El Pilar, en su sitio

            La enorme clase de la corrida del Pilar lidiada ayer en Madrid ha sido el primer acontecimiento de San Isidro. Y la que ha puesto el listón en lo alto del prestigio para marcar lo que queda de feria, prácticamente la totalidad. 

            ¡Qué emoción ver las embestidas de los pilares! De aquel bastardero, que tuvo la mala suerte de abrir la tarde –también casi la feria- y en cualquier otra ocasión hubiera sido premiado con la vuelta al ruedo. Ese gran toro, que va estar nominado el mejor del ciclo, que embestía con tanta fijeza y nobleza a las telas de Javier Cortés, al que Madrid despidió con una gran ovación mientras era arrastrado al desolladero. O aquel Mirilla, que también fue otro espectáculo, al igual que el resto del encierro –únicamente el quinto bajó con respecto al resto-, que defendieron el prestigio y la grandeza de esta ganadería.

            Fue otra tarde de oro de esta divisa charra, del Pilar, que tantos éxitos ha propiciado en Las Ventas, con infinidad de toros para el recuerdo y ayer, otra vez más, protagonizó una tarde para el recuerdo. Porque las alegres arrancadas al caballo, la humillación, la fijeza, la clase… fueron las notas de ese encierro enviado desde los campos serranos de Tamames para rubricar el primer gran acontecimiento de San Isidro y dejar escrita otra página de oro para el legado de esta ganadería. Y del propio Campo Charro. 

Acerca de Paco Cañamero

En tres décadas juntando letras llevo recorrido mucho camino, pero barrunto que lo mejor está por venir. En El Adelanto me enseñaron el oficio; en Tribuna de Salamanca lo puse en práctica y me dejaron opinar y hasta mandar, pero esto último no me gustaba. En ese tiempo aprendí todo lo bueno que sé de esta profesión y todo lo malo. He entrevistado a cientos y cientos de personajes de la más variopinta condición. En ABC escribí obituarios y me asomé a la ventana de El País, además de escribir en otros medios -en Aplausos casi dos décadas- y disertar en conferencias por toda España y Francia. Pendiente siempre de la actualidad, me gustan los toros y el fútbol, enamorado del ferrocarril para un viaje sugerente y sugestivo, y una buena tertulia si puede ser regada con un tinto de Toro. Soy enemigo del ego y de los trepas. Llevo escrito veintisiete libros -dos aún sin publicar- y también he plantado árboles. De momento disfruto lo que puedo y me busco la vida en una profesión inmersa en época de cambios y azotada por los intereses y las nuevas tecnologías. Aunque esa es otra historia.

2 comentarios en “El Pilar, en su sitio

  1. Lo raro es que siendo procedencia Domecq no se hubiesen apuntado todos los gallitos del corral, dicho con toda la guasa del mundo jeje

  2. Toros que tantas veces paso a ver desde Aldeanueva a la Venta en un agradable paseo..
    Enhorabuena por tantos éxitos.

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