Los escasos rayos que surgen de estos tiempos tan confusos, también dejan atisbar ciertas esperanzas taurinas. Las principales son la hornada de novilleros sin picadores que estos últimos meses han dado tantas alegrías y donde un malagueño, El Moli de Ronda, se aúpa como líder, hasta ahora, de esta generación.
Salamanca no queda al margen y de esta tierra también ha llegado una enorme sorpresa. Se trata de un mozo ya talludo –aunque tierno toreramente-, pero con personalidad y un arrebato delante la cara del toro que lo hace diferente. Se llama Francisco Alegre y aún está muy poco toreado, pero su personalidad, estoicismo y la verticalidad en su interpretación a nadie ha dejado diferente. De él cuentan maravillas gente de la reputación de Gonzalo Santonja o Domingo Delgado de la Cámara, a quienes cautivó en la novillada presenciada hace unos días en Herrera de Pisuerga.
De momento la noticia es una tremenda alegría. Y la que anima a seguir a este Francisco Alegre, un chaval diferente, afortunadamente con poco técnica (ya se sabe que la técnica mata la inspiración) y unas tremendas ganas de destacar. El chico es hijo de Paco Campos ‘El Lobo’, aquel personaje de novela que fue matador de toros y a nadie dejó inadvertido. Aquel Lobo de la leyenda y la luna ahora observa con felicidad a su hijo Francisco, que de momento ha causado impacto por su personalidad y ese estilo vertical. Porque el nuevo Francisco Alegre, a quien los toros jamás le van a pedir el DNI tiene la frescura y el sabor de los toreros que se hacen por su cuenta.
Y una sugerencia: Si lo ven anunciado, no se lo pierdan.