¡A sus órdenes, mi comandante!

Esta mañana de lunes, recién estrenado el grado de comandante.

La vida pasa, pero el rastro de la gente que marcó época queda escrito en la tinta de los sentimientos. Que es la tinta que jamás se borra. Como la que enaltece a un personaje llamado Juan Manuel Vicente, quien este lunes acaba de ascender a comandante

Juan Manuel Vicente es un Guardia Civil honrado, trabajador y buena gente, dueño de una brillante hoja de servicios que ahora, con el nuevo ascenso, cierra el capítulo de capitán-jefe de la Policía Judicial en Zamora. Un hombre que en su ya larga carrera se ha ganado a todos por su profesionalidad y bonhomía, dejando infinidad de amigos porque camina por el mundo aireando las banderas de la solidaridad, la generosidad y las cosas bien hechas. Ahora, Juanma, ya luce en sus hombreras la estrella gorda de comandante y, en disposición de servicio, pronto tendrá un nuevo destino lejos de la que ha sido su casa en esta última década y donde que quedado herrado su nombre gracias a la grandeza que se supo granjear. Y al igual que ha ocurrido en todos sus destinos pasarán muchos años y a las nuevas generaciones se les hablará de Juanma con cariño, respeto y afecto de un Guardia Civil que siempre en la besana de la nobleza. Del ya comandante Vicente y al que se le recordarán también por el empleo que desempeñó en casa lugar. De hecho en Figueruela de Tábara será el cabo; en Puebla de Sanabria, el sargento; en La Fuente de San Esteban, el teniente o en Zamora, el capitán, pero siempre con los galones y las estrellas de su enorme señorío gracias a la calidad humana con la que se supo ganar a todos.

Hoy, con el recién estrenado grado de comandante y cuando todavía le queda varios años de vida profesional por delante que seguro lo llevarán a nuevos éxitos profesionales, siempre es un honor saber que existe gente que se levanta para hacer el bien. Hombres de ley, que buscan el lado positivo y que allá donde están dejan en su senda la huella de la grandeza. Como ocurre con Juan Manuel Vicente, del que siempre se hablará de la calidad humana que brindó a quien se acercó a él. Y de donde ahora prepara la maleta para marchar bajo la entrañable despedida de ¡a sus órdenes mi comandante! que se le dedicará a quien cada mañana se despierta para hacer el bien. Porque la vida pasa, pero el rastro de la gente que marcó época queda escrito en la tinta de los sentimientos. Que es la tinta que jamás se borra

En sus años de teniente en el Campo Charro, donde dejó impronta de su profesionalidad y humanidad

Acerca de Paco Cañamero

En tres décadas juntando letras llevo recorrido mucho camino, pero barrunto que lo mejor está por venir. En El Adelanto me enseñaron el oficio; en Tribuna de Salamanca lo puse en práctica y me dejaron opinar y hasta mandar, pero esto último no me gustaba. En ese tiempo aprendí todo lo bueno que sé de esta profesión y todo lo malo. He entrevistado a cientos y cientos de personajes de la más variopinta condición. En ABC escribí obituarios y me asomé a la ventana de El País, además de escribir en otros medios -en Aplausos casi dos décadas- y disertar en conferencias por toda España y Francia. Pendiente siempre de la actualidad, me gustan los toros y el fútbol, enamorado del ferrocarril para un viaje sugerente y sugestivo, y una buena tertulia si puede ser regada con un tinto de Toro. Soy enemigo del ego y de los trepas. Llevo escrito veintisiete libros -dos aún sin publicar- y también he plantado árboles. De momento disfruto lo que puedo y me busco la vida en una profesión inmersa en época de cambios y azotada por los intereses y las nuevas tecnologías. Aunque esa es otra historia.

3 comentarios en “¡A sus órdenes, mi comandante!

  1. Todo un referente como compañero y como amigo. Te deseo todo lo mejor en esta nueva etapa, en la que seguro que lo volverás a bordar.

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