid junto a sus socios separatistas, que llegue con argumentos para convencen a la familia Balañá y que, por fin, ese templo del toreo vuelva a abrir sus puertas. Esa va a ser el nuevo empeño de Morante y ahora ya es imparable. Un empeño al que llega avalado con la distinción de Cum Laude tras protagonizar ayer en Salamanca la mejor faena del siglo XXI y abrir una nueva era en el toreo. La de MORANTE DE LA PUEBLA.

Acerca de Paco Cañamero

En tres décadas juntando letras llevo recorrido mucho camino, pero barrunto que lo mejor está por venir. En El Adelanto me enseñaron el oficio; en Tribuna de Salamanca lo puse en práctica y me dejaron opinar y hasta mandar, pero esto último no me gustaba. En ese tiempo aprendí todo lo bueno que sé de esta profesión y todo lo malo. He entrevistado a cientos y cientos de personajes de la más variopinta condición. En ABC escribí obituarios y me asomé a la ventana de El País, además de escribir en otros medios -en Aplausos casi dos décadas- y disertar en conferencias por toda España y Francia. Pendiente siempre de la actualidad, me gustan los toros y el fútbol, enamorado del ferrocarril para un viaje sugerente y sugestivo, y una buena tertulia si puede ser regada con un tinto de Toro. Soy enemigo del ego y de los trepas. Llevo escrito veintisiete libros -dos aún sin publicar- y también he plantado árboles. De momento disfruto lo que puedo y me busco la vida en una profesión inmersa en época de cambios y azotada por los intereses y las nuevas tecnologías. Aunque esa es otra historia.

3 comentarios en “Morante, luz verde a una nueva época

  1. El Maestro con Mayúsculas Morante es el Dios del toreo y Paco Cañamero sabe con una sensibilidad especial plasmarlo en sus letras.

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