La noticia saltaba el sábado a los medios: Carlos Zúñiga y Morenito de Aranda se vuelven a encontrar y caminarán juntos. De momento sorprendió que esta pareja vuelva a la misma senda tras la tortuosa ruptura de hace una década. Pero de los arrepentidos será el reino de los cielos y no hay nada más sano que alzar la bandera blanca de la paz.
Me encanta ver a Zúñiga, taurino de la vieja escuela, de nuevo velando por la carrera de Morenito de Aranda. De ese Morenito que empezó a apoderar siendo un becerrista en el tiempo que estuvo llamado a ser un niño prodigio del toreo. Después, el diestro creció, no solamente en estatura, para hacerse un torero de enorme clase, con empaque y una interpretación que lo ha aupado a ser un torero de culto, con infinidad de seguidores. Y ahí, para conducirlo a la élite estará de nuevo Carlos Zúñiga, el hombre oportuno en esta carrera, quien sabrá tensar las cuerdas en las despachos o decir la palabra oportuna en la plaza. Más aún con la motivación y ganas del veterano taurino, deseoso de demostrar quién es tras tanta zancadilla y turbaciones de los últimos tiempos.
Ahora esta pareja castellana vuelve sobre los pasos perdidos y ojalá que quien más lo agradezca sea la propia Fiesta. Que tan necesitada está de gente que vaya por libre y sin ataduras.
PD: Las fotos son de los siguientes blog: Desde el callejón y Federación Taurina Vallisoletana.