Javi ‘Charrete’ –Francisco Javier Vicente Sánchez- regresó esta mañana de otoño a su querido pueblo de La Fuente de San Esteban, para recibir sus cenizas el descanso eterno, al lado de los suyos.
Charro de pro, poco antes del funeral se le recordaba con añoranza en el ambiente de tristeza que rodea la muerte de una persona joven y tan entusiasta que apenas rebasaba el medio siglo y tenía tantas metas por cumplir escritas en la particular hoja de ruta de su vida. Desconsolados familiares recibían el pésame de amigos que desempolvaban a la puerta de la iglesia vivencias de su infancia y juventud. De aquel rubiales tan menudo y portentoso en los estudios que, ya desde niño, destacaba en las clases de don Gregorio y de don Pepe López. De quien era un rápido extremo jugando al futbol y, con su menguada figura, se escurría entre los rivales en regates imposibles. De un muchacho simpático, siempre positivo, que era la alegría de cualquier encuentro de amigos. Con un chiste nuevo en su repertorio para hacer reír a quien lo acompañaba de su interminable filón. Y con una capacidad innata para imitar a las estrellas de la época.
Como aquel año en Corpus -seguro que alguna de las pocas tardes que pudo acudir al coincidir las fiestas con los exámenes finales- y enseguida se pertrechó de unos cascos y un micrófono para ponerse a retransmitir la capea con la voz de José María García, que la imitaba a la perfección y los amigos, literalmente, se escojonaban con su ocurrencia.
Después un buen día, al finalizar los estudios y con un brillante expediente académico en la manos se marchó a Barcelona, la tierra donde su hermano Ángel Vicente –también profesional del Derecho- llegó años antes y se hizo con un nombre de postín tras desempeñar importantísimos cargos en el mundo de prisiones, siempre con la puerta abierta para tender una ayuda a quien se lo pidió. Porque esta familia, que llevaba a gala ser conocida por los ‘Charretes’, es gente de bien y con la generosidad por bandera.
A partir de entonces, Javi ‘Charrete’ volvió menos al pueblo, aunque siempre lo llevaba en el corazón y a través de las redes sociales estaba pendiente de todo lo que ocurría, además de los amigos con los que mantenía contacto para estar informado. Con uno de ellos, Paquito Canela, no faltaba la visita a su kiosco en las ocasiones que se encontraba en Salamanca y, entonces, Javi se transformaba para ser otra vez aquel muchacho inquieto que corría por las calles de La Fuente con un nuevo chiste para alegrar a sus amigos.
Fiel a las tradiciones con las que se familiarizó desde infancia mantuvo su pasión por la Unión Deportiva Salamanca –hasta el día que las malas gestiones mataron al club- y también por la Tauromaquia, arte que le entusiasmó. Y más que nadie el torero Julio Robles, de quien fue seguidor, al igual que también lo es su hermano Ángel ‘Charrete’, una institución.
Envueltos en tantos recuerdos esta mañana dijimos adiós al querido Javi antes de que sus cenizas reposen para siempre al lado de sus padres y resto de familiares en ese pueblo del que presumía y del que un día voló para comerse el mundo, soñando cada noche con volver.
Formación futbolista de un equipo de La Fuente en los primeros años de la década de los 80. Javi ‘Charrete’ es el primero de la parte inferior por la izquierda (la parte inferior la forman Juan Domingo, Alemán, Isidro, Juan Carlos y Javi).