
Hacia tiempo que Paco Aguado ya cantaba que era un periodista de excepción y un escritor taurino de primor. Desde hace años, sus labores en distintos medios, entre ellos TVE o 6-Toros-6 lo convierten en la referencia de esa nueva crítica que, en la última década del siglo XX, se hizo con un sitio de referencia en numerosos medios. En aquel grupo de jóvenes enseguida empezó a destacar Paco Aguado, hijo de un respetado y querido mozo de espadas -entre otros matadores estuvo con Juan José-, quien se ganó a todos por la esencia y buen hacer que trajo a la profesión. Además, enseguida empezó a brillar en la faceta de escritor para regalarnos hermosos tesoros, uno de ellos, con el sugerente título de ‘Joselito, el rey de los toreros’, la principal referencia para conocer el genio de Gelves. Y una obra indispensable en todas las bibliotecas taurinas.
Sin embargo ahora hemos descubierto a un Paco Aguado más largo, más hondo y por tanto grandioso como crítico taurino en la Agencia EFE. Ahí firma bajo la sabiduría del talento, conocimiento, hermosa literatura y mucha verdad. Verdad tan necesaria en estos tiempos, donde la gente se esconde a la hora de dar la cara para disfrazar o edulcorar lo que ha ocurrido en el ruedo. Sin embargo, Paco Aguado, echa la pata adelante para plasmar con toda la realidad cómo ha sido una tarde de toros,sin guardarse nada y con la valentía propia que debe tener un periodista honesto.
Su frescura en EFE es una brisa de aire puro para la propia Fiesta y para el periodista taurino en general. Y es que este Paco Aguado, con la bandera de su honestidad y sabiduría, con el poso de la veteranía en sus escritos, se ha convertido en una de las figuras de la crítica actual y a quien hay que leer, sí o sí.