Diego Rodríguez Vallejo, el fotógrafo de El Viti

Con Pepe Rodríguez, el de MasterChef, deben descubrirse los taurinos. En los tiempos que la Fiesta ha estado en el punto de mira él alza a los cuatro puntos cardinales su pasión taurina. Y sin apuro alguno cuando desde tantos sectores públicos gusta mirar para otro lado si se habla de Tauromaquia.

No me extraña el caso de Pepe, quien junto a su hermano Diego, regenta el muy afamado restaurante El Bohío, en la villa de Illescas, porque ha mamado los toros desde la cuna. Y es que su padre -lo he escrito más veces- fue una institución en el mundo de los toros, primero como aspirante a torero y después, arte en el que se consolidó, en la labor de un excepcional fotógrafo.

Tiempos añejos con las figuras contratando a su fotógrafo que viajaba con ellos durante la temporada como uno más de la cuadrilla. Era el caso de Cano con Luis Miguel, a cuya vera estaba la tarde que un toro mató a Manolete en Linares y, en medio de la desgracia, para él fue una lotería de la que sacó tanto rédito; del viejo Arjona, con Antonio Ordóñez; de Cuevitas, con Paco Camino y después también lo haría con El Niño de la Capea. Mientras que con El Viti lo hacía un toledano llamado Diego Rodríguez Vallejo hasta que un día colgó la cámara para ir a trabajar al mesón familiar de Illescas, al Bohío. A ese mesón en el que el hoy famosísimo Pepe Rodríguez creció entre pucheros y el recuerdo taurino de su padre. De ese Diego que veneraba al maestro Santiago Martín ‘El Viti’, quien lo marcó por su maestría en los ruedos y señorío en la calle. Porque Diego Rodríguez Vallejo hasta que llegó su final siempre fue un entusiasta vitista y un hombre que supo amar a la Fiesta y transmitirla a sus hijos. A los hermanos Diego y a Pepe, a quienes traté en las ocasiones que fuí al Bohío para conocer más detalles de la leyenda de El Viti y en sus baúles guardan un verdadero santuario.

Por esa razón me descubro de admiración ante Pepe Rodríguez por la pasión con la que defiende la Tauromaquia y siempre con la figura del Viti en los horizontes.

 

Acerca de Paco Cañamero

En tres décadas juntando letras llevo recorrido mucho camino, pero barrunto que lo mejor está por venir. En El Adelanto me enseñaron el oficio; en Tribuna de Salamanca lo puse en práctica y me dejaron opinar y hasta mandar, pero esto último no me gustaba. En ese tiempo aprendí todo lo bueno que sé de esta profesión y todo lo malo. He entrevistado a cientos y cientos de personajes de la más variopinta condición. En ABC escribí obituarios y me asomé a la ventana de El País, además de escribir en otros medios -en Aplausos casi dos décadas- y disertar en conferencias por toda España y Francia. Pendiente siempre de la actualidad, me gustan los toros y el fútbol, enamorado del ferrocarril para un viaje sugerente y sugestivo, y una buena tertulia si puede ser regada con un tinto de Toro. Soy enemigo del ego y de los trepas. Llevo escrito veintisiete libros -dos aún sin publicar- y también he plantado árboles. De momento disfruto lo que puedo y me busco la vida en una profesión inmersa en época de cambios y azotada por los intereses y las nuevas tecnologías. Aunque esa es otra historia.

6 comentarios en “Diego Rodríguez Vallejo, el fotógrafo de El Viti

  1. Mira que bien…enterarme de eso, no lo sabía.
    Que pena porque he estado allí una vez y de conocerlo algo les habría dicho…

  2. Paco tú estuviste presente en la primera exposición que se hizo de su trabajo en el Círculo Taurino Campos Plaza. ¿Lo recuerdas? A menuda recordamos tu conferencia. Gran días aquel.

  3. Claro Bohío el fotógrafo, le recomiendo ver el programa que se hizo en Las Ventas y ver la cara de Paco Camino cuando dijo quién era su padre.

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